Entrevista > Fulgencio Cerdán / Alcalde de Villena (Villena, 9-julio-1970)
Iniciamos nuestra andadura en esta hermosa localidad de Villena. Como siempre hacemos en todas las cabeceras impresas que inauguramos, nuestra primera entrevista es al alcalde de la ciudad, máximo representante de los ciudadanos de la misma.
Para que nuestros lectores conozcan un poco más a la persona que hay detrás del alcalde queremos hacer un repaso por tu vida en general. ¿Qué recuerdos tienes de la infancia en Villena y cuánto ha cambiado la ciudad desde entonces?
Qué pregunta me has hecho (risas). Pues la mayoría de recuerdos que me llegan de mi infancia, creo que como a todo el mundo, son muy familiares. De niño pasaba mucho tiempo con mis abuelos. Me recuerdo jugando en la calle a juegos populares como las canicas, algo que ahora no se hace. También yendo al colegio con los amigos.
Villena evolucionó mucho en los años 80 y 90. Luego, a partir del inicio de este milenio, hemos ido un poco más lento.
Cuánta diferencia de estar jugando en la calle a ahora estar todos con las consolas….
Sí. Recuerdo además estar en la calle y sin ningún sentido del miedo. Ni por parte de los padres ni de los hijos. Ahora Villena es una ciudad bastante segura donde no suele haber muchos problemas, pero sí es cierto que recuerdo una sensación de vivir con más libertad en aquella época.
«Fue irme a la mili y cambiar mi visión del mundo»
¿Cómo recuerdas del colegio? ¿Eras buen estudiante?
Era un estudiante medio, no destacaba especialmente. Luego llegué al instituto con 14 años y en mi primer año me fue regular. Ten en cuenta que venía de un colegio concertado con solo chicos, y en el instituto público me encontré bastante más libertad. Pues lo que pasa.
Mi padre lo tuvo claro, enseguida me sacó del instituto para ponerme a trabajar en la empresa familiar. Luego, cuando volví de la mili, tuve una segunda etapa encadenando varios trabajos y estudiando la Secundaria en el nocturno. A partir de ahí mejoraron mucho mis notas y luego ya fui a la universidad.
Antes era mucho más normal eso de empezar a trabajar más joven. De ahí lo de “¿estudias o trabajas?”. ¿Cómo crees que ha evolucionado el tema en este sentido para los jóvenes?
Ahora está todo más regulado, lo cual está bien porque antes había gente muy pequeña trabajando. Yo recuerdo estar ya con 14 años lavando coches en el lavadero de mi padre. Eso quizás te da un poder adquisitivo a temprana edad y probablemente te desmotivaba a seguir estudiando.
Así que está bien que se proteja a los menores a través de tantas salidas que hay ahora como el bachillerato, la formación profesional o los distintos ciclos. De esta forma tienen más tiempo para pensar qué quieren ser de mayores.
Incluso el hacer la mili, que es algo que algunos hemos pasado aunque ahora muchos no saben ni que existía.
De hecho para mí fue un antes y un después. Yo estaba trabajando en un supermercado de Villena de una forma bastante estable. Fue irme a la mili y cambiar mi visión del mundo. Estuve en una oficina de la compañía, porque aunque yo hubiera dejado el instituto por aquel entonces estaba estudiando contabilidad e informática.
Recuerdo que la mayoría de mis compañeros en la oficina militar era gente con carrera y preparada. Eso hizo que me motivara para replantearme lo que quería ser de mayor cuando regresara a Villena, y de ahí mi vuelta al instituto.
«No todo es fácil de comunicar al ciudadano, a veces entran muchas variables en juego»
Siempre has estado en la comparsa Piratas. ¿Por qué en dicha comparsa? ¿Cómo vivías la fiesta antes y cómo la vives ahora?
Era la comparsa familiar. Mi padre me inscribió con un mes que tenía. Esto es una tradición en Villena, no es nada especial.
He pasado por distintas etapas en la comparsa. En la juventud lo ves todo con mayor alegría y desenfreno. Luego pasé a pertenecer, junto a mi hermano, a una escuadra especial de la comparsa que también heredamos de mi padre. Entonces ya vivíamos los Moros desde otro prisma, más tranquilos y disfrutando con los amigos de los ratos que hay entre fiestas, que son muchos.
