Nada menos que 72.000 euros anunciaba el consistorio petrerí en marzo del pasado año, cuando la pandemia aún galopaba desbocada, para “modernizar y mejorar los juegos infantiles de cuatro parques públicos”.
Bueno, al cabo los parques, lugares de esparcimiento y a la vez pulmones más o menos verdes de las poblaciones, son necesarios, infantiles incluidos, más en ciudades tan congestionadas como las actuales. Aunque, en ese aspecto, hay que reconocer que Petrer posee una buena cantidad de ellos.
Recorramos algunos de estos, pero teniendo en cuenta que en Petrer, la sierra del Cid allá al fondo lo marca, hay que subir siempre, así que empecemos por abajo, como mandan los cánones.
Por ejemplo, desde la fronteriza avenida de Madrid podemos coger la calle Camino Viejo de Elda y marchar hacia el Mercado Frontera. Esta lonja se construía tras desmontar en 1987 la mítica Cerámica Millá. Los espacios de nueva factura que la rodean dejaron sitio suficiente para el esparcimiento, dedicado a la cerámica.
Son 240.000 metros cuadrados los que el ayuntamiento contabiliza en el apartado de jardines y parques urbanos
Parques según definición
La empresa, fundada en 1877 pero ubicada allí desde 1924, dejaba un poso físico que fue utilizado: chimeneas, un arco de medio punto, maquinaria… y una nueva obra adosada a algunos de estos elementos y que, dada la ocupación a la que se destinaron sus instalaciones, iba a ser bautizado precisamente como el Forn Cultural.
No obstante, ¿los jardines Rey Juan Carlos I y la plaza Paco López Pina, donde se encuadra el complejo, son un parque? Como tal aparecen descritos, pero eso cambia si nos vamos a la definición clásica, decimonónica si se quiere, de lo que es un parque, o sea, los espacios urbanos, abiertos o cerrados, dedicados, según la RAE, “a praderas, jardines y arbolado, con ornamentos diversos, para el esparcimiento de sus habitantes”.
Ahora, tampoco tenemos que movernos mucho si queremos introducirnos en un ejemplar muy auténtico de parque, vallado, con riachuelos, cascada, anfiteatro para actuaciones, flora abundante, paseos.
Una nueva zona de expansión
La entrada con arco de El Campet no deja de recordar al arco de medio punto que podemos admirar en la plaza del Forn Cultural. Y, dentro, la inmensa concha que cubre el activo escenario al aire libre no deja de jugar con lo decimonónico y lo futurista, como reinterpretación masiva y galáctica del templete de toda la vida bajo… ¿pétalos?, ¿élitros, las alas duras de los insectos? Son 19.000 metros cuadrados con abundantes rincones para relajarse del tráfago urbano.
El parque se inauguró en los noventa en una de las zonas de expansión de la urbe, por donde antaño se ubicaron las alfarerías, como patentiza su cercanía a los jardines Rey Juan Carlos I y la plaza Paco López.
Y suma frescor a los 240.000 metros cuadrados que el ayuntamiento contabiliza en el apartado de jardines y parques urbanos. Pero no es el único, claro. Obviaremos, salvo alguna excepción, las abundantes plazas y, ya puestos, sigamos paseando.
Los dos más extensos fueron inaugurados en los noventa
El gran respiradero urbano
Bueno, pillamos la calle Óscar Esplá y luego la avenida Reina Sofía, con la silla del Cid allá al fondo. Ahora nos desplazamos al otro gran pulmón metropolitano petrerí, el parque 9 d’Octubre, 23.000 metros cuadrados también inaugurados en los noventa.
Eso sí, en este caso la planta cuadrangular de El Campet se cambia por una irregular, adaptada al terreno, que se eleva por toda la barriada cruzada por el vial Calvari-Berenador. Luego volveremos al lugar en nuestro paseo bajo arboleda.
De momento, disfrutemos de más graderío (aquí, aprovechando los antiguos bancales escalonados para cultivo), floresta, bar-restaurante y un estanque con géiser que se ha convertido en muchas guías en una de esas imágenes que buscan atraparte cuando planificas las vacaciones.
Buena parte de los actos de las fiestas patronales se desarrollan en este espacio, y el propio nombre marca sus intenciones oficialistas. Si el otro era ‘el campillo’, este va por el Día de la Comunitat Valenciana.
El dedicado al alcalde Vicente Maestre fue jardín de colegio
Plazas y miradores
No muy lejos, abiertos y mucho menos extensos, tenemos los jardines del Alcalde Vicente Maestre, la Explanada, de veteranos muros, agradable sombraje, bancos donde sentarse, aire a lo espacio público romano y un pasado (formaban parte del antiguo colegio Primo de Rivera) que nos lleva hasta 1929. Vicente Maestre (1935-2013), por cierto, fue el primer alcalde democrático.
Volvamos, como prometimos, a la calle del Calvari. Subimos a las ermitas del monte Calvario: la de San Bonifacio, Mártir (1634) y la del Calvario (1674), donde, andando escaleras arriba, algo de arboleda nos cobijará. Allí, el ‘balcón de España’, según Emilio Castelar (1832-1899), nos devolverá la imagen de un Petrer verde, ajardinado, refrescante.