No es un faro, pero bien podría serlo. La azul cúpula de la parroquia de Nuestra Señora del Consuelo, que corona la todavía idílica estampa de postal mediterránea de la Villa Blanca, es, desde hace décadas, una suerte de luz que, al contrario que las linternas que avisaban a los marinos sobre el peligro inminente de la cercana costa, trata de atraer a los miles de turistas que cada año recalan en Altea en busca del Mediterráneo como una vez fue.
Y para que esa luz, no la metafórica, sino la verdadera, brilla con más fuerza que nunca, el ayuntamiento de Altea ha iniciado ya un proyecto que, con una inversión de algo más de 325.000 euros, tiene como objetivo renovar por completo la iluminación del templo para, además de modernizar -y mejorar la eficiencia- de la instalación, dotarla de un mayor atractivo turístico.
La actual instalación, que data de 1990, no es eficiente y acumula continuas averías
Tres zonas de iluminación
Así, el nuevo sistema permitirá, además de iluminar la cúpula y el resto de la parroquia durante las horas nocturnas, hacerlo jugando con diferentes colores y tonalidades para, como ya ocurre en otros puntos de la localidad y se ha convertido en algo habitual en los principales monumentos del mundo, poder conmemorar efemérides y fechas señaladas con distintos mensajes lumínicos.
Además, ese nuevo sistema diferenciará, como ha explicado el edil de infraestructuras de la Villa Blanca, Diego Zaragozí, “hasta tres zonas independientes de la iglesia como son la cúpula, los contrafuertes y la torre y el edificio en general”.
Instalación caduca
Y todo ello, claro, enmarcado en un periodo en el que los precios de la energía, también los de la electricidad, están disparados y la eficiencia se ha convertido en un importante caballo de batalla para todas las administraciones, por lo que esta renovación, se realiza también para poder reducir la factura anual.
Hay que tener en cuenta en este sentido que la actual instalación “se instaló a principios de los años 90” y que durante las últimas tres décadas los costes para su mantenimiento no sólo han ido aumentando por el cada vez mayor número de averías que ha sufrido, sino que han aparecido también otras tecnologías, como las luces LED, que consumen mucho menos que las que hasta ahora han venido dando servicio.
El proyecto se ha podido acometer gracias al Plan de Turismo Sostenible de la Villa Blanca
Dos años de espera
Tal y como ha explicado el propio Zaragozí, “el plazo de ejecución de los trabajos de sustitución del sistema de iluminación de la parroquia de Nuestra Señora del Consuelo está previsto que sea de siete meses” desde el momento en el que se inicien los trabajos de un proyecto que, ha reconocido, lleva redactado “desde hacer unos dos años”.
Un tiempo en el que no se ha acometido esta importante mejora a nivel energético y turístico “por su elevado coste”, algo a lo que se sumó, durante este tiempo, el baile de partidas presupuestarias destinadas a paliar los efectos de la pandemia -y ahora, los derivados de la escalada inflacionaria-, por lo que “hemos esperado a recibir una subvención”.
Proyecto subvencionado
Ese momento llegó a finales del año pasado, con la firma tripartita entre el propio Consistorio, Turisme Comunitat Valenciana y la Secretaría de Estado de Turismo para el desarrollo del Plan de Sostenibilidad Turística de la Villa Blanca, y que tiene la mejora de la iluminación como uno de sus ejes principales.
Ese acuerdo, que supone una inversión de casi cuatro millones de euros en el periodo de tres años que se comprende entre 2021 y 2023, ha permitido, como ha explicado Zaragozí, abordar ahora una renovación que casa perfectamente con “los objetivos de ese convenio”.
El Ayuntamiento tenía redactado el proyecto desde hace dos años
Control de incidencias
El edil responsable del área de Infraestructuras ha detallado que este nuevo sistema permitirá instalar un sistema mediante el que realizar “un control de escenas con comunicación bidireccional con cada luminaria, lo que permitirá conocer, en tiempo real, el estado de cada una de ellas facilitando así la detección de incidencias y su subsanación”.
Todo ello supondrá una de las actuaciones más importantes de cuantas se han realizado en los últimos años en un templo que, desde su construcción, a finales del siglo XVII, se ha convertido en el símbolo más reconocible del municipio.
Bien de Interés Cultural
Con la explosión de la industria turística en la Costa Blanca y, con ella, también en Altea, la parroquia, y muy especialmente su cúpula, ha sido una de las imágenes más fotografiadas por los visitantes que han arribado a la Villa Blanca desde todos los rincones del mundo.
Por ello, el templo ha sido uno de los bienes patrimoniales más cuidados y mimados del municipio, siendo sometido a una profundísima restauración en 1980 y siendo declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el más cercano 2013.