Desde que estoy en la corporación municipal ya se hizo más complicado, porque tienes muchos compromisos. Y ahora como alcalde todavía son más las obligaciones. En mis primeras fiestas en el cargo participé en mi comparsa, salvo algún acto y almuerzo. Luego hemos tenido la pandemia que nos ha privado de disfrutar las fiestas tanto el año pasado como este. Ahora tenemos todos mucha ilusión por darle la vuelta a esta situación.
Eres padre de dos niñas adolescentes. ¿Cómo se compagina ser alcalde y diputado provincial con la vida familiar?
Pues priorizando. Mi familia siempre está por delante, y todo el tiempo que me deja el trabajo se lo dedico a ellos. A mis amigos los tengo siempre ahí, aún conservo los que tenía en el colegio y de vez en cuando nos juntamos.
Pero desde que estoy en política priorizo mucho más a la familia porque, como tú dices, ahora son adolescentes y cuando entré en política una de ellas ni había nacido. El tiempo pasa muy rápido para ellas así que hay que aprovecharlo. Los amigos de verdad saben esperarte.
«Mi paso por la Universidad de Valencia lo viví como una segunda juventud»
Te licenciaste en Ciencias Físicas en la Universidad de Valencia. ¿Cómo fue para ti aquella experiencia?
Muy enriquecedora, yo la viví como una segunda juventud. Empecé la carrera con 24 años cuando mis amigos ya estaban inmersos en formar familia y sus trabajos. Yo había estado trabajando hasta que fui a la universidad, pero recuperé mis 18 años porque al fin de cuentas yo me relacionaba con gente de esa edad.
Es una carrera muy complicada que requiere mucha dedicación, pero en la que se aprende muchísimo sobre la naturaleza y lo que es la vida. El por qué estamos dónde estamos y vamos hacia dónde vamos. A mí me abrió mucho la mente tanto por la formación como por el hecho de salir de casa y vivir en un nuevo entorno.
Durante muchos años has sido profesor de matemáticas y de sistemas electrónicos. ¿Qué te llama más, la docencia o la política?
La docencia. La política la veo como una obligación por la que deberíamos de pasar la mayor parte de la ciudadanía para ver lo que cuestan las cosas, lo complicado qué es y encontrar esa cohesión de grupo que nos mantiene vivos a los seres humanos.
Yo de pequeño quería ser maestro. El momento más feliz de mi vida fue cuando aprobé la oposición para profesor, aparte del nacimiento de mis dos hijas. Lo demás también, no le voy a quitar mérito al gran honor de ser alcalde de tu ciudad, pero lo otro era algo que yo venía buscando desde siempre. De hecho sigo teniendo la plaza en excedencia, justo en el instituto donde estudié, así que mi intención es seguir allí.
«Lo primero que detectamos al llegar fue la falta de personal, entre ellos ni tesorero ni interventor»
¿Estás en política por antecedentes familiares?
No, la política siempre me ha interesado. Ya en la universidad participé en algunos consejos y fue por la Guerra de Irak cuando realmente decidí participar de forma más activa. Aquello fue el detonante y pensé que hablar en los bares está muy bien, pero que la única manera en la que podía realmente cambiar las cosas era metiéndome en la política.
¿Era cómo te esperabas o te ha defraudado?
Pues hay de todo, momentos muy buenos, que solo vives ejerciendo un cargo como éste, y también muchas decepciones… sobre todo a nivel personal de gente que piensas que están por una cosa pero luego acaban primando los intereses particulares sobre los colectivos.
Por otro lado somos los grandes incomprendidos, porque tomamos decisiones teniendo más información que el resto de personas que participan con nosotros, y a veces podemos generar algún disgusto.
A veces ocurre que a la hora de tomar las decisiones se nos olvida que hay que comunicarlas bien…
Eso también ocurre. Cuando entras en la vorágine del día a día en la que hoy tienes que tomar cuatro decisiones importantes, a veces es complicado. Hay cosas que se pueden comunicar muy bien, porque la gente lo entiende fácilmente, y otras que son más difíciles porque son muchas las variables que entran en juego.
