Entrevista > Eva Mª Naranjo / Mejor deportista de la historia en la Marina Baixa
Eva María Naranjo es, no cabe duda en esto, la mejor deportista femenina que jamás tuvo la Marina Baixa. Su dominio sobre el ring es sólo comparable con su carisma fuera de él. Incluso en sus mejores años como luchadora, su humildad y su simpatía fuera del ring contrastaban con aquella imagen de guerrera invencible que mostraba sobre él.
Ahora, ejerce de entrenadora y, aunque da la sensación de ser una persona mucho más pausada que cuando competía, en sus respuestas siempre asoma aquella competidora incombustible que fue.
Palmarés sobrecogedor
El palmarés de Eva M.ª Naranjo en kick-boxing sobrecoge. 148 combates con 130 victorias, cinco títulos mundiales, cinco títulos europeos, nueve campeonatos de España e Insignia de Plata del Comité Olímpico Español, son sólo algunos de sus logros.
Además, en la parte final de su carrera deportiva se pasó al boxeo persiguiendo el sueño olímpico, y fue campeona internacional del peso gallo con un récord de 13 peleas y 12 victorias (3 por KO).
Estas cifras son las totales de su carrera, pero cuando una llega, digamos, a la victoria número cien, ¿cree que ya infundía tanto respeto que la rival, aunque sea en el plano psicológico, salía con un cuarto de la pelea perdida?
Puede ser que sí. Es un dato que probablemente muchas atletas interpretasen de esa manera que comentas, pero otras seguro que no lo hacían así y se motivaban con ello. Yo he competido con campeonas de otros países y en ningún momento me vine abajo. Todo era un punto más de superación, de buscar un nuevo reto a batir. Competir contra alguien que admiras o que es bueno y sabes que es fuerte.
Y todo eso, desde un rincón muy pequeñito en el mapa como es La Nucía. Un lugar que en 1998, cuando usted empezó como profesional, no tenía nada que ver con la ‘Ciudad del deporte’ que es. ¿Cómo empezó su historia sin todas las facilidades que existen hoy en día?
Empecé a entrenar con el Maestro Eduardo Martín en Benidorm. Él tenía su gimnasio en la calle Velázquez. Comencé por puro hobby. Estaba en una edad complicada, sobre los 18 años. Lo hice, como te digo, por afición y a través de un chico con el que salía, y mira hasta dónde he llegado. ¡No me lo creo ni yo!
«Competir contra alguien que admiras o que es bueno y sabes que es fuerte, es un reto de superación»
La Ciutat Esportiva Camilo Cano apenas existía entonces… pero es que su deporte también era, permítame la expresión, un deporte de hombres.
Gané mi primer campeonato de España en 2001. Fui compitiendo, pero es verdad que costaba mucho, porque hoy en día hay muchísimas más mujeres que compiten pero antes no había tantas chicas en los gimnasios, en las artes marciales o en los deportes de contacto.
Nosotras peleábamos cinco o seis veces contra la misma rival y competía en todo lo que me pusieran por delante. Entrenaba boxing, que era una suerte de conjunto de todo lo que había hecho el Maestro Eduardo. ¿Que me salía un combate de kick boxing?, pues allá iba. ¿Full contact? Pues íbamos.
Dicen que el que mucho abarca, poco aprieta… en su caso no parece que fuera así.
Luego, con los años, me fui afinando y decidiéndome por lo que más me gustaba y cerré mi carrera en boxeo, como todo el mundo sabe. Es cierto que lo que más me apasiona es el muay thai.
Y mientras usted crecía deportivamente, lo hacía también ese ‘Disneyworld’ del deporte que es la Ciutat Esportiva Camilo Cano en la que hoy en día da usted clase.
(Ríe) Muy bien definido. Allí existe todo lo que uno quiere. Se ha invertido mucho y toda la gente del deporte mundial que nos visita también nos beneficia. Creo que el deporte es salud e inculcándolo desde las edades tempranas hace que estés educando a buenas personas.
«Empecé por afición y a través de un chico con el que salía y mira hasta dónde he llegado. ¡No me lo creo ni yo!»
Hace un momento me decía que cuando usted empezó no era habitual que las chicas se dedicaran a los deportes de contacto. Me gustaría que me lleve a ese momento en el que Eduardo Martín le dice ‘Eva, estás para competir’ y él, además, tiene esa visión de volcarse con usted, una mujer, en un mundo de hombres.
El Maestro era un visionario. Él creía en todas las personas. Le llegaba alguien sin cualidades y conseguía que las tuviera. Era muy duro en los entrenamientos y siempre veía quién se esforzaba.
Cuando yo empecé estaba agobiada de no hacer nada. ¡Lo pienso hoy en día y no sé cómo era eso posible! (ríe). Era muy joven y comencé a entrenar. Él vio que podía llegar a ser una buena deportista. Fuimos a pelear a Murcia y me preguntó si me había gustado. Le respondí que sí. Sólo me dijo: ‘ya sabes lo que tienes que dejar de hacer’. Dejar de fumar, de salir de fiesta… Dicho y hecho.
¿Fue 2010 su mejor año?
