Entrevista > Elena López Riera / Cineasta (Orihuela, 17-enero-1982)
Cineasta y doctora en Comunicación Audiovisual, Elena López Riera ha enseñado cine y literatura comparada en la Universidad de Ginebra. En 2009 crea, junto a sus compañeros de carrera, un proyecto de experimentación audiovisual ‘Lacasinegra’, con quienes realizó en 2014 el largometraje ‘Pas à Genève’.
Un año más tarde y en solitario estrenó su primer cortometraje, Pueblo, y desde entonces no ha parado de cosechar premios en algunos de los certámenes más prestigiosos.
Ha realizado hasta el momento cuatro cortometrajes
¿Siempre tuviste clara tu vocación por la cinematografía?
No sé cómo surge en mí el interés por la cinematografía, lo cierto es que con quince años ya empezaba a ver las películas sin saber muy bien cómo ni de qué manera se podían hacer, pero lo que sí tenía claro es que yo quería hacer eso.
Fue un proceso lento y a ciegas porque no tenía a nadie en mi entorno que se dedicase a este sector. Tampoco estudié en una escuela de cine, pero sí que me junté en la universidad con un grupo de personas que teníamos las mismas inquietudes.
Si estamos haciendo cine a día de hoy es gracias a que hace años empezaron a aparecer cámaras accesibles y baratas que grababan muy bien, junto con las posibilidades que ofrece internet. Este contexto permitió que el cine español empezase a hacer películas en los márgenes.
¿Qué te gustaría aportar a la industria cinematográfica?
A día de hoy mi aspiración es seguir trabajando en mis proyectos, que por ahora son todos en Orihuela y en la Vega Baja. Para mí es fundamental ser honesta con la gente con la que trabajo y, sobretodo, con la gente a la que filmo, que en gran parte suele ser un trabajo documental por lo que es gente de verdad, no actores.
Después, es evidente que si las películas se pueden ver, mejor que mejor, porque uno hace las películas para que sean vistas por el público, no para guardarlas en casa.
Está buscando actores no profesionales para su actual proyecto
Este verano empiezas a rodar el que será tu primer largometraje, titulado El agua. ¿Qué podemos esperar de esta nueva obra?
Es un proyecto que empecé hace dos años porque siempre me ha fascinado la relación que tiene esta tierra por el agua, una relación de necesidad y miedo a la vez porque, como decía el cantautor Raimon, ‘en mi país la lluvia no sabe llover, o llueve poco o llueve demasiado’. También me ha interesado la mitología que ha girado en torno a este elemento vital.
Todo ello, junto a mis propios recuerdos de la gran riada que tuvo lugar en Orihuela en 1987, ha dado lugar a una historia de ficción en la que iba a producirse una nueva riada. Estoy hablando de 2017 pero, una vez más, en septiembre del pasado año la realidad superó a la ficción.
Actualmente estoy en un proceso de casting buscando actores no profesionales por la zona para interpretar a un grupo de jóvenes que se preparan semanas antes de una gran riada, pero hemos tenido que parar todo el proceso por el coronavirus.
«La sociedad está cambiando su percepción»
Es cierto que al cine español le exigimos más que al resto, ¿cómo lo vives como cineasta?
Siempre ha habido películas españolas muy buenas, el problema quizá es que no llegan todas esas películas a las salas comerciales o a la televisión. Hay como un embudo entre las películas que se producen y las que se distribuyen y cuanto menos dinero tenga una película, menos promoción y, por tanto, menos gente irá al cine a verla.
Afortunadamente la sociedad está cambiando su percepción, porque el cine español es muy bien valorado por la crítica internacional y por los festivales de cine más prestigiosos.
Además, sentados en una butaca de cine no nos damos cuenta de lo realmente complicado que es hacer una película.
Como cualquier arte, todo lleva mucho trabajo. Hay quienes se creen que te sientas y escribes tres frases y ya está. En mi caso, soy una persona súper exigente conmigo misma y sí que me gusta dedicarle mucho tiempo, especialmente en el montaje, en reflexionar cómo se pone cada tema, etc.
También filmo mucho y, como frecuentemente grabo yo sola con mi cámara, me gusta pasar tiempo con la gente que filmo. Al final, hay tantas películas como cineastas y tantas maneras de hacer como cineastas. A mí me gusta más lo artesanal y pequeño.
Pueblo, su primer cortometraje
Tras pasar unos años en el extranjero, Rafa vuelve a su pueblo rencontrándose con todos los fantasmas de los que un día huyó. Sumidos en la atmósfera espectral de la madrugada del Jueves Santo, él y su amigo de infancia, Lucas, emprenderán una huida al fondo de una noche.