Estamos en un momento en el mundo, y como no también en España, en el que se ha instaurado la doble vara de medir dependiendo de lo que interese en cada momento.
Pueblo indígena
El presidente mexicano saliente, López Obrador, y en el seguimiento de sus reivindicaciones la entrante, Claudia Sheinbaum, no invitan oficialmente a España, es decir al Rey que es el jefe del Estado, porque dicen que mandaron una carta para que pidiéramos perdón a los indígenas por la conquista de hace ¡5 siglos!
Sí, se refieren al asedio de Hernán Cortés, junto a sus aliados indígenas del Valle de México, para derrotar al señorío Méxica, que se produjo entre 1519 y 1521. Pero esa preocupación es una farsa, porque mientras reclaman esto “por derecho del pueblo indígena”, en ese país siete de cada diez de ellos en la actualidad viven en la absoluta pobreza, la mayor parte con dos euros al día.
Una situación de millones de personas que carecen de accesos a servicios básicos como alimentación, salud y vivienda.
Desviar la atención
Y es que ahora la falsa moral (según la RAE acción de obrar con relación al bien o el mal en función de su vida individual o colectiva) pretende crear un conflicto por algo que dicen que es tan importante para el pueblo mexicano, mientras que con su gobierno sus ciudadanos están en el peor momento.
Datos: según la ONU el año pasado los menores desaparecidos en México de forma forzada subió un 73%, situándose en una media de 14 personas diarias con mayoría de niñas mayores de 12 años. En total ya son 18.000 los niños y niñas desaparecidos.
Por no agobiar con datos en esta editorial, solo otro. En los tres primeros meses del año se han registrado 184 presuntos feminicidios (asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia) en México. Una cifra alarmante que daría 736 mujeres en un año, ahora, en 2024; pero es más fácil hablar de hace siglos que solucionar la actualidad.
Sumar y separatistas
Gerardo Pisarello, perteneciente a Sumar, partido que cogobierna España, ha decidido ir a la toma de posesión de la presidenta mexicana a pesar de que ese Gobierno, en el que está su partido, decidió, con toda la lógica, no mandar representación. Todo, junto con otros asistentes de partidos ultra radicales (que no solo hay ultras a la derecha) que lo hacen especialmente para ningunear a la monarquía.
Aquí podríamos entrar en varios motivos por los que la vara de medir es diferente dependiendo del momento. Cuando el Rey hace algo se critica, sea en el ejercicio de su labor de jefe del Estado o sean temas particulares, porque se dice que el Rey lo es las 24 horas del día. Pero cuando ellos hacen algo depende del momento son parte del Gobierno o van a título personal.
Eso sin contar que, más que les pese a los independentistas y a la extrema izquierda (para los que siempre juzgan las palabras eso no quiere decir que quien escribe estas líneas esté a favor de la extrema derecha) han acatado una Constitución y unas leyes, y eso significa una monarquía parlamentaria. Si no lo aceptan no deberían estar ahí.
‘Se acabó la fiesta’
Otra doble moral. El sevillano ultraderechista Luis Pérez Fernández, conocido como Alvise y por su éxito en las elecciones europeas con su partido ‘Se acabó la fiesta’, en su ‘programa electoral’, deducido de sus intervenciones y entrevistas, llevaba como punto clave la necesidad de acabar con la corrupción.
No han pasado ni cuatro meses y él mismo ha confesado, ante las claras investigaciones, que cobró en precampaña 100.000 euros en ‘dinero negro’ para no tenerlo que declarar. Y va más lejos, para justificarse invita a que todos delincamos: “todo impuesto que podáis evitar pagar, no lo paguéis”.
¿Sostenibilidad? Depende
Y como no me queda mucho espacio simplifico otros casos claros de doble moral. La Unión Europea está muy preocupada por el medioambiente y la sostenibilidad del planeta, y en ello considera que un elemento importante es la producción de coches eléctricos.
En cambio, cuando estos vienen más baratos de China, con más opción de ser adquiridos por el usuario, las todopoderosas fábricas automovilísticas alzan la voz y a esos coches se le pone unos aranceles para que ya no sean competitivos.
Podría estar bien si eso fuera en defensa de lo nuestro, pero cuando pasa en la agricultura, como no hay nadie tan poderoso y son pequeños agricultores, se admite que vengan productos más baratos de cualquier otro país y, lo que es peor, sin importar que no cumplan las medidas sanitarias en sus productos, algo que sí exigen a los lugareños.
Otros temas internacionales
Todo esto sin hablar de que podemos intervenir con Ucrania en su guerra contra Rusia, pero no podemos hacer nada para parar esa inmigración que no para de llegar; o que admitimos la defensa de Israel por un atentado de Hamás, pero no se les juzga ni se impide el genocidio que están haciendo en la zona.