Entrevista> Ramón García i Soler / Compositor y director de orquesta (Atzeneta d’Albaida, Valencia, 14-febrero-1971)
Ramón García es un compositor y director de orquesta de renombre internacional con más de un centenar de composiciones en su haber. Como compositor tiene en su catálogo un centenar de obras, abordando distintos géneros y estilos, realizando grabaciones y bandas sonoras para distintos medios audiovisuales, y ahora se le presenta el reto de dirigir el Himno de Petrer.
«Lo mágico de la fiesta es unir lo social y lo musical»
¿Qué se siente al dirigir el Himno de Petrer?
Siento una alegría tremenda. Para mí es un honor y una distinción. Cuando te invita una población a dirigir su himno de fiestas es un gran reconocimiento, al dirigir a todas las bandas juntas y dar el arranque de las fiestas. Se te distingue como compositor y como persona vinculada a la historia de la música de fiesta. Me habían hablado mucho de Petrer los propios músicos, en el sentido de que es muy especial y hay mucha pasión por parte de la gente.
Supondrá el pistoletazo de salida de las fiestas, uno de los momentos más emotivos. ¿Cómo visualizas ese momento?
He visto el programa de fiestas que me trajo Jose María, fallecido hace poco y estoy muy consternado por ello, porque lo conocí por teléfono y luego un día personalmente. Lo visualizo como él me lo explicó, como un acto masivo, caluroso en todos los sentidos y muy emotivo. Gente emocionada, llorando, riendo. Algo de mucho colorido, como un punto de unión de lo social y lo musical, que es lo grande de la fiesta, algo mágico al unir ambas cosas.
¿Cómo estáis preparando el acto?
Está muy establecida por el protocolo de las comisiones de fiestas. Se me ha explicado que hay una entrada de bandas, se subirá al castillo… los preparativos los tengo muy claros en la teoría. Vinieron a hablar conmigo y me lo explicaron.
Jose María tenía mucha insistencia, y a mí me parecía hasta precipitado hablarlo en el mes de noviembre, cuando yo ya me había comprometido, pero claro, él tenía una enfermedad terminal y yo no lo sabía. El pasado viernes 19 de abril, en la presentación, coincidí con muchos implicados personalmente y a otros ya les conocía.
«He intentado dejar en cada banda el amor por la música»
¿Qué destacas del ‘Pasodoble Petrel’?
Me parece un pasodoble muy acertado, de un autor muy reconocido, que era don Miguel Villar. Yo le conocí en Gandía, en su época en la que vivió allí. Mi padre dirigió mucha música de él, y yo conozco varios pasodobles suyos.
Es una música muy festiva, muy directa, y por eso el público se identifica rápidamente. Representa lo que se presenta con la fiesta. Es una obra escrita para ello, con un carácter muy alegre, y es perfecto que se haya declarado himno de Petrer, además del himno de fiestas.
Tus obras han sido interpretadas por formaciones de renombre de España, Cuba, Argentina, Estados Unidos, Holanda, Bélgica o Japón. ¿Cómo las acogían en culturas tan diferentes?
Las culturas occidentales son bastante parecidas. Destacaría la de Japón donde todo es diferente; como responde el público ante las interpretaciones. La gente exteriorizaba de manera muy enfática, no sólo aplaudiendo. Allí está bien visto porque hacen notar que son expresivos.
En EEUU se estrenó hace poco una pieza en la Universidad de Virginia. Se acogió muy bien, destacaron la utilización de la guitarra, que es un instrumento universal. El uso que hago tiene mucha influencia del folklore andaluz, y el flamenco es de las músicas más importantes del mundo. Han tocado bandas de moros y cristianos con muy buena acogida. La Universidad de San Luis de EEUU tocó ‘Lidia’, mi marcha mora. Todo se entiende de forma global.
«Pretendo transmitir emociones que pueda captar el oyente»
Has sido director titular de diferentes bandas y orquestas sinfónicas en la Comunitat Valenciana, como las de Beneixama, La Vila o Cocentaina. ¿Cuál es el sello que has tratado de imprimirles?
Me he pasado más tiempo dirigiendo en la provincia de Alicante que en la de Valencia, quizás por vivir en una zona a caballo entre ambas. Guardo un grato recuerdo de todas las bandas. Hay un ciclo que cumplir, que pueden ser tres, cuatro o seis años, y soy consciente de ello. Tampoco me gusta sobrecargarme yo, ni la banda.
He trabajado con bandas muy importantes y he intentado dejar en cada una el amor por la música. Lo importante es la convivencia a través de la música. Poner de acuerdo a cincuenta o setenta personas para hacer una interpretación no es fácil, y me gusta hacerlo con naturalidad. El esfuerzo ha de ser lo más placentero e instructivo.
También has colaborado en orquestaciones de películas como El fotógrafo de Mauthausen, El Páramo, Atrapa la Bandera, Capitán Trueno o Pasaje al Amanecer entre otras. ¿Cómo describes tu relación con el séptimo arte?
En la música de cine comercial estoy de orquestador y supervisor de partituras. En el cine se trabaja en equipo, y yo me encargo de una parte. La música la ha compuesto Diego Navarro, a excepción de ‘Plan de fuga’ y ‘Capitán Trueno’. Los autores trabajan de una manera más práctica y lo muestran al director, y yo me encargo de partiturizarlo de manera humana. También he trabajado mucho en documentales y música para cortos.
Destaco el conocer perfectamente cómo se mueve y se graba la música en el cine, cuánto de importante es la música para que el cine se entienda y lo difícil que es trabajar con los directores.
Tus obras tienen una marcada tendencia hacia la claridad. ¿Qué pretendes transmitir con tus composiciones?
No me gusta autoanalizarme. Tiene una tendencia a la claridad porque me considero una persona sencilla, poco complicada. Intento que las cosas sean fáciles, no solamente en la dirección o como profesor, sino ver la parte pedagógica en la transmisión de la música. Pretendo transmitir emociones que pueda captar el oyente.