Entrevista > Jesús Javier Villar Notario / Alcalde de San Vicente del Raspeig (Jaca, Huesca, 4-enero-1964)
Empezamos nuestra andadura en San Vicente del Raspeig y, como no puede ser de otra forma, lo hacemos entrevistando al máximo responsable de la ciudad, su alcalde, para conocerle mejor como persona, sus inquietudes y preferencias, y que le ha movido en la vida hasta llegar al día de hoy.
Naciste en Jaca por azares del destino…
Mi madre es sanvicentera y mi padre es de un pueblo de Jaén llamado Martos. Se conocieron aquí y por trabajo se desplazaron a Jaca donde vivieron 20 años. Por eso tanto yo como todos mis hermanos, menos el mayor, nacimos allí. Ya, al jubilarse mi padre, regresamos a nuestro lugar de origen.
Yo siempre digo que soy hijo, esposo y padre de sanvicenteras, aunque yo no lo sea. De todas formas llevo aquí desde que tenía siete años.
«Alternar la vida de una empresa privada con la Administración fue muy enriquecedor»
Comenzaste Ciencias Empresariales, colaboraste en temas de Ciencias Ambientales, estuviste muchos años en departamento de contabilidad… ¿Qué es lo que más te ha influido de todo esto en tu trayectoria profesional?
Sumar experiencias es algo que siempre te enriquece en la vida. Durante catorce años compaginé trabajar en una empresa privada y en la Universidad de Alicante (UA). En realidad empecé en la universidad con contratos, y me presenté dos veces a oposiciones pero no aprobé. Entonces me llamaron de una empresa privada y cuando ya tenía mi puesto de trabajo en otro sitio, la UA creó el servicio de Deportes. Me ofrecieron incorporarme y la verdad es que consiguieron tocarme la fibra, así que acepté.
Sin dejar mi trabajo estuve catorce años de interino hasta que conseguí sacar la plaza en Deportes. Yo creo que alternar la vida de una empresa privada con la Administración ha sido muy enriquecedor. De hecho muchas de las cosas que aprendí en esa empresa luego me han venido muy bien en el Ayuntamiento.
Todo lo que son números es algo muy importante para un ayuntamiento.
Sí. Además era una ingeniería donde hacíamos proyectos para la Administración y trabajábamos mucha obra pública. No lo que es la obra directa pero sí los proyectos y las direcciones. Así que ya tenía ese trato con diferentes administraciones.
«Mi primer contrato laboral fue con el Ayuntamiento de San Vicente para hacer el padrón municipal»
Fuiste responsable de poner en marcha el Plan de Gestión Integrada del Deporte Universitario. ¿En qué consistía?
Es un plan que hicimos con el Consejo Superior de Deportes (CSD). Cuando se creó el servicio en la UA y entramos nosotros, por esa época solo había tres o cuatro pelotas de fútbol y tenis que estaban en el despacho del anterior director. La gente directamente iba a pedírselas cuando querían jugar.
Es decir, no había una estructura. Nosotros lo que pretendíamos era precisamente crear estructura dentro de las universidades y una liga de deporte universitario que funcionó muy bien. Ahora ya hay campeonatos de España en prácticamente todos los deportes, e incluso en algunos se crearon ligas universitarias.
Tu relación con la UA viene desde estudiante, y luego ya como funcionario de carrera siendo técnico en Deportes. Ahora además eres alcalde de la ciudad donde está el campus. Imagino que es una relación íntima e importante, ¿no?
Empecé a tener relación con la UA en 1985 y entré en Deportes desde 1990. Mis primeros pinitos laborales fueron aquí.
Aunque os contaré una anécdota. Mi primer contrato laboral fue con el Ayuntamiento de San Vicente para hacer el padrón municipal. Antes se contrataba a gente para ir casa por casa anotando quien vivía, cuáles eran sus condiciones, sus estudios, etc. Esto es algo ahora impensable.
Y respecto a la UA no solo es que esté en mi municipio, es que la considero mi casa.
«La UA no solo es que esté en mi municipio, es que la considero mi casa»
El deporte ha sido algo importantísimo en tu vida porque has sido jugador, entrenador, presidente, directivo, árbitro… ¿te queda algo por ser?
La verdad es que no. Yo hacía hockey hierba y hockey patines, pero al final tuve que decidirme por uno porque las competiciones no permitían jugar a todo. Escogí el primero y ahí, como tú bien dices, he sido jugador y entrenador en División de Honor, así como árbitro en competición nacional e incluso he pitado algún partido a nivel internacional. También fui campeón juvenil varios años.
En el mundo del hockey es habitual que la gente haga varias cosas porque nunca ha habido un gran número de licencias en España. Así que es normal que cuando acabas de jugar te pongas a entrenar y también a ser árbitro. Es un deporte totalmente amateur y no te da económicamente para poder subsistir, pero el vivir esas experiencias y el conocer amigos por toda España es muy gratificante.