Creo que sí. Es el año que conseguí el triplete. Gané el campeonato de Europa IFMA, y fui campeona del Mundo y campeona de España. Han pasado trece años y ninguna española lo ha conseguido repetir y yo siempre tengo la ilusión de que salga alguna y vuelva a sonar el himno.
¿Qué se siente cuando una está en lo alto del podio escuchando el himno?
Por supuesto, mucha satisfacción por todo lo que supone llegar ahí. Para conseguirlo, se sufre muchísimo; pero a día de hoy lo veo de otra manera.
«Lo que más me apasiona es el muay thai»
¿Cómo?
Con mucho orgullo y con la responsabilidad de saberme referente de otras personas, sobre todo chicas, pero también chicos. Un referente, como te digo, de superación y esfuerzo.
Habrá tenido que escuchar que antes, por aquello de que eran ustedes menos, era más fácil.
(Suspira) Hay quien lo dice, sí. Pero, para nada. Era exactamente igual de difícil que ahora. Vas pasando rondas para ser campeona y había y hay mucho nivel. Es verdad que hoy en día te conectas al ‘Instagram’ y ves muchísimo contenido y es algo que ayuda mucho, pero sigo recordando todo ese tiempo con mucho orgullo.
En el deporte, en definitiva, cambian los tiempos; pero no los valores que llevan al triunfo.
Siempre digo, a los deportistas y también a los padres, que los sueños se cumplen; pero no hay nada gratis. Hay que sacrificarse y apartarse de una serie de cosas.
«El Maestro era un visionario. Él creía en todas las personas. Le llegaba alguien sin cualidades y conseguía que las tuviera»
Solemos tener la tendencia a ver el resultado final, pero no nos damos cuenta de que siempre hay mucho esfuerzo y muchas horas de trabajo. Y algo que los que tenemos la suerte de seguirles de cerca vemos y no siempre sabemos trasladar: la soledad de los entrenamientos diarios.
Yo he sido siempre muy solitaria, como tú bien sabes. Siempre tuve un objetivo en mente que era conseguir esa satisfacción personal de lograr cosas en algo que te apasiona. De hecho, hoy en día vivo de ello. Quizás haya quien diga que no he disfrutado mucho de la vida social, de amigas, de fiestas… pero sí he disfrutado de mi deporte y tengo muchísimas amistades en todo el mundo gracias a ello.
¿Le ha merecido la pena?
Sin duda alguna.
Creo conocerla un poco y me da la sensación de que cuando da clases y pide esa implicación de la que habla, lo debe de pasar mal cuando sus alumnos no se lo dan.
Hay veces que me tiro de los pelos porque fliparse es muy fácil. Es decir, quiero salir en la fotito y ponerla en Instagram haciendo historia… pero cuando hacen eso, a mí me clavan una lanza en el corazón, porque creo que están faltando al respeto a todas esas personas que se han esforzado tantísimo para conseguir algo.
Hablar es muy fácil, pero la verdad son hechos. Me entristece ver que la juventud lo tiene todo muy fácil y que quieren conseguir las cosas sin esfuerzo. No digo que sean todos, pero sí el 80%.
«Quizás haya quien diga que no he disfrutado mucho de la vida social, de amigas, de fiestas… pero sí he disfrutado de mi deporte»
Su discurso es casi tan duro como lo eran sus golpes.
Dicen ‘quiero esto’ o ‘quiero lo otro’, pero subirse a un ring no es como querer un coche. Subirse a un ring o jugar en una cancha son horas, horas y horas de sacrificio, de descanso, de apartar amistades y familia, de no ser madre para acabar bien tu carrera deportiva…
Y me acaba de decir que todo eso merece la pena.
Yo estoy bien. Tengo mi escuela en Benidorm y en La Nucía. Llevo trece años y trabajo con menores, y estoy encantadísima de poder aportarles mi experiencia. No sólo en lo deportivo, que eso está claro, sino también para que sean buenas personas. Tú sabes bien que las artes marciales son, sobre todo, disciplina y respeto.
¿Se arrepiente de algo de lo que ha hecho en su carrera deportiva?
No me arrepiento de nada. ¿Se podrían haber hecho las cosas mejor? Sin duda. Creo que hice bien al retirarme en el momento en el que lo hice, aunque siempre se lleva dentro el gusanillo de la competición. Veo las grandes ligas que existen ahora y…
«Me entristece ver que la juventud lo tiene todo muy fácil y que quieren conseguir las cosas sin esfuerzo»
Unas grandes ligas donde hay mucho dinero en juego.
Así es, yo no he ganado mucho dinero, pero…
Quizás haya ganado lo más importante: poder dedicarse hoy a lo que más le apasiona. Hay quien dice que los que trabajamos en lo que nos gusta, en realidad, no trabajamos nunca.
¡Eso es! Eso es algo importantísimo y estoy completamente de acuerdo.
Usted tuvo un fugaz paso por la política como concejal del equipo de gobierno de Bernabé Cano. ¿Es más duro pegarse en un ring o en un pleno?
(Ríe) Es totalmente diferente, pero sí; creo que un pleno es más duro que subir al ring. Ahora en serio, tuve una muy buena experiencia y fue un honor formar parte de ese equipo de gobierno, lo que pasa es que yo no tenía tiempo para todo y, a la vez, sabía qué es lo que quería, que es dedicarme de lleno a lo que estoy haciendo.