‘Batoi. La grandeza de un barrio’ es el libro que el alcoyano Juan José Jordà Reig ha querido dedicar al escenario de su infancia y juventud. Es también un homenaje a su padre, quien durante muchas décadas estuvo estrechamente vinculado a la vida del barrio.
Después de medio siglo materializando los libros de otras personas (a través de su trabajo en una empresa gráfica), ahora ha sido el turno para que Juan José pueda escribir el suyo propio.
¿Cuál es tu vinculación con el barrio?
Yo me fui a vivir a Batoi a los tres años. Al ser familia numerosa, mis padres consiguieron casa en la agrupación de viviendas de Mariola la Asunción, que son las primeras de planta baja que se construyeron en el barrio. Viví allí hasta que me casé a los 20 y pocos, cuando me fui a la Font Dolça, a la otra punta de Alcoy.
«En el libro cuento la historia de una posible roca de meteorito que cayó en Batoi en los 60»
¿Cómo nace la idea de escribir el libro?
Me empecé a plantear este proyecto cuando me jubilé en 2016, después de pasarme casi toda la vida trabajando para una empresa gráfica. Pero la razón principal para escribir el libro ha sido dejar constancia de todo lo que hizo mi padre por el barrio. Tuvo mucha inquietud por la vida social de Batoi, colaborando en la organización de muchos festejos.
¿Tuviste ayuda para materializar el proyecto?
Sí, mi amigo Pepito se ha encargado de dar forma al libro a través de la maquetación. Y el historiador Alfonso Jordà me ayudo a definir la estructura. Él ha sido durante muchos años cronista de la Asociación de San Jorge, y en la empresa gráfica donde trabajaba nos hemos encargado siempre de diseñar la revista de fiestas, así que nos conocíamos desde hace años.
Alfonso me indicó el guión que debía seguir, ya que empecé escribiendo mucho pero sin la forma adecuada. Ahora veo el resultado y estoy maravillado. Piensa que yo solo tengo el certificado de estudios.
La recaudación de la obra se destinará a la asociación de vecinos del barrio
¿Cuáles han sido tus fuentes de información?
En el libro he incluido cosas vividas por mí, pero también he entrevistado a gente del barrio con la que he convivido. Además, he visitado con mucha asiduidad la biblioteca municipal del barrio del centro, consultando los archivos de prensa y toda la bibliografía que contuviera algo de Batoi. Por otra parte, la asociación de vecinos me ha facilitado muchas fotos.
¿Puedes contar alguna anécdota que hayas recogido en el libro?
Cuento la historia de una posible roca de meteorito que cayó en Batoi. Fue durante la década de los 60. Entrevisté a un hombre que me contó con detalle cómo era la roca y donde cayó exactamente. Aquella piedra acabó en el depósito de la policía municipal y ahí se pierde su pista.
En los 50 se inició el desarrollo urbanístico de Batoi, con la construcción de casas para emigrantes
Tengo entendido que la recaudación de la obra se destinará a una buena causa.
Sí, haré entrega del dinero a la asociación de vecinos de Batoi, para que se pueda destinar a la rehabilitación del antiguo cine del barrio. Durante el proceso de documentación para el libro leí una noticia de 2010 donde el actual alcalde anunciaba la reconversión del inmueble en un centro de día.
El proyecto al final no se materializó, aunque hubiera sido de gran ayuda para la gente de la zona. Con mi aportación espero colaborar para que se instale allí algo; si finalmente no es un centro de día, que por lo menos sea un espacio del que puedan disfrutar los vecinos.
Lugar de acogida de emigrantes
Con anterioridad a la formación del actual barrio, a finales del siglo XIX, había algunas casas de campo, una de ellas denominada Batoi. Dentro del proceso de crecimiento urbano de la ciudad de Alcoy, en la década de 1950 se inició el desarrollo de dos sectores del barrio de Batoi, con la construcción de casas para emigrantes venidos desde Andalucía, Albacete y otras zonas de la Comunitat Valenciana.
En la zona alta, entre 1952 y 1964, se construyeron casas subvencionadas, distribuidas por el Sindicato de Vivienda o por el Ayuntamiento, que fueron asignadas a familias de trabajadores. Se crearon cinco grupos: La Asunción, San José, Santa Margarita, Campaña de Navidad y de Maestros, con 284 casas.
En la otra zona, ubicada en la parte baja y denominada San José Obrero o Barrio de los domingos, los nuevos llegados al barrio compraban pequeños terrenos y se construían su propio hogar en su tiempo libre, de ahí la denominación ‘de los domingos’.
Urbanización y dotación
Con los años, el barrio completó su urbanización y dotación. En 1968, la Parroquia de San José Obrero se estableció en una antigua ermita dedicada a San Roque. Al principio hubo una escuela de Primaria que se transformó en un instituto de Secundaria, que llegó a tener hasta 1.000 alumnos, y actualmente es un centro de Formación Profesional. La actividad industrial se concentra en varias zonas de Batoi, en las que se localizan fábricas y talleres.
En la década de 1980 se creó el denominado grupo de viviendas El Castellar, separado del resto del barrio por la carretera a Banyeres, y entre los años 1990-1995 se construyó el parque de Batoi, que supuso la unión del barrio con la ciudad.