Josefa Teresa Albiñana Gomar, más conocida como Inés de Benigànim, fue una religiosa agustina beatificada por el papa León XIII el 26 de febrero de 1888. Nacida en febrero de 1625 en el municipio de la comarca de la Vall d’Albaida, asumió el nombre de Josefa María de Santa Inés, y a los 18 años ingresó en la orden de las Hermanas Agustinas Descalzas.
Hasta su muerte, acontecida el 21 de enero de 1696, permaneció en el monasterio de Benigànim realizando los oficios más humildes del convento y cuidando de las religiosas enfermas. En los primeros compases de la Guerra Civil Española, en el verano de 1936, sus restos mortales desaparecieron.
Está considerada la gran mística y figura de la iglesia valenciana y hoy en día el sepulcro de la localidad alberga una reliquia con su imagen yacente, dentro de una urna. Es sumamente venerada por sus vecinos, que cada 21 de enero celebran las fiestas litúrgicas en honor a su patrona.
Cómo fue su vida
En Inés se unían una gran simplicidad en el carácter y la mentalidad con una perfecta práctica de la religión y virtudes cristianas. De hecho, su vida fue un continuo éxtasis, constantemente rodeada de apariciones y sucesos milagrosos.
Por todo ello su persona es receptora de una inmensa devoción por parte del pueblo valenciano y especialmente de su Benigànim natal. Su celebración es un fiel reflejo del gran amor que se le procesa y es un acto de alabanza a Dios, agradeciendo a la Beata Inés su poderosa intercesión.
Hasta su muerte, en enero de 1696, estuvo en el monasterio de Benigànim realizando los oficios más humildes del convento
La Fiesta
El 21 de enero es el día más grande de la localidad beniganense, que se llena de devotos que acuden a rendir homenaje a la Beata Inés. Se trata de una fiesta única -en trámites para que sea declarada de Interés Turístico- en la que confluyen la intensa religiosidad con el arte y la cultura popular.
Una semana antes, del 12 al 20 de enero, tiene lugar la Novena, el acto más antiguo: a lo largo de esas nueve jornadas se realiza el rezo del Rosario, ejercicio de la Novena a la Beata Inés y la Eucaristía, junto a otras actividades como la unción de los enfermos. La Novena es de los momentos más populares y de los de mayor afluencia.
Asimismo, la noche del 20 de enero se quema una monumental hoguera en la plaza de la Beata, frente al monasterio de las Agustinas Descalzas. Es una arraigada costumbre valenciana que busca purificar Benigànim para los festejos del día siguiente.
El día grande del municipio se llena de devotos que acuden a rendir homenaje a la estimada Beata Inés
21 de enero
Ese día arranca con la Despertà de la Aurora, durante la madrugada -sobre las cuatro y media-, cuando un grupo de vecinos marcha por las calles cantando coplas populares a diversos santos, frente a sus retablos cerámicos, conventos, iglesias o capillas.
A las siete de la mañana se produce otra despertà, la de Tronaors, mucho más ruidosa, con cohetes. A la misma hora, en la abarrotada Iglesia de la Beata, se celebra la primera misa.
No obstante, el episodio central de la mañana es la Misa Mayor, en la propia plaza de la Beata, ante más de un millar de personas que llena el lugar e incluso el templo. Suele presidir la escena algún personaje relevante de la iglesia.
El acto más importante es la procesión a partir de las 17 horas, en la que suelen participar unas 11.000 personas
Procesión vespertina
A las cinco de la tarde da comienzo el acto más importante y conocido de la fiesta de la Beata Inés, la solemne procesión. En él participan alrededor de 11.000 personas, doblando el número de habitantes de la propia localidad.
Los recorridos por los que transcurre el desfile religioso, siempre por el centro histórico de Benigànim, varían todos los años y sus calles son ampliamente engalanadas: se pinta el suelo, se iluminan las vías, se cuelgan banderas y se colocan adornos preparados manualmente.
Durante el trayecto de la procesión podemos observar en las esquinas y los bajos una serie de plásticos -denominados ‘milacres’ (milagros)- que recrean escenas de la vida de la beata. Son una especie de decorados que simulan un espacio del siglo XVII o algún momento histórico relacionado con la santa.
Casa de Recuerdos
La ‘Casa de Recuerdos Beata Inés de Benigànim’ abrió sus puertas en septiembre de 2017 en el monasterio que gobiernan las Agustinas Descalzas en el propio pueblo. Es una sala abierta al público el segundo y cuarto domingo de cada mes por la mañana y que reúne los recuerdos de la santa en una exposición permanente, con objetos personales.