Aunque en esto la Comunitat Valenciana puede ser impredecible, se supone que ya por octubre se deslizan los primeros jirones de frío verdadero, del que cura los rostros curtidos bajo el sol, el que regó de rayos ultravioletas los cielos sobre las faenas agrarias y pesqueras. Diez horas el día, catorce la noche, octubre llega con chavalería y juvenalia allá por los centros educativos.
Se cosechan almendras (si son tardanas), naranjas (si son tempranas) y uvas. Y los barcos de pesca acuden a la lonja con atunes, bonitos, boquerones, caballas, doradas, jureles o sardinas. Y marisco variado: camarones, chipirones, langostas, nécoras, percebes, pulpos o sepias. Así que, ya se sