Entrevista > Yanira Fernández / Artista (Córdoba, 16-mayo-1992)
A esta Ilicitana de origen cordobés ya no la para nadie. La música la lleva por dentro desde niña gracias a su madre, la cantante Amparo Velasco, ‘La Negra’; los sonidos y sus recuerdos de la niñez siempre tienen música.
A su talento hay que sumar el de la danza, que estará muy presente en todos sus espectáculos. Ha creado doce canciones que va desgranando poco a poco en las plataformas digitales, y en las que, por su condición de gitana, quiere proyectar una imagen de mujeres dueñas de sí mismas, sin ataduras, y como verdaderas luchadoras.
¿A ti la música se puede decir que te viene de nacimiento?
Imagínate. De pequeña mi madre me llevaba con ella a los estudios de grabación cuando antes de ser solista era corista de los más grandes. A mí me arropaba José Mercé cuando me quedaba durmiendo en los ensayos. Me dormía escuchando música, e incluso soñaba con música.
Entonces no era consciente de la gente tan grande de la que me he rodeado desde pequeña, y que sin duda también han influido en que la música sea una de las cosas más importantes en mi vida.
«A los 12 años ya escuchaba hip hop, y lo hacía a escondidas de mi madre porque decían palabrotas»
¿Ya que hablas de tu madre, como se ha tomado que inicies tu carrera por un camino tan distinto al suyo?
A los doce años ya escuchaba hip hop, y lo hacía a escondidas de mi madre porque decían palabrotas. Mi madre es mi referente y sus influencias como artista han sido muy importantes para mí. En casa se escuchaba entre otros a Camarón, Ella Fitzgerald u Omara Portuondo, y fui absorbiendo un poco de todo.
¿Tu paso por Estados Unidos fue definitivo?
Estados Unidos me cambió la vida, y no solo profesionalmente. Quería poner distancia, porque la raza me pesaba mucho y quería sentirme libre y avanzar en mi proyecto como artista.
Allí conocí a mi marido y tuvimos una hija maravillosa que tiene ahora seis años. Me definí como artista con el convencimiento de que aquello era por lo que quería luchar. Conocí a muchos cantantes con los que me arranqué a cantar y bailar en la calle improvisando, y me fascinó poder hacerlo.
Cuando regresé a España tenía muy claro lo que quería y por lo que iba a luchar, y me reconocí como artista. Más tarde, el confinamiento me sirvió para componer mis canciones y para tener tiempo para plantearme mi futuro y preparar mi gira, que estoy deseando poder empezar.
¿La danza formará parte de tus actuaciones?
Es una parte fundamental. Además de bailar soy entrenadora física, lo que me dota de unas técnicas fundamentales para poder cantar y bailar al mismo tiempo. Yo no fumo ni bebo, y me alimento bien y cuido mucho mi físico, no solo por estética y por estar en forma.
A través de mi cuerpo sano mi mente, porque entrenar para mí tiene más significado que verse bien, es un acto de amor propio que significa constancia, perseverancia y disciplina.
¿Cómo van a ser tus directos?
Mis actuaciones van a ser todo un espectáculo donde la estética y el baile son tan importantes como la música. Tengo mis bailarinas, con las que estamos ensayando diariamente para que en cuanto este virus nos deje, lanzarnos a los escenarios.
Mis actuaciones van a ser un espectáculo audiovisual que van a reflejar el mestizaje que me viene acompañando durante toda mi vida, y ya desde aquí os digo que mis directos van a dar mucho que hablar.
«Me pesaba mucho la raza y el concepto de mujer gitana»
¿Te ha marcado mucho tu condición de gitana?
A pesar de que mi madre fue pionera en huir siempre de las costumbres machistas gitanas, el entorno familiar siempre está presente y era algo que me oprimía. Ese fue otro de los motivos por los que me marché a Estados Unidos, porque como te decía antes, me pesaba mucho la raza y el concepto de mujer gitana, las tradiciones, en definitiva… el patriarcado.
¿Eso es lo que quieres plasmar también en tu disco?
Claro. El título de este trabajo lo dice todo. ‘El Matriarcado’. Precisamente la primera canción la lancé el pasado 8 de marzo, Día de la mujer.