Entrevista> Mario Alberto Kempes / Ex futbolista (Bell Ville, Argentina, 15-julio-1954)
Mario Alberto Kempes, apodado ‘El Matador’ por su facilidad para marcar goles, perteneció a la disciplina del Valencia CF un total de siete temporadas -en dos etapas diferentes – y dejó una huella tan honda en el club que sigue siendo el mejor jugador de su historia.
Campeón del Mundo en 1978, además de máximo goleador y mejor jugador del torneo, con el Valencia conquistó una Copa del Rey (1979), una Recopa (1980) y una Supercopa de Europa ese mismo año, junto a dos Pichichis.
Después de un breve periodo como entrenador, actualmente en un reputado comentarista de la ESPN (Entertainment and Sports Programming Network ) para Latinoamérica. Contactamos con Kempes en su residencia de Florida (Estados Unidos) para dialogar sobre su trayectoria en la liga española, el Mundial conquistado en su país y el reciente logrado por la Selección Argentina en Qatar.
¿Cómo recuerda sus primeros años como futbolista?
Fueron en el Instituto de Córdoba, donde firmé en marzo de 1972. Fue el equipo que me dio la oportunidad de jugar contra los grandes, porque, aunque disputábamos el campeonato Cordobés, el que salía campeón jugaba el Nacional contra todos los mejores equipos del país, es decir, los procedentes de Santa Fe, Rosario y Buenos Aires.
De ahí pasé en 1974 a Rosario Central, uno de los clubes más importantes de Argentina, donde seguí destacando en la faceta de hacer goles.
«Firmé por el Valencia en 1976 debido principalmente a que fue el único club europeo que se interesó por mí»
Llega entonces el traspaso al Valencia.
Después de dos años y medio en Rosario Central, llega la oferta del Valencia y la opción de cruzar ‘el Charco’, como se decía entonces. Yo apenas conocía el fútbol europeo y todo era nuevo para mí.
Había clubes más grandes en aquella época. ¿Por qué el Valencia?
El único que vino a verme fue ‘Pasieguito’, director deportivo del Valencia. Sólo tuve esa proposición, aunque un año antes me habían llegado ofertas procedentes de Bélgica, que no cuajaron porque blindaron los pasajes.
¿De qué modo recuerda esas temporadas en el equipo valencianista?
Tengo un recuerdo muy grato y lindo, que uno nunca va a poder olvidar. Aparte, estando en el Valencia salí campeón del Mundo y algunos de mis hijos nacieron en la propia ciudad valenciana. Varios, de hecho, siguen viviendo allí. Estoy muy apegado a Valencia todavía, muchos años después de retirarme.
«Viví momentos muy lindos en el Valencia, como la remontada frente al Barcelona que nos permitió ganar la Copa de 1979»
Si tuviera que escoger el mejor recuerdo de su paso por València, ¿cuál sería?
Por ejemplo, la remontada en las semifinales de la Copa del Rey contra el Barcelona en Mestalla (4-0), que sirvió para que posteriormente fuéramos campeones, ganando 2-0 al Real Madrid con dos goles míos. Eso nos llevó a poder ganar la Recopa frente al Arsenal en penaltis y después la Supercopa frente al Nottingham Forest, en ese momento el mejor equipo de Europa.
Viví momentos muy lindos en el Valencia, pero también instantes de los otros, como cuando tuve que irme a River Plate estando lesionado.
¿Por esa razón deja el Valencia?
Estaba lesionado del hombro y de la pierna, nadie del club se preocupaba por mí y lo único que recibía eran puñaladas. No veía solución para que me curara el Valencia, no fue buena su conducta conmigo y quería irme. Después regresé dos años más, pero ya no fue lo mismo.
Pese a que han pasado ya muchos años sigue siendo un ídolo de la afición ‘ché’.
Será porque hice las cosas bien, tanto dentro como fuera de la cancha. Llevé allí mi fama, pues había sido campeón del Mundo, y logré tres títulos con el Valencia, siempre comportándome de la mejor manera.
En 2019 celebramos el centenario de la entidad, en el que estuve presente. Fue un momento muy lindo también, para mí y obviamente para todos los valencianistas, en un acto muy solemne en el que estábamos todos los que podíamos estar, los jugadores destacados que hemos vestido la camiseta blanca o la ‘senyera’.
¿Qué representa para usted la propia ciudad de València?
Es una urbe muy bonita para vivir, en el que hay de todo, se come muy bien, tienes mar, la gente es extremadamente amable. Te toman mucho afecto y cariño, siempre que te portes bien y hagas las cosas ‘derechitas’.
«El club no se portó bien conmigo cuando me lesioné y opté por regresar a Argentina, al River Plate»
Ficha seguidamente por el Hércules de Alicante.
Llego a Alicante después de estar cinco meses parado porque el Valencia no me arreglaba el contrato. El Hércules me da la oportunidad: en un principio, físicamente estaba bien, pero no a nivel futbolístico. Tuve que jugar incluso a fútbol sala para probarme.
Caí bien en el Hércules, nos salvamos la primera temporada, ganándole al Real Madrid en el Bernabéu. En la segunda temporada vino un equipo austriaco a ficharme y me marché.
Hablemos de la Selección Argentina, donde está considerado uno de los grandes.
Para todos los que tuvimos la oportunidad de vestir la camiseta albiceleste de la Selección Argentina primero es todo un orgullo. Tuve, además, la suerte de jugar tres Mundiales, y en uno de ellos Argentina ganó la primera estrella que luce en el pecho.
