A unos dos kilómetros del municipio alicantino de Alfafara, en el denominado Barranco del Pont Trencat, una gran pared rocosa vertical abruma al visitante con la presencia de doce misteriosas ventanas, todas ellas apuntadas al vacío y tajadas en la dura roca con suma perfección.
La mente humana, curiosa por naturaleza, hace que las preguntas se multipliquen cuando se contempla por primera vez la sorprendente Cueva de les Finestres. ¿Qué esconden estas misteriosas ventanas? ¿Hay habitaciones después de ellas?
También nos cuestionamos si están comunicadas entre sí, cuándo se excavaron y qué funciones tuvieron en su momento. A todas ellas y alguna más intentaremos dar respuesta.
Escalera de madera
Al llegar observamos una escalera de madera que nos permite acceder en las salas inferiores y adentrarnos en el interior de la cueva. Pero esto no hace más que aumentar la intriga y el misterio, sobre todo para los más curiosos.
La Cueva de les Finestres es, sin duda, uno de los lugares con más magia de la ya emblemática Sierra de Mariola. Entre sus evidentes ventajas, su entrada gratuita y que está siempre abierta. De hecho, mucho se ha especulado sobre el origen de este tipo de cuevas-ventana, tan habituales en esta zona de la geografía valenciana, como demuestran las Covetes dels Moros, en la cercana Bocairent (a apenas seis kilómetros, ya en la provincia de València).
Sin duda, es uno de los sitios con más magia de la ya emblemática Sierra de Mariola
Qué función tuvieron
Estas cuevas se caracterizan por ser un abrigo natural que fue empleado -especialmente durante los últimos siglos- como refugio para el ganado. Sin embargo, su origen es mucho más antiguo.
Son doce aperturas que permiten entrar a las salas interiores, algunas de ellas intercomunicadas entre sí. Además, en estas cámaras, todavía sin explorar del todo, se han encontrado restos de época islámica y otros de la Edad del Bronce (sobre el 1.500 a.C).
Las salas son de diferentes tamaños, algunas con enorme ‘silos’ (agujeros), también excavados en la roca. En estos silos podemos resolver la explicación del origen de estas cuevas-ventanas, que pudieron ser utilizadas como primitivos almacenes para el grano u otros bienes.
Se piensa que hasta no hace mucho estas cuevas-ventanas fueron empleadas como almacén
Sus medidas
Se conoce que entre cuatro y diez metros bajo tierra existen un total de trece aberturas, la mayor parte de forma rectangular. Casi todas las cámaras están acabadas, excepto una que únicamente está iniciada y otras dos que son muy reducidas.
Sus medidas son bastante parejas: dos metros y medio por tres o cuatro y algo menos de dos metros de altura. Como hemos avanzado algunas están intercomunicadas y en ciertos casos una ventana da paso a dos cámaras o salas. En su interior se albergan cinco grandes silos, para guardar el mencionado grano (trigo, fundamentalmente) y una chimenea ascendente, sin comunicar con el nivel superior.
Situadas en un entorno natural, no suelen visitarlas muchas personas y su acceso es gratuito
Cómo llegar
La mejor ruta para llegar hasta la Cueva de les Finestres comienza en la ermita de San Antonio y la Virgen de la Luz, en la propia Alfafara, aunque nos ahorraremos más de un kilómetro si aparcamos el coche antes de la primera indicación de la Font del Carbonell, en el que parece ser una casa o masía en ruinas.
El camino, de unos dos kilómetros, presenta un poco de dificultad al ser en bajada y tener mucha piedra suelta. Es importante, por lo tanto, un buen calzado y no se aconseja hacerlo con niños pequeños (de tres o cuatro años).
Si empezamos en la ermita, a medio kilómetros llegaremos a un punto en el cual aparecen varios caminos. Debemos seguir en línea recta hacia la mencionada casa abandonada, ahora ya dominada por la naturaleza.
La dificultad aumenta al bajar: el camino se estrecha, con muchas plantas alrededor. Pero este tramo es corto y en menos de un kilómetro estamos frente a la cueva, que merece mucho la pena.
Las Covetes dels Moros
Las dos cuevas, como hemos señalado, presentan características similares, con minúsculas recámaras que se usaban como granero-almacén. La de Alfafara es mucho más pequeña (doce ventanas) y solo se puede acceder a una parte de las salas.
Lo interesante es que se encuentra en medio de un paraje natural, no suelen visitarlas mucha gente y el acceso es libre.
Por su parte, la cueva de Bocairent es mucho mayor (más de cincuenta ventanas), se sitúa a las afueras de la localidad y únicamente se puede acceder con guía y reservando la entrada. La experiencia en las Covetes dels Moros, eso sí, es impresionante -si no sufres de claustrofobia- e ir acompañado de un guía de la zona hace que sea más interesante.