«Es el momento de reivindicar que sabemos hacer bien las cosas»
También fuiste gerente de la Fundación Deportiva Municipal de Villena. ¿Un físico en deportes qué hace?
Pues mira fue un grito de auxilio en aquel momento, porque necesitaban una persona que fuera licenciada para ocupar el puesto. Estaba afiliado al partido y me dijeron: “Oye, que no encontramos a nadie”. En ese momento trabajaba en Valencia cubriendo una baja, y mi hija mayor era muy pequeña así que me interesaba estar más cerca de casa. Probé y al final funcionó.
Evidentemente se tiene que saber de deporte, pero sobre todo se tiene que saber gestionar. Al final tú estás en un puesto de gerencia, tienes algún asesor que entiende mucho más que tú de deportes y luego están los clubes que también te ayudan. Lo que estás es gestionando una fundación dedicada al deporte donde también hay personal, ingresos, gastos y se debe aplicar el sentido común a todo.
Yo pensaba que tendría dificultades en afrontar el reto, pero a la hora de la verdad me resultó relativamente sencillo. Además estaba Pedro Agredas de concejal, que también me lo puso muy fácil. Y de ahí saqué un aprendizaje que luego me ha servido para tomar posteriores decisiones.
Imagino que todas esas áreas que cubriste de 2011 a 2015 como Bienestar social, Sanidad, Deportes y Comunicación es una experiencia que ayuda también cuando llegas a la alcaldía.
Por supuesto. En estos momentos muy complicados que hemos pasado con una pandemia, habría sido todavía más complicado que alguien aterrizara en la alcaldía viniendo directamente de la calle. Yo ya conocía cómo funciona una administración pública, un ayuntamiento y esta casa, lo cual te da un bagaje que te facilita las cosas aunque ni mucho menos lo tienes todo aprendido. Yo me he visto en situaciones como alcalde que jamás se me plantearon ni de lejos como concejal.
Ser alcalde te da una visión global que no tienen los concejales generalmente. Ellos tienen muy claro cuáles son sus parcelas, consideran como un incendio cuando tienen un problema en su área, pero luego tú lo comparas con un área distinta y te parece más bien una quema de matorral. Y quizás ese concejal no lo entiende, porque para él eso es lo prioritario.
«Queremos apoyar a un sector comercial que da vida a nuestras calles y del que viven muchas familias»
También se aprende lo que hay que hacer y lo que no…
Sí, pero aún así te equivocas. Es un trabajo que tiene mucha multidisciplinaridad. Tenemos que saber de mucho. Evidentemente te dejas asesorar por la gente porque si no sería imposible, pero al final tienes que saber de todo. De contratación, de agua, de medioambiente… Tienes que tener al menos la capacidad de estar bien informado.
Es como una gran empresa, pero con mucha más exposición pública que la que tiene el sector privado. Los socios son los ciudadanos y la prensa también vive mucho de nosotros. Por supuesto tiene que estar todo fiscalizado por los funcionarios, el departamento de intervención, la secretaría y también por la ciudadanía. Porque estamos trabajando con dinero público. Esto está bien, pero conlleva tener una vida muy expuesta a nivel público.
Retrocediendo un poco, ¿cuándo te plantean este salto desde ser profesor hasta líder del partido para presentarte como alcalde?
Fue un cúmulo de circunstancias. A veces llegas con una idea a un sitio y luego salen oportunidades, e incluso los compañeros del partido te plantean cosas. Mi intención era estar en segundo plano, ayudando. Aceptas ser el número 12 en la lista, aunque sepas que solo saldrán 5 o 6, y luego resulta que entre dimisiones, una candidata que la nombran diputada… corre la lista y entras como concejal.
Una vez dentro te implicas y trabajas, porque si estás en un sitio no es para salir en la foto. Buscas los temas que dominas más según tu formación y haces buenas intervenciones y expedientes. Los compañeros te dicen “hombre Fulgen, ya que lo has hecho bien en las siguientes elecciones te mereces ir más arriba”. Total, una cosa te lleva a la otra y al final te ves en este sitio.
