La plaza de Baix está a punto de desvelar uno de sus más ocultos secretos. Una empresa especializada en excavaciones, con la colaboración de la concejalía de Patrimonio, ha comenzado las obras para sacar a la luz los restos del refugio antiaéreo de la Guerra Civil Española escondido bajo el suelo de la céntrica plaza del casco histórico.
Se han localizado restos de refugios y otras construcciones antiguas en varios puntos de la localidad
Prospección por georradar
El pasado mayo se realizó un amplio trabajo de campo con metodología de georradar en varias calles y plazas de la localidad, que permitió encontrar y corroborar la existencia de vestigios en el subsuelo pertenecientes a este tipo de construcciones, utilizadas para proteger a la población de los posibles ataques aéreos de la aviación enemiga durante la contienda bélica.
La prospección por georradar, un método muy empleado en búsquedas arqueológicas, permite la detección de cambios en la composición de materiales soterrados sin necesidad de realizar excavaciones. A través de la emisión de pulsos electromagnéticos es posible detectar estructuras enterradas, de las que se obtienen imágenes en 3D.
La intervención en la plaza de Baix se realiza previa a sus obras de reforma
Trabajos en la Plaza de Baix
La intervención ha comenzado ya a realizarse en la plaza de Baix como paso previo a la intervención integral de reforma que, en un futuro cercano, está previsto llevar a cabo por el mal estado de conservación en el que se encuentra este concurrido espacio urbano. Con el resto de los refugios localizados, según la concejalía, no se va a realizar de momento ningún tipo de actuación porque “no tiene ninguna lógica abrir por abrir”, pero se tendrán en cuenta para futuras actuaciones urbanísticas.
La existencia del refugio antiaéreo de la plaza de Baix se conoce desde hace tiempo gracias a los testimonios orales y al hundimiento en 2006 de un tramo de calzada al paso de un camión, que dejó al descubierto uno de los accesos situados frente a la escalinata de la fachada principal de la Iglesia de San Bartolomé.
De lo que no se tiene constancia es de su actual estado de conservación, que, a día de hoy, y hasta que no finalicen los trabajos de excavación, sigue siendo una incógnita. El paso de los años, las raíces del arbolado y las sucesivas reformas realizadas a lo largo de las últimas décadas, podrían haber dañado irreversiblemente su estructura.
Según datos arrojados por el georradar, en el centro de la plaza existen alteraciones a una profundidad de 3,40 metros, que podrían interpretarse como pertenecientes al muro o a la cubierta del bunker construido a finales de los años 30 del siglo pasado. En otros puntos de la calzada también se han hallado modificaciones del terreno que, presumiblemente por su profundidad, podrían corresponder a los cimientos de varias viviendas antiguas de siglos anteriores, que en su día se derribaron para dar paso a la ampliación y reforma de la plaza.
La intervención se está centrando en abrir en el punto exacto de la ubicación de la boca del refugio
Levantar el suelo
La intervención se está centrando en abrir en el punto exacto donde se sabe de la ubicación de la boca del refugio. Una vez realizado este primer proceso, se procederá a retirar y limpiar el relleno y los escombros de las galerías con metodología arqueológica para conocer su estado de conservación y extensión, que, según se cree, podría ser de amplias dimensiones.
Finalizado el desescombro, se llevará a cabo la obtención de un modelo 3D mediante fotogrametría, que mostrará una imagen tridimensional del refugio en relación a la plaza. Dependiendo cómo se encuentren los restos, según el edil Fernando Portillo, se estudiaría su recuperación e incorporación a las visitas que el ayuntamiento organiza para conocer los escenarios principales de la Guerra Civil en Petrer.
De tres semanas a un mes
Se ha estimado que los trabajos de excavación, fotogrametría y memoria de la intervención, que tienen un presupuesto de 35.000 euros, se extenderán durante todo este mes, aunque los plazos vendrán marcados por el estado de conservación de los restos porque, como destaca el director del Museo Dámaso Navarro, Fernando Tendero, “vamos a ciegas”.
El estudio geofísico, que ha sido realizado por el técnico Jesús García Sánchez, arqueólogo vinculado al Instituto de Arqueología de Mérida del CSIC, ha permitido también localizar vestigios en otros puntos de la localidad, como la plaza de Dalt, donde se han encontrado evidencias arquitectónicas que podrían pertenecer a dos entradas a los refugios antiaéreos que existieron en la calle Major y en la plaza. Precisamente, a tres metros de profundidad de la calle Major, se han detectado alteraciones que podrían corresponder con la parte superior del refugio o con restos arqueológicos.
Derrocat y Ciudad sin Ley
Por lo que respecta a las prospecciones realizadas en el Derrocat, a tres metros de profundidad de la calle Cánovas del Castillo se han identificado rastros de antiguas edificaciones, que debieron formar parte de una manzana de casas que estuvieron en pie hasta comienzos del siglo XX, cuando se procedió a su demolición para facilitar el acceso a la plaza de Baix. Asimismo, en varias zonas se han identificado otros vestigios de naturaleza arqueológica sin que se pueda establecer con seguridad el periodo histórico al que pertenecen.
En la calle Alcalde Nicolás Andréu también se ha localizado una entrada a un refugio antiaéreo siguiendo las indicaciones de una vecina de la calle que sabía de su existencia, y en Sancho Tello han aparecido alteraciones en el subsuelo, aunque el estudio no puede confirmar a ciencia cierta que se trate de otro acceso a un refugio.
Por último, las investigaciones geotérmicas realizadas en la Ciudad sin Ley, donde en el subsuelo se conserva un refugio antiaéreo, han identificado alteraciones del terreno a 1 metro de profundidad en la avenida Joaquín Poveda, que podrían indicar la existencia de varias galerías. Asimismo, se han detectado alteraciones metálicas que podrían corresponderse con algún depósito de armas o maquinaria desechada tras la Guerra Civil.
El trabajo de campo se realizó en las plazas de Baix y de Dalt, plazoleta Ramón y Cajal, calles Major, Iglesia, Cánovas del Castillo (Derrocat), Sancho Tello, Alcalde Nicolás Andréu y avenida Joaquín Poveda (Ciudad sin Ley).