La historia de España está llena de ejemplos en los que los animales han estado muy vinculados a todo tipo de actividades. Esos ejemplos no siempre han sido los más edificantes, al menos, vistos con la perspectiva actual de los derechos de los animales; pero es indudable que los muchos siglos de pasado ganadero en buena parte del país han enseñado a los moradores de la Península Ibérica a sacar el mejor partido posible de esas bestias, que sirvieron tanto para trabajar la tierra como para alimentar a la población.
El trabajo callado de esos mismos animales, muchas veces haciendo cosas tan simples como comer e ir depositando sobre ese terreno sus excrementos, también sirvió durante muchos siglos para mantener limpios y abonados los montes de todo el país. Es, en el fondo, el ciclo natural de los ecosistemas que, metidos ya en la parte final del siglo XX, saltó por los aires debido a las muchas normativas y leyes aprobadas, en teoría, para proteger los montes.
La Villa Blanca va a invertir 50.000 euros en la puesta en marcha de distintas tareas de prevención del fuego
Abandono de los montes
Legislaciones que, repiten muchas veces los más viejos del lugar, los mismos que sí conocieron esa forma de vida ancestral en su niñez y que, por lo tanto, saben bien de lo que hablan, acabarían provocando el efecto contrario al deseado. Tampoco ayudó, claro está, el desarrollismo económico de la segunda mitad del siglo pasado y, en el caso concreto de la costa mediterránea, el ‘boom’ turístico.
Aquello provocó el súbito viaje de millones de personas del campo a las ciudades y, en el mejor de los casos, el abandono del terruño. En el peor escenario, el ladrillo sustituyó, casi por completo, todo aquello que antes era campo. El resultado, en cualquier caso, siempre fue el mismo: la lenta e inexorable conversión de montes bien cuidados a auténticos polvorines esperando la chispa adecuada.
Apuesta por el pastoreo
Ahora, metidos de lleno en un periodo de sequía realmente preocupante y tras un verano en el que, más por suerte que por otra cosa, la zona de la Marina Baixa no ha tenido que lamentar grandes incendios forestales, Altea ha anunciado el inicio de una nueva campaña de prevención del fuego. Y es que, también lo dicen los expertos: los fuegos del verano se apagan en invierno.
Para ello, la Villa Blanca va a invertir hasta 50.000 euros en la puesta en marcha de distintas tareas de prevención del fuego. Entre ellas, destaca, por la novedad que supone, la apuesta por el pastoreo como herramienta de limpieza del monte a través de ‘ovejas bombero’.
El municipio alteano es uno de los sólo tres municipios de la región que han conseguido una subvención para desarrollar esta novedosa iniciativa
Mejora paisajística
De hecho, Altea es uno de los sólo tres municipios de la región que han conseguido una subvención para desarrollar esta novedosa iniciativa y que, en este caso, se llevará a cabo en el paraje del Pinar de Calces, hasta alcanzar una inversión de algo más de 26.000 euros, de los que casi 18.000 proceden de la Diputación de Alicante y el resto, de la Conselleria de Medio Ambiente.
Asimismo, se van a crear líneas de defensa contra incendios forestales, mejorando la masa forestal de uno de los principales pulmones verdes del municipio. Esas tareas, además de prevenir el fuego, también tienen como objetivo mejorar la condición de este bosque mediterráneo en la serra de Bèrnia y la calidad paisajística del entorno, mediante tratamientos silvícolas, repoblaciones forestales, recuperación de bancales abandonados y creación de bases para la fauna.
Mantener la tradición
Las ‘ovejas bombero’ llegarán a Altea este invierno. Según los responsables del área local de Medio Ambiente, esta es “una práctica efectiva en zonas de riesgo de incendio que puede reducir costes en la gestión de las masas forestales, a la vez que promueve el mantenimiento de la tradición ganadera de la zona”.
Según esas mismas fuentes, “estas prácticas generan numerosos beneficios ambientales, tanto en las zonas de pastoreo, manteniendo la biodiversidad, como en la propia sociedad, ya que favorece también un factor de identidad cultural y local”.
Se acometerá la restauración y mejora de los abrevaderos existentes en las fuentes de Rostoll, Fort y Bèrnia
Abrevaderos
También, a estas acciones se sumará la restauración y mejora de los abrevaderos existentes en las fuentes de Rostoll, Fort y Bèrnia. En concreto, la recuperación de los abrevaderos situados en las diferentes fuentes naturales de la serra de Bèrnia suponen puntos de agua esenciales para la subsistencia de la ganadería extensiva, no sólo de Altea, sino para los diferentes rebaños que ascienden desde otros municipios.
Estos abrevaderos favorecen el conjunto de la biodiversidad de la zona, ya que permiten el acceso al agua de la fauna silvestre como aves, mamíferos y una elevada diversidad de invertebrados, especialmente durante el periodo estival. Además, suponen refugios de elevada importancia para algunas especies de anfibios que requieren masas de agua para reproducirse.
Trabajos en Altea Hills
Finalmente, también se va a realizar una intervención en la zona quemada por un incendio a principios de este año en Altea Hills, próxima a la AP-7. Una parcela pública en la que se propone la eliminación de árboles quemados, así como el desbroce de matorral quemado.
Además, se aprovechará la madera quemada para la realización de fajinas que ayuden a disminuir la pérdida de suelo debida a la erosión, ya que el terreno presenta una pendiente elevada.