¿Y por qué el hockey concretamente?
Pues mira. Llegué en septiembre de 1971 a San Vicente, y fue en noviembre cuando mi hermano me dijo que se había apuntado a un deporte con unos amigos que se jugaba en la universidad. Y yo le dije: “Pues me voy a jugar contigo”.
Por entonces tenía siete años y la verdad es que hasta aquel momento no había practicado ningún deporte especialmente. No jugaba al fútbol en ningún equipo. Así que decidí probar por algo nuevo como el hockey y desde entonces me enganché.
«En hockey hierba he sido jugador y entrenador en División de Honor, así como árbitro en competición nacional e incluso internacional»
¿Te decantaste por el hockey hierba porque te gustaba más que el de patines?
Llegó un momento en el que había que decidir para pasar de juvenil a senior. Mi club de hockey patines tenía un equipo a nivel nacional y las posibilidades de lograr un puesto para entrar eran más complicadas pues no cabíamos todos. En hockey hierba también subimos a división nacional, pero percibí que tenía más hueco.
El deporte, igual que decías antes de la empresa privada, es otra de esas cosas que genera unos valores y una disciplina muy adecuada para todo.
Sí. Siempre se dice en el deporte que se aprende más de las derrotas que de las victorias. Y además jugar en un deporte de equipo es muy importante porque ya no es solo tu esfuerzo sino también el de tus compañeros.
Nosotros nos hemos pasado horas y horas de autobús. Me acuerdo que nos decían: “Que suerte que conocéis toda España”. Pues hombre, realmente de las ciudades solo acabábamos conociendo el pabellón, un hotel y poco más. Además, como el hockey es un deporte donde no hay mucho dinero a los clubes le cuesta económicamente mucho mantener todo, y había jornadas que jugábamos el sábado en Málaga y el domingo en Sevilla.
En cualquier caso, esas sensaciones que tienes en el deporte… poquitas cosas en la vida te las pueden dar.
«Las sensaciones que tienes en el deporte… poquitas cosas en la vida te las pueden dar»
Pasando a tu otra pasión, es decir la política. Comienzas tu militancia en el PSOE en 2006. ¿Qué te motivo a ello?
Había un grupo del PSOE en la UA donde estaban algunos compañeros míos y buscaban gente, para que hubiera una representación de la universidad en la agrupación de San Vicente de cara a las siguientes listas. Entonces me dijeron que yo podía tener cabida dado mi perfil, ya que estaba integrado en deportes y en las fiestas por lo que ya era una persona conocida.
Siempre he llevado dentro los valores socialistas, así que no me costó dar el paso de afiliarme al PSOE. Me propusieron para las siguientes listas y comencé de concejal en 2007.
¿Y cómo fue el paso para presentarte a alcalde?, porque creo que estuviste a punto de dejarlo…
Sí. Fue después de dos legislaturas en la oposición que fueron muy complicadas, porque aquí el PP tenía una mayoría absoluta muy holgada. Durante esos ocho años yo pude influir muy poco en el municipio. Hacía propuestas que luego no tenían acogida. Así que al final ya dije “pues mira, me centro en mi trabajo”, el cual además no lo había dejado nunca.
Sin embargo surgió la posibilidad de que la persona que se había presentado en las tres últimas elecciones ya dejaba de ser candidato, y el partido me lo ofreció. Lo de encabezar la lista me resultó un planteamiento diferente, así que decidí probar a ver.
En aquel momento el PP tenía 15 concejales y conseguir la alcaldía no se veía como un objetivo fácil, pero aún así yo pensé que era el momento de dar el paso y vivir aquella experiencia. Luego tuvimos la suerte de poder formar un cuatripartito y lograr la alcaldía. Y desde entonces.
«Siempre he llevado dentro los valores socialistas, así que no me costó dar el paso de afiliarme al PSOE»
Efectivamente conseguiste los votos… y también los apoyos. Porque los acuerdos, aunque pueda haber una similitud o coincidencia, son complicados de conseguir y gestionar.
Además, no estábamos acostumbrados. Ahora cada vez hay menos mayorías absolutas y todo el mundo cuando se presenta a unas elecciones está mirando con quién puede pactar para gobernar. Sin embargo en aquel momento éramos los primeros.
Fuimos cuatro partidos, que si bien éramos todos de la izquierda, cada uno tenía sus condiciones e intereses como es normal. Además nosotros teníamos cinco concejales y el que menos tres, con lo cual mucho tampoco podíamos imponer. Teníamos claro que como partido más votado debíamos tener la alcaldía, pero a partir de ahí había que negociar muchas cosas. Al final de estas horas de negociaciones también se aprende. A todos nos movía que el tiempo del PP en San Vicente se había acabado y todos cedimos para que el acuerdo fuera posible.
