Hay cosas que, sin necesidad de hacerse evidentes, se notan. Es como ese sexto sentido del que algunos presumen. Ese que permite detectar lo intangible en el ambiente. Es, para los más frikis y cinéfilos, como la ‘fuerza’ y sus conmociones.
Y ese ‘algo’ se respira en las calles de l’Alfàs del Pi desde mediados del pasado mes de octubre, cuando, el que más y el que menos, comenzaba a sacar trastos y ropa del fondo del armario para volver a disfrutar de unas fechas que hace tiempo, demasiado tiempo, no ha podido gozar en profundidad.
Habrá quien diga, incluso, que ese ‘algo’ se lleva notando desde mucho antes del mes de octubre. Desde las fiestas de l’Albir en agosto. Incluso, desde la celebración del Mig Any Fester. Puede ser que así sea, pero de lo que no cabe duda es que hay ganas, muchas ganas, de tomar la calle para celebrar, tras dos años de restricciones pandémicas, las Fiestas del Jubileo y del Santísimo Cristo del Buen Acierto de 2022.
Unas fiestas sin patrón
Unas fiestas que guardan una curiosidad que, aunque pasa muy desapercibida, se hace evidente ya en su propia nomenclatura. Contrariamente a lo que sucede en la mayor parte de los días grandes municipales, y aunque también tienen un marcado trasfondo religioso, sus fiestas no son patronales. Es decir, no rinden culto a su patrón.
En este caso, estamos ante las Fiestas del Jubileo y el Santísimo Cristo del Buen Acierto. Tras la concesión de su independencia de la Baronía de Polop el 16 de abril de 1836, l’Alfàs del Pi, cuya iglesia contaba ya con reservado propio desde 1784 y con una campana dedicada a San Francisco de Asís desde 1822, iniciaba su andadura como pueblo y, por lo tanto, su propia reafirmación identitaria, cuyo legado más evidente es el pino que, desde entonces, preside la plaza Mayor y da nombre al pueblo.
L’Alfàs es una de las seis ciudades del mundo con la indulgencia plenaria papal concedida
Llegada por mar
Poco a poco, los habitantes del nuevo Alfaz del Pino fueron construyendo su propia cultura. Sus costumbres y sus quehaceres. Y para ello, para terminar de ‘vestir’ su parroquia, necesitaban la figura de un Cristo que presidiera su altar.
Finalmente, el Santísimo Cristo del Buen Acierto llegó por mar -como su ‘vecina’ Virgen del Sufragio- y fue tal el fervor que generó entre aquellos primeros alfasinos que las noticias no tardaron en ser oídas en el Vaticano.
Las fiestas alfasinas, aunque marcadamente religiosas, también tienen que ver con su segregación de Polop
Seis ciudades en el mundo
Allí, el Papa Pío IX, conmovido por esas muestras de amor hacia Dios, decidió conceder a l’Alfàs del Pi una ‘indulgentiae plenariae lucrandae acl Decennium’ o, lo que es lo mismo, la indulgencia plenaria y perpetua para los días 7, 8 y 9 de noviembre de cada año, es decir, el Jubileo.
Esta decisión, que es poco conocida, convierte a l’Alfàs del Pi en una de las seis ciudades del mundo (junto a Roma, Jerusalén, Santo Toribio de Liébana, Caravaca de la Cruz y Santiago de Compostela) con la concesión de ese tipo de indulgencia papal.
La iglesia de l’Alfàs del Pi cuenta con un reservado propio desde 1784
Tres pasos
El jubileo de l’Alfàs del Pi se gana en tres pasos. Se debe recibir el sacramento de la Confesión, participar en la exposición del Santísimo Sacramento y rezar ante el Santísimo Cristo del Buen Acierto.
Las fiestas de l’Alfàs del Pi, han evolucionado con los años y hoy en día, junto al sentimiento religioso, son las peñas las que ostentan el protagonismo.
Música, gastronomía y tradición se mezclan en las calles alfasinas en las que vecinos de todas las nacionalidades celebran los días grandes de un municipio que, aunque no los vio nacer, sienten tan propio como aquellos alfasinos cuyas raíces se hunden ya varias generaciones en aquella tierra fértil por la que dejaron de ser parte de la Baronía de Polop.
Fiesta para todos
Misas, cabalgatas, ofrendas florales, correfocs, conciertos, mundo infantil, chocolatadas, mascletàs, castillos de fuegos artificiales… no habrá un momento del día o de la noche en la que esos días grandes del municipio no dejen una actividad de la que disfrutar en las calles de l’Alfàs del Pi.
Actividades que, como siempre y ya es una seña más de identidad de estos días grandes, estarán abiertas en su práctica totalidad a la participación de todos los vecinos, sean o no integrantes de una peña. El programa oficial de actos, además, se complementa y enriquece con las actividades que cada una de las peñas organiza bien en su local, bien en la calle para disfrute de todos los vecinos y visitantes.