Argentina siempre ha sido protagonista en los Mundiales y así va a ser en el futuro. Este 2022 por fin mi país, después de muchos años, fue campeón. Hacía muchos años, además, que un equipo no procedente de Europa alzaba el trofeo.
Ese Mundial’78 no fue sencillo, sufrieron muchísimo.
Estábamos en un momento convulso, con la dictadura del General Videla, aunque nosotros no éramos muy conscientes de lo que pasaba.
No lo tuvimos fácil, en la segunda fase empatamos con Brasil y todo se decidió contra Perú, un partido polémico por parte de los periodistas, no a nivel futbolístico, porque nosotros teníamos mucha más hambre de llegar a la final que los peruanos.
Fue campeón del mundo en 1978, siendo máximo goleador y mejor jugador del torneo, disputado en Argentina
¿Dónde erradicó la polémica en ese choque contra Perú?
Debíamos golear y lo hicimos (6-0), pero al inicio del partido Perú estuvo fuerte, con una jugada que dio al palo y otra cerca. También se habló que su portero, Ramón Quiroga, que había nacido en Argentina, se había vendido, y que el propio tiro al palo fue a propósito. Pero nada de eso: si hubiéramos necesitado marcar diez goles, los hubiéramos hecho.
La final fue contra una gran Holanda.
Tuvimos la suerte del campeón. Argentina no hizo un torneo espectacular ese Mundial, pero mantuvo un buen nivel de juego, haciéndonos fuertes en los momentos claves de los partidos.
Igual fue en la final, en la que Holanda -denominada ahora Países Bajos- fue superior durante los primeros minutos. Después emparejamos el juego, empatamos al final el partido y en la prórroga fuimos muy superiores.
Disputa su último Mundial en España’82, junto a Maradona.
En ese Mundial, si nos concentramos en lo estrictamente futbolístico, hubiéramos podido hacer más, pese a enfrentarnos con dos grandes rivales como Brasil e Italia, posterior campeona.
Teníamos una selección muy parecida a la de 1978, con más experiencia y la incorporación de Diego, Jorge Valdano y otros jugadores jóvenes muy buenos. Pero no fue lo mismo, la concentración no fue igual, nos equivocamos y pagamos los errores.
«No fui convocado para México’86 porque el nuevo seleccionador, Carlos Bilardo, quería configurar un nuevo plantel»
¿Por qué ya no es convocado para el siguiente Mundial, en México?
El nuevo técnico, Carlos Salvador Bilardo, decidió hacer un equipo totalmente nuevo, con jugadores más jóvenes. Había acabado mi ciclo en la Selección y llegó un recambio, que salió campeón afortunadamente.
¿Cómo era el Diego?
No le conocí excesivamente. Fuimos compañeros en la Selección, pero no teníamos una gran amistad. A nivel futbolístico, ¿qué decir? Un fenómeno.
Argentina de nuevo es campeón del Mundo, con un gran Lionel Messi.
Ha sido un triunfo de la Selección, nunca mejor dicho, porque si bien es cierto que Messi fue el protagonista, la cabeza visible, el equipo jugó muy bien, a excepción del primer partido contra Arabia Saudita (2-1) y medio tiempo frente a México.
Se dieron cuenta entonces que en el Mundial no puedes dar ventajas y no es que se confiaran, sino que venían de treinta y ocho partidos invictos. Les toca Arabia, empiezan ganando 1-0 gol de Messi y Argentina quizás pensó que el partido ya estaba hecho.
Esa derrota puede que sirviera para que el grupo se uniera más. Fue como un punto de inflexión y a partir de ahí es cuando surge lo mejor del equipo.
De hecho, las posteriores eliminatorias fueron sumamente difíciles.
Un Mundial no es fácil: Argentina tuvo que derrotar a los Países Bajos, un partido que tenía ganado, en la tanda de penaltis. Igual en la final contra Francia, después de ir 2-0.
Son siete partidos en los que debes tener una concentración muy especial y encima en un mes raro, en noviembre y diciembre, tras hacer pretemporada con tu equipo y jugar tres meses en tu competición. En fin, todo muy complicado.
«La derrota frente a Arabia en el primer partido de Qatar 2022 hizo que el grupo se uniera más y poder levantar el título»
¿Qué le pareció jugar un Mundial en diciembre?
Para los jugadores es mejor, porque si juegas toda la temporada con tu club y después el Mundial, apenas tienes veinte días para estar con la Selección. En cambio, de este modo, excepto los que han jugado los últimos partidos, muchos jugadores han podido regresar antes a sus clubes y empezar a entrenar. Es decir, que han seguido el rodaje.
Trabaja actualmente como comentarista de la ESPN para Latinoamérica.
Realizamos programas y hago de comentarista de diversos partidos, siempre vinculado con el fútbol y disfrutándolo de otro modo. Nos centramos en los partidos de Francia, Alemania, Países Bajos y España. Y en 2019 presenté mi autobiografía, un libro llamado ‘El Matador’.
También ejerció como embajador del Valencia. ¿Por qué ya no ocupa este cargo?
Porque a los actuales dirigentes del Valencia parece que hay que endulzarle los oídos para continuar trabajando con ellos. Conmigo no va eso, porque veía que el Valencia poco a poco iba perdiendo, prestigio y jugadores, sobre todo.
Los que mandan cada vez lo hacen más, el socio apenas participa. El fútbol para los dueños es un negocio y no tienen en cuenta que los aficionados sufren con el mal momento actual del equipo.