«Tenemos planificado poder tener dos o tres grandes superficies comerciales, junto a una zona de ocio»
La política municipal es la más cercana al ciudadano. ¿Qué competencias crees que debería tener y no tiene?
Una de las primeras cosas que detectamos fue la falta de personal en este ayuntamiento, sobre todo en lo que pudiéramos calificar como altos cargos. Faltaba tesorero, interventor, el secretario era estupendo pero recién salido de la oposición… teníamos la carencia de un tercio de la plantilla de la policía, solo había un ingeniero de obras públicas, y un largo etcétera.
Por eso uno de nuestros principales planteamientos fue cubrir estas plazas de carencia, lo cual creo que estamos cumpliendo a pesar de lo que cuesta puesto que el acceso a la Administración pública es muy complicado. Incluso hemos creado alguna plaza más.
Por ponerte un ejemplo, antes no había departamento de contratación, cuando en un ayuntamiento en estos tiempos todo pasa por ahí. Sin personas que piloten el Ayuntamiento, esto no funciona.
Lo que pasa es que una cosa complicada de explicar al ciudadano.
Es complicadísimo. El ciudadano lo que quiere es que la fuente funcione. No quiere saber si la razón es que simplemente hay que cambiar el grifo o si es una cuestión de tuberías rotas comidas por las ratas y hay que levantar toda la calle.
Siguiendo con tu trayectoria, en mayo de 2019 conseguisteis la confianza mayoritaria de los ciudadanos, lo que finalmente te llevó a la alcaldía. Imagino que es un momento muy especial saber que se ha recuperado ese apoyo.
En las últimas legislaturas trabajamos muchísimo en el grupo socialista. No quiero decir con esto que otros no trabajaran, solo cómo lo vivimos desde el PSOE. Trabajamos tanto que al final se le reconoció al alcalde con mayoría absoluta; la gente quiso recompensar la labor del equipo de gobierno pero solo tiene un voto y lo centró en su figura.
Luego hubo una gestión distinta durante cuatro años en la que nosotros participamos en la oposición y no en el equipo de gobierno. No sé lo que vio la ciudadanía, eso habría que preguntarle a cada uno, pero es cierto que lo que no nos había dado en la elección anterior, nos lo dio cuatro años después.
Ahora queremos reivindicar que sabemos hacer bien las cosas y en dos años sabremos si pasamos la reválida.
«Estamos trabajando cada día para que Villena sea más conocida»
No te quiero meter en un lío, pero me has comentado que cuando llegaste al ayuntamiento te encontraste una precariedad importante y precisamente Los Verdes que estaban gobernando antes son vuestros actuales socios de gobierno.
Había cosas que estaban en precario como el tema del personal, incluso ellos son conscientes de eso. Está claro que yo habría hecho algunas cosas de otra manera, quizás si hubieran tomado otras decisiones políticas las cosas podrían haber funcionado mejor. Pero es lo que hay y lo que la ciudadanía quiso. Nosotros les hicimos una oposición bastante contundente durante esos cuatro años.
Ahora los vecinos no habrían comprendido que con doce concejales el PSOE y Los Verdes, que ya gobernamos conjuntamente en otra etapa, no nos hubiéramos entendido. Evidentemente hay sus roces, como los hay dentro de los propios grupos municipales, que no hace falta que os lo cuente porque sois un medio que estáis en toda la provincia y veis estas cosas a diario.
Lo cierto es que el funcionamiento está yendo bastante bien. Al final somos personas las que estamos al frente de las delegaciones y, aunque hay sus distintos planteamientos que son legítimos porque somos dos partidos distintos, se han sacado los presupuestos de manera regular con muchos proyectos y la incorporación del remante, que es mucho dinero, fruto del consenso.
Los presupuestos, aunque mucha gente no lo entienda, es la base para la gestión.
Por eso digo que todos tendríamos que pasar por un cargo político para entender lo complicado que es el día a día y lo importante que es tener un presupuesto municipal aprobado y a tiempo.