No lo harías tan mal cuando en el mandato siguiente el PSOE pasó de cinco a diez concejales…
Eso fue una gran alegría. En los municipios no hay tantas encuestas como nos gustaría, pero pulsando la calle nos esperábamos un buen resultado. Aun así, fue una agradable sorpresa el doblar los concejales para tener una mayoría más amplia en el equipo de gobierno.
«Durante ocho años en la oposición yo pude influir muy poco en el municipio, hacía propuestas que luego no tenían acogida»
Con la nueva ejecutiva de San Vicente, ¿volverás a ser candidato a la alcaldía?
Tenemos que decidirlo en octubre. El compromiso con la nueva secretaría general era que yo me apartaría un poco día a día de la dirección del partido, pero que en principio sí estoy dispuesto a repetir como candidato si el partido considera que así debe de ser. Y sobre todo si en la calle yo percibo que puede ser una propuesta que tenga continuidad.
A día de hoy el partido me ha dejado claro que me apoya, también a nivel autonómico. Y respecto a la calle, por el momento sí estoy percibiendo sintonía con esa posible candidatura.
Cuando uno se mete en política al principio suele pensar que va a estar solo cuatro u ocho años, pero luego se da cuenta de que cuando se empiezan proyectos no se acaban tan fácilmente y se necesita más tiempo.
Es verdad que cuando empiezas te intentas marcar un límite y piensas que ocho años puede ser suficiente. También es cierto que en esta segunda legislatura nos ha tocado vivir una situación muy complicada (la pandemia) para la que no estábamos preparados ni pensábamos nunca que podría ocurrir.
Todo esto ha ralentizado un poco ese diseño de ciudad y esas cosas que quieres hacer. Creo que una tercera legislatura sí nos daría ese tiempo suficiente para realizarlo.
«A día de hoy el partido me ha dejado claro que me apoya, también a nivel autonómico»
En estos siete años habrá habido momentos más dulces y más amargos. ¿Recuerdas especialmente a alguno de cada?
De entre los dulces, yo me quedo sobre todo con el cariño de la gente. El estar en la calle y que los vecinos, sobre todo los jóvenes, sepan que eres el alcalde, quieran estar contigo e incluso hacerse una foto porque eres accesible a ellos y les contestas siempre hasta a sus mensajes por redes sociales. Esto produce un retorno en la calle que la verdad es que es muy agradable.
También cuando consigues hacer una obra, como cuando firmas el pabellón aunque luego salgan problemas y lo tengamos parado por el tema de los costes. Son cosas que van a quedar en la ciudad durante muchos años, y te queda mucha satisfacción. Pero en realidad es el trato con la gente en la calle lo que te empuja a seguir.
Y respecto a lo negativo, pues las cosas que no puedes resolver. A veces la gente cree que traspasando la puerta del despacho del alcalde tienes todas las soluciones, pero en muchas ocasiones te das cuenta de que no puedes atender problemas de necesidades que tienen los ciudadanos. Ya sea que la crisis les ha afectado, que no llegan a fin de mes, la llegada que estamos teniendo ahora de los ucranianos, etc. El no poder llegar a todas esas cosas es lo que peor te deja.
Imagino que también fue amargo el vivir aquellas problemáticas, pequeñas o grandes, que sucedieron dentro de tu partido. Supongo que eso marca ya que eran tus propios compañeros.
Evidentemente cuando te presentas a unas elecciones con una lista pues, hombre, piensas que los tuyos son los más cercanos y quienes te van a hacer la vida más fácil. Cuando eso no es así, pues es verdad que tienes problemas.
Con la oposición ya cuentas que eso es normal, con los socios de gobierno hay una sintonía estupenda porque ya hemos aprendido a trabajar desde hace años, y que los problemas acaben siendo con tus propios compañeros pues… no es algo fácil.
Pero son de las cosas con las que no te quieres quedar. Eso deben ser anécdotas porque lo importante es el servicio a los ciudadanos de San Vicente. Es para lo que nos presentamos.
Como decías, esta legislatura ha estado marcada por la pandemia. ¿Qué proyectos se han tenido que paralizar? ¿Ha afectado a la economía todas las ayudas que ha habido que dar?
Es verdad que se trasladó una parte importante de dinero desde el Ayuntamiento para poder dar ayudas. Además dejamos de cobrar algunas tasas importantes como la de terrazas para la hostelería, que sigue suspendida hasta final de este año.
