Entrevista> Joaquín David Manrique / Presidente Vela Latina Alfafar (7-abril-1952)
El primer verano de la era postcovid ya está aquí. La normalidad ha traído consigo el regreso de actividades que se han echado sin duda en falta durante el duro periodo pandémico.
Desde conciertos o grandes eventos, hasta cuestiones más cotidianas como salir con los amigos a comer o cenar con toda la naturalidad. Esto también afectaba a muchas actividades lúdico-deportivas que, como todo en esa época, se vieron paralizadas, y que desde hace unos meses también han retomado la actividad habitual.
Regata de vela latina
Un ejemplo de ello han sido los deportes náuticos. Si bien sus características, al no ser un deporte de contacto, permitieron que muchas modalidades se pudieran practicar con relativa normalidad incluso en el verano de 2020, todo lo que se ha referido a modelos de competición no profesionales se vieron muy afectadas, y cuando podían producirse las actividades lo hacían de una forma descafeinada. Y es que una competición sin compartir la previa y, sobretodo, el post competición con el resto de participantes, siempre será más difícil de recordar.
Próximamente se vivirá en Alfafar la celebración de la regata de vela latina, que viene realizándose como tradición desde hace más de una década. Joaquín David Manrique, ‘Ximo’ para quienes le conocen, muestra su satisfacción como presidente de la Vela Latina de Alfafar, si bien también está expectante ante posibles mejoras que deriven en un mayor crecimiento de esta práctica deportiva tanto en el municipio como en su entorno.
¿Cómo está siendo el regreso a la práctica normalidad?
Nosotros estamos ya desde marzo haciendo todos los sábados salidas y carreras, pero ahora estamos ya en la normalidad. Se hacen comidas, quedadas… todo está volviendo a su cauce en todos los sentidos al fin y al cabo.
¿Ha costado retomar viejas costumbres? ¿Volver a como era todo antes?
Se ha hecho todo como si no se hubiera parado por la pandemia. Ha habido alguna persona más pero ha sido todo normal.
«En Alfafar las cosas salen bien porque las hacemos como Dios manda»
¿De qué forma os organizáis habitualmente para la práctica de la vela latina?
Hay cuatro tipos de embarcaciones. Nueve metros, ocho, siete y cinco, que es el Barquet. Cada pueblo organiza la categoría y salimos de nuestro sitio. Hay unas treinta barcas pero no siempre salen todas, por lo que los sábados partimos cerca de veintidós en la zona.
¿Cuál es el recorrido que hacéis y qué duran las regatas?
Se hace un recorrido por todo el lago. Se sale por el pasadizo Sant Roc, que cuesta salir porque no hay agua. De allí vamos a la Mateta, desde donde cada uno se va de nuevo a su pueblo, que es su meta.
El recorrido tiene salida a las doce, aunque siempre nos esperamos, y viene a durar cerca de dos horas (los últimos fueron tres horas), pero dependemos del viento, según éste nos cuesta más o menos.
¿Qué más podremos encontrar en la regata?
Una vez llegamos al final del recorrido comemos una paella, para cerca de ochenta personas. Antes se hacía para unos 140 o 150 pero eso se ha reducido. Después ofrecemos la entrega de trofeos para los tres primeros de cada una de las cuatro categorías. Tomamos café y cada uno a su casa.
«Una vez llegamos al final del recorrido, comemos una paella»
¿Cuál es el propósito que hay de cara al futuro en cuanto a la modalidad deportiva y la regata aquí en Alfafar?
Estamos peleando para que nos dejen un Motor aquí, y el Ayuntamiento nos apoya para tener allí la sede porque queremos hacerla en el Motor de Cábiles. No tenemos sitio en Alfafar todavía para dejar las barcas y por eso no podemos hacer el club, ya que necesitamos espacio para aquellos que se quieran incorporar y hasta entonces no podemos apuntar. Necesitamos que el Ayuntamiento consiga el Motor.
¿Con la posibilidad de ubicar la sede en el Motor de Cábiles sería posible ampliar la influencia de la vela latina en Alfafar?
Aquí tenemos alrededor tres pueblos, gente de Sedavi, Benetúser y Massanasa, aunque estos últimos menos, que hace años que nos están diciendo para venir con nosotros, pero todavía no podemos porque el que tenga barca todavía no tiene sitio. Llevamos varios años peleando.
¿Cómo surge en ti la pasión por la vela?
Yo como velero me formé en Catarroja con unas personas mayores hace ya veinte años. Empecé a salir porque me lo pasaba bien y a la segunda vez ya vi que me gustaba, así que decidí hacerme una barca.
Yo hice la barca, mi mujer me hizo la vela y empecé a navegar. Y desde entonces ganando trofeos, que he ganado muchos. Y así empecé y fui haciéndome una, otra y otra barca más hasta que decidimos hacer el club de vela en Alfafar. Ya llevamos unos años con el club, aunque no tengamos sede, pero como dije, espero que consigamos el Motor.
¿Es común que los participantes en este tipo de competiciones o actividades lo hagan con barcas construidas por ellos mismos?
