Hay artículos que uno nunca debería escribir y este es uno de ellos. Cuesta encontrar palabras para describir la incomprensión y la injusticia, pero sólo aquello de lo que no se habla es olvidado y, en Villena, el recuerdo de Batiste sigue muy presente.
Le recordamos cuando se cumplen cinco años de su temprano adiós, el de un futbolista joven, fuerte, extrovertido y feliz que apenas cumplidos los 29 años se marchó a causa de la gran lacra de nuestro tiempo: el cáncer.
Un acontecimiento que removió a toda una generación pues fue ejemplo en vida por cómo se debe afrontar la enfermedad, y ejemplo tras su muerte sobre lo efímera que es la vida y lo cruel de una enfermedad que no entiende de edad ni condición.
Trayectoria deportiva
Bati fue un jugador que desde pequeño mostró unas grandes condiciones para el deporte, siendo testigo de una época determinante en el fútbol villenense. Formó parte del Palamós, club catalán hermanado con Villena que instauró una escuela en el seno del colegio Celada, antes de fusionarse con la Peña Villenense y unificar ambos clubes bajo un mismo escudo en la ciudad.
Comenzó a destacar como ariete potente y bregador, de grandes condiciones técnicas, pese a su casi 1,90 de estatura, lo cual le llevó a realizar una prueba para ingresar en las filas del Cádiz CF, de la mano de Antonio Puche, el verano de 2003.
El que fuera Pichichi en Segunda División en la temporada 94-95 y posteriormente ayudante de Juan Carlos Mandiá en los banquillos, vio en él condiciones para crecer entre los mejores, aunque aquel fin de semana a prueba, junto a varios mexicanos campeones del mundo de la categoría, la divina suerte del gol no vino a visitarle.
Fue leyenda del Sporting y nunca aceptó propuestas más suculentas para cambiar de camiseta y categoría
Gen ganador
Sus grandes cifras y condiciones como delantero le llevaron a jugar una temporada de Juvenil en el Kelme CF de Elche. Los traslados diarios y las ganas por volver a jugar con sus amigos lo trajeron de vuelta al año siguiente. En las filas del Villena CF vivió el ascenso a Primera Juvenil y posteriormente la irrupción del Sporting Villena, un club surgido del desencanto de jugadores locales del equipo que se sentían menospreciados tras el ascenso a Preferente.
El Sporting fue su casa y muy pronto el dorsal 14 comenzó a ser un fijo en la pizarra de Toni Talento, el gran mentor de Batiste, que supo como nadie aprovechar sus virtudes y pulir ese gen competitivo que le caracterizaba. Con la zamarra sportinguista consiguió el ascenso a Primera Regional, donde fue protagonista en la histórica victoria frente al Villena CF, al servir de cabeza el gol a Samu, en lo que es ya historia del fútbol en Villena.
Su fortaleza física jugó en su contra alimentando una enfermedad que terminó por apagarle en enero de 2018
Lucha contra la enfermedad
Lo que durante varios meses fueron molestias acabó con el peor diagnóstico posible, cáncer en un testículo e inicio del tratamiento de quimioterapia. Su dieta espartana y la motivación fueron admirables, aunque la enfermedad ya se había extendido a otros órganos más sensibles y la carrera fue contrarreloj.
Hasta dos veces volvió del hospital con la buena noticia de “estar limpio”, pompa que pocos meses después explotaba por el nuevo aumento de los niveles tumorales en su cuerpo. Jamás se amilanó ni quiso la compasión de los más cercanos, siendo siempre el alma de la fiesta donde iba, a base de agua y verduras para combatir aquel bicho inmisericorde.
El dorsal 14 adquirió la categoría de leyenda en un Sporting Villena que mantiene su recuerdo entre los jugadores más jóvenes
Un símbolo en la ciudad
Todos sus amigos de la Peña Masfi quisieron acompañarle en su 29 cumpleaños, estando ya muy afectado por la enfermedad; más de 50 personas congregadas para celebrar la vida y aunque doliese reconocerlo, despidiéndose de él. Apenas cinco días después se marchaba, como él quiso, en su casa y rodeado de los suyos siendo motor del ánimo en casa hasta el último momento.
Sus amigos y compañeros en el fútbol organizaron un multitudinario partido en La Solana donde todos lucían el dorsal 14, siendo la recaudación íntegra de la jornada donada a la Asociación Contra el Cáncer de Villena. Años después todavía se ven esas camisetas en cross populares o canchas de fútbol, recordando a una joven leyenda de alma vieja, que tuvo un fugaz camino entre nosotros
El 14: una semilla de esperanza
Tras su muerte, el concejal de Deportes, entonces Luis Pardo, llevó al Pleno Municipal el cambio de nombre para el campo de césped del polideportivo municipal, pasando a llamarse ‘Campo Batiste Francés’. El mejor homenaje aunando dos de sus pasiones, el fútbol y los conciertos, y alegría propia de los festivales de música.
El Sporting Villena modificó su insignia incluyendo el lema ‘Eterno 14’ en el centro de su escudo. Organiza anualmente, además, el Torneo Batiste Francés entre chavales de categorías inferiores. Un emblema para generaciones futuras que juegan con la misma ilusión que lo hizo Batiste desde sus inicios en las canchas de La Celada, y al que siempre se recordará en Villena.