En ese momento hubo que dedicar el dinero a lo que realmente era importante. Nos dieron la oportunidad de ser ágiles con esos contratos de emergencia, y creo que ahí dimos una buena respuesta sobre todo en las necesidades básicas de los ciudadanos. Pusimos unos bonos a disposición de los vecinos que fueron muy acogidos. También dimos ayudas a autónomos y los bonos comercios que fueron un millón de euros para incentivar las compras en San Vicente.
En ese momento había que sacar el dinero de donde fuera para atender estas cuestiones. Es verdad que hubo que modificar, pero las cuentas del Ayuntamiento están muy saneadas. Tenemos un superávit importante así que destinamos todo lo necesario para que la economía del municipio se resintiera lo menos posible.
«Los ayuntamientos tenemos que dar muchos más servicios que en los últimos años, pero no nos dejan aumentar las plantillas»
Superávit que no sé si ya se puede utilizar, porque durante mucho tiempo los ayuntamientos han estado penalizados a nivel nacional con la famosa ‘Ley Montoro’ como si fueran los culpables de todo.
Además, cuando en la gran mayoría de municipios estaban las cuentas bien hechas. Es cierto que había algunos que tenían una deuda importante, pero en el resto de municipios teníamos más de 8.000 millones de euros en nuestras cuentas.
Desde luego los ayuntamientos no hemos sido los culpables del déficit. Y además las restricciones que nos ponen a los municipios no se las ponen ni a las autonomías ni al gobierno de España. Es decir, si jugáramos todos con las mismas condiciones estaría muy bien. Nosotros no queremos gastarnos más de lo que tenemos, sino gastarnos lo que tenemos. Si ingresamos más, pues que nos dejen gastar más.
Es verdad que en estos últimos dos años sí hemos tenido esta opción, aunque solo en obra y nunca en contratación de personal. Eso es algo que venimos reclamando cada vez que tenemos la oportunidad. Los ayuntamientos tenemos que dar muchos más servicios que en los últimos años pero no nos dejan aumentar las plantillas. Sobre todo en municipios que estamos saneados y crecemos en población.
Sobre todo cuando hay que licitar hasta el papel higiénico. Es lógico que no haya suficiente personal para hacerlo…
La verdad es que la Ley de Contratación nos ha encasillado mucho y nos ha dificultado. Yo entiendo que tiene que haber transparencia y que no pueden ser algunas cosas que estaban ocurriendo en algunos ayuntamientos. Pero al final estamos pagando todos.
Creo que hemos pasado de un extremo al otro y tenemos que encontrar el punto medio, porque es dificultarnos que para gastar algo que vale un euro tengas que hacer un contrato menor, pedir presupuesto y realizar una gran cantidad de documentación.
Si viéramos el importe del trabajo que al final tienen que hacer los funcionarios nos daríamos cuenta de que estamos malgastando el dinero de los ciudadanos.
¿Qué previsión de realización de proyectos tienes de aquí a final de mandato?
La verdad es que tanto con el presupuesto ordinario como con el extraordinario tenemos muchísimas obras. Espero que esta crisis de los precios no nos impida que las empresas puedan realizarlas. Algunas son importantes y creo que serán significativas para el municipio.
La remodelación de los bajos del Ayuntamiento para dar atención a servicios sociales, el Casal de la Festa, el Auditorio, acabar la piscina cubierta, el asfaltado de calles, la modificación del alumbrado en la zona centro con más de 1,3 millones de euros, un quiosco-bar en el Parque Adolfo Suárez… Muchos proyectos porque hemos puesto una cantidad económica muy grande encima de la mesa.
A ver si somos capaces, porque con el poco personal que tenemos no es sencillo. Si ya con un presupuesto ordinario de unos cuatro millones de euros para inversiones les pones en dificultades al ejecutarlo, pues imagínate al poner unos veinte millones más. Los funcionarios acaban un poco ahogados.
Con todo lo que absorbe una alcaldía, ¿te queda algún tiempo para esas aficiones que tienes como el cine, viajar o para algo tan importante como estar con tu mujer e hija?
Pues quedan pocos ratos, la verdad. Así que los que te quedan intentas aprovecharlos al máximo. Siempre se echa de menos tener más horas libres. En realidad, si quisieras este trabajo no acabaría nunca ni tendría ningún horario.
Pero es cierto que hay que cuidar la familia y los amigos. Así que procuro, cuando tengo esa posibilidad, darles un tiempo y hacer todas estas cosas como viajar, ir al cine o salir a pasear tranquilamente por el municipio.
Además, como a ti te da por responder por la noche a lo que te dicen en Facebook, pues todavía menos tiempo, ¿no?
(Risas). Sí, es verdad que las redes sociales son importantes. Es una obligación si quieres estar conectado, que es lo que la gente te demanda. Pero cuando ves en la calle que hay una respuesta y es positiva, pues te das cuenta de que merece la pena. La gente me pregunta si de verdad las llevo yo. Pues sí, soy yo quien contesta.