Construidas de cero aquí solo estoy yo (risas). Tengo muchas barcas hechas, de vela y de paseo, de hasta doce metros. Ahora estoy terminando una de seis metros, que la tenía que tener ya navegando pero todavía no puede ser. Normalmente las barcas de velas las encargan y se las hacen.
«El Ayuntamiento nos apoya para tener la sede en el Motor de Cábiles»
El hecho de que exista afición en varios municipios de la zona, ¿asegura el futuro de la vela en estas tierras?
No sé qué decirte. Hace unos fines de semana me desengañé al ir con un barquet pequeño a salir en un evento en Catarroja, donde tienen escuela de vela, que además lleva ya varios años. Mi sorpresa fue al llegar allí a la salida, cuando pregunté al presidente por cuando salíamos y me dijo que no había nadie, a pesar de que tienen siete barquets.
¿Por qué suceden esas cosas? ¿Qué diferencia a Alfafar para que aquí sí vengan muchos participantes a tomar la salida?
La de Alfafar sale bien porque sólo nos falta que la Ford nos dé un coche para rifar (risas). Lo organizamos bien y sorteamos cosas, además de dar premios a los participantes. En algunos clubs hay un problema: que por algún motivo no dan trofeos ni nada, y eso no puede ser. Los primeros deben recibir algo, como si les das un paquete de rosquilletas y una cerveza, pero tienes que motivar a la gente.
Yo estoy acabándome mi barca para salir a vela y me voy a gastar 4.500 euros, ¡haciéndomelo yo todo! ¿Tú crees que voy a ir a participar para que cada uno vaya como quiera? ¿Para qué me voy a gastar yo entonces el dinero? Porque para pasear cojo a mis hijos o mi mujer y me paseo. Y ese es el problema que ha habido este año, no se puede hacer así.
¿Quizá habría que darle un impulso en clave competitiva para que también salgan bien las pruebas en otros lugares?
Claro, es que nos cuesta un dineral y para ir a pasearte no sales. Todos los años hay que hacer velas nuevas, pintar la barca, rascarla… todo es dinero para ir a pasearte, pues la gente no se motiva.
Yo lo tengo muy claro, tengo que dar trofeo o hacer cena, como vamos a hacer este año en el polideportivo de Alfafar; si no hago esas cosas yo anulo la carrera, porque las cosas hay que hacerlas bien y motivar a la gente, de lo contrario cada uno saldría a pasear. Si se hace, se hace como Dios manda, como se ha hecho toda la vida.
¿Sería interesante realizar menos cantidad de pruebas y mejorar la calidad de las mismas?
La cuestión es en lugar de organizar cuatro carreras sin dar nada, organiza una y hazla bien.
Ante este panorama general, ¿cómo se puede motivar a las nuevas generaciones para que se suban a la barca y encuentren la afición por navegar?
Escuela no se puede hacer de momento, pero si se puede animar a los jóvenes de Alfafar, porque hay algunos que quieren apuntarse y traer a sus hijos. Podemos poner una barqueta o dos y que se vengan con nosotros en las carreras, a la salida de cualquier pueblo o cuando lo hacemos aquí. La cuestión es que la gente se motive.
«Se ha hecho todo como si no se hubiera parado por la pandemia»
Hablamos de dar posibilidad de probar.
Es poner dos barquetas, yo las pongo y que la gente vaya viendo y si les gustas les vas dejando llevarla a ellos para que se motiven. Todos los meses me preguntan, pero para eso tenemos que tener una sede donde los interesados puedan venir.
Además, aquí disponemos de un entorno envidiable para la práctica de esta modalidad deportiva.
El entorno natural, con la acequia y la Albufera a pocos metros, es un entorno envidiable, y si nos dieran el Motor sería lo más.
La Vela Latina de Alfafar organizará una cena en el Polideportivo
Si todavía algún joven está dudando ¿qué les dirías para animarles a probar?
Espero que pronto podamos apuntar a más gente, cuando se pueda lo anunciaremos. Pondremos dos barquetas a disposición para que la gente pueda salir y que se animen.
A quien quiera aprender les daremos clases en la caseta si la conseguimos. Buscaremos el día, viernes o sábado por la tarde, para enseñarles los aparejos y que vayan aprendiendo, que sería fabuloso.
¿Qué es la vela latina?
La vela latina no es un tipo de embarcación, sino un tipo de vela. Concretamente una triangular que se halla dispuesta en una antena que cruza oblicuamente el mástil, normalmente situado en proa, y que recorre longitudinalmente el casco.
Apareció en la época griega y se fue extendiendo a lo largo de los siglos por todo el Mediterráneo. La representación más antigua que se conserva de una nave con este tipo de vela data del siglo II a.C.
Fue a partir del siglo XX cuando la navegación a vela empieza a desparecer. La introducción de nuevas formas de propulsión por medios no directamente naturales hizo que estas embarcaciones cayeran en desuso. A partir de los años ochenta empieza una preocupación en diversas poblaciones por rescatar del olvido a las embarcaciones de vela latina.