Llega septiembre, y eso en Santa Pola solo puede significar una cosa: fiestas patronales. Un año más, los santapoleros celebran con devoción los días dedicados a su Virgen de Loreto, una tradición tan arraigada en el municipio que ni la propia pandemia ha podido con ella.
Sin embargo, son muchos los que desconocen quién es realmente la protagonista de esta fiesta. ¿De dónde salió la Virgen de Loreto? ¿Se celebra en otros lugares? Si su día eclesiástico oficial es en diciembre, ¿por qué en Santa Pola la celebramos en septiembre? Responderemos a todas estas preguntas en este artículo dedicado a nuestra distinguida patrona.
De Palestina a Croacia
Dice la leyenda que la antigua casa donde se crio Jesús en Nazaret con sus padres, donde el ángel Gabriel anunció a María que sería la Madre de Dios, se encontraba en peligro de destrucción hacia el siglo XIII. La razón era que los mamelucos, una civilización muy guerrera originaria de Asia, había invadido la zona de Palestina-Israel.
Antes de que esta sacra vivienda fuera destruida, en 1291 unos ángeles bajaron del cielo hasta Nazaret para arrancarla de su ubicación y llevársela a otro lugar más seguro. El viaje no fue precisamente corto, pues los seres divinos no aterrizaron hasta llegar al reino de Croacia.
Los ángeles llevaron la Casa Santa desde Palestina hasta Croacia e Italia
Cura milagrosa
Evidentemente los habitantes locales se extrañaron al ver una casa nueva aparecida de repente, pero pensaron que sería de algún nuevo vecino que la había construido en tiempo récord. Sin embargo, la propia Virgen María se apareció ante un cura que se encontraba muy enfermo y le explicó que ese había sido su hogar doce siglos atrás.
El sacerdote se curó de sus males de forma milagrosa y corrió a avisar a los demás. Cuando entraron en la casa, encontraron una talla de madera de la Virgen sosteniendo al Niño Jesús en sus brazos.
Traslado a Italia
Este no fue ni mucho menos el último traslado de esta casa. Solo tres años más tarde los ángeles volvieron para llevársela otra vez, quizás por miedo a que las excesivas visitas acabaran pasando factura al santo lugar.
Según dicta la tradición, fue en la noche del 9 de diciembre cuando aparecieron para cargar con la construcción y echaron el vuelo. Tras cruzar el mar Adriático llegaron a la república de Ancona (en la actual Italia) la mañana del día 10 y la depositaron en un lugar apartado, en medio de un bosque de laureles.
La palabra laurel en latín se dice ‘laurus’, y para expresar un lugar donde abundan se utiliza el nominativo ‘lauretum’. De ahí que los primeros anconitanos que encontraron la casa en su nuevo emplazamiento empezaran a denominar la talla como ‘la Virgen de Loreto’.
Fue llamada ‘Loreto’ por tener la casa en un bosque de laureles
Huyendo de los bandidos
El rumor no tardó en correr, por lo que de nuevo numerosos visitantes se agolpaban para reverenciar a la Virgen. Algunos bandidos se percataron de la escasa vigilancia que había en el bosque para asaltar a los peregrinos.
Esta situación motivó que de nuevo, solo ocho meses más tarde, se trasladase de la misma forma y por tercera vez la vivienda a otro lugar. En esta ocasión la ubicaron sobre una colina, un emplazamiento bastante más visible y por tanto más difícil para que los ladrones atacasen por sorpresa.
Protegida por los vecinos
Hubo un cuarto traslado meses más tarde, ya que los dueños de los terrenos se enzarzaron en una agria disputa por la propiedad de la Casa Santa que acabó hartando a los pacientes ángeles. En esta ocasión eligieron un lugar cuyos vecinos se comprometieran a cuidar de la vivienda, e incluso a edificar alrededor un pueblo y una iglesia que la protegiera.
Así pues, desde entonces la vivienda original de Jesús está -según la leyenda- en la localidad italiana de Loreto. Todavía hoy son miles los peregrinos que cada año acuden aquí para conocer el santuario de la Santa Casa. Tras todos aquellos viajes, los ángeles por fin pudieron descansar de tanto traslado.
La leyenda dice que la talla que está en Santa Pola llegó por el mar
Patrona de los aviadores
Cuando a principios del siglo XX se inventó la aviación, la Virgen de Loreto fue denominada la virgen de los pilotos por todos aquellos viajes realizados por los ángeles. Hoy día es la patrona de las fuerzas aéreas militares de España, Bolivia, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Venezuela.
También lo es, además, de un buen número de municipios, sobre todo en España y en México. La mayoría de ellos celebran su fiesta el 10 de diciembre, día oficial de su festividad, dado que fue la fecha de su primera llegada a Italia.
A Santa Pola, por mar
Este no es el caso de Santa Pola. Resulta que nuestra talla de la Virgen apareció -según la tradición- en 1643, portada por un barco que se vio obligado a atracar en la villa marinera a causa de la mar picada. Dos veces más el capitán intentó zarpar, pero en ambas ocasiones el temporal les devolvió al puerto santapolero.
Finalmente entendió que la propia Madre deseaba quedarse aquí, así que se la regaló a los lugareños. Por esto Santa Pola celebra su Virgen de Loreto el 8 de septiembre, el día oficial de ‘las vírgenes aparecidas’. Costumbre que comparte con algunas otras localidades con la misma patrona, como Mutxamel, Xàbia o Tarragona.