La pandemia ha supuesto la digitalización. ¿Cómo podremos compaginar el fomento de la tecnología con activar el comercio de cercanía?
Es muy complicado. El comercio de cercanía ya estaba tocado antes y la pandemia le ha pegado un estocazo que ya veremos si conseguimos recuperarlo. Creo que tenemos que poner el acento en ello. Sobre todo en ciudades como Villena con un importante sector comercial que ayuda a dar vida a nuestras calles y del que viven muchas familias.
Para eso uno de los proyectos que vamos a sacar adelante en esta legislatura es la reurbanización del eje principal de la avenida de la Constitución, entre los Salesianos y la Puerta de Almansa, que es la zona comercial más importante de nuestra ciudad, sin querer hacer de menos a otras. Se va a cambiar todo el suelo e imagen para hacer más atractiva la zona.
Otro aliciente que tenemos en marcha es repetir la campaña con la Asociación de Comercio donde sorteamos premios económicos. Estamos volcados en ayudarles, y tenemos una interlocución absoluta con ellos porque además son muy dinámicos.
Se ha recuperado algo de población y con los proyectos existentes puede ir a más. ¿Cómo se plantea esas salidas comerciales, de ocio y hostelería que son tan necesarias?
Estamos ahora ultimando la unidad de ejecución número 20 que junto a la 21 sumarán dos o tres grandes superficies comerciales, junto a una zona de ocio. Estamos viendo el encaje que tiene en nuestro plan general que es muy antiguo en esa zona, y las demandas de hace 30 años no son las de ahora.
Según me ha trasladado el concejal de Urbanismo, esto está ya prácticamente cerrado. En breve podremos ya llevarlo a pleno y darle el pistoletazo de salida. Es algo que de verdad nos están demandando muchísimo; hay mucha gente interesada en montar este tipo de negocios aquí en Villena.
«Las decisiones más difíciles son las relacionadas con el personal»
El proyecto estrella en el plano de la logística, del empleo y de la inversión es la zona de actividades logísticas y el Puerto Seco. ¿Cómo se lleva este avance?
Hay dos cosas como bien has dicho. La zona de las actividades logísticas, que en estos momentos depende de la empresa que solicitó desarrollar esa área y el ayuntamiento le dio su apoyo en el pleno, exactamente igual que habría hecho con otra empresa que hubiera venido. Ahora estamos esperando a que presente el proyecto ante Conselleria para ver si tiene el visto bueno.
Yo pensaba que esto iba a estar ya por estas fechas. Si se sigue demorando mucho, no descarto que sea el propio Ayuntamiento quien haga una modificación puntual. Porque nos consta de primera mano que muchas empresas están deseosas de encontrar un suelo logístico con este tamaño y ubicación tan ideales.
Respecto al intercambiador o Puerto Seco que se le llama, es un poco lo mismo. Estamos a expensas de si la Generalitat elige una ubicación u otra. Parece ser que la empresa privada será quien desarrolle la actuación, independientemente de que la Generalitat pueda ayudar. Nosotros estamos en conversaciones con varias entidades importantes y lo que nos trasladan es que como hay cierta incertidumbre al no saber cuándo empezará esto, pues no tienen aún muy claro dar ese paso.
¿Será Villena la capital del interior de la provincia de Alicante?
Yo creo que Villena ya es la capital, otra cosa es que no hayamos conseguido ponerle el cascabel al gato del todo. Por patrimonio es evidente para cualquiera que nos visite. No obstante, es cierto que somos desconocidos en el resto de la provincia y es algo en lo que estamos trabajando cada día.
Tenemos una gran asignatura pendiente que son las plazas hoteleras, en lo que también nos encontramos por el buen camino para conseguir ampliar y que la gente pueda pasar la noche aquí en un hotel u otro establecimiento de dimensiones importantes.
Sé que esto será difícil de responder. ¿Cuál es la decisión que más te ha costado tomar como alcalde?
Las decisiones relacionadas con personal. Son las más difíciles porque se intentan tomar con absoluta objetividad e información sobre la mesa, pero ya sabes que al final van a alegrar a unos mientras que harán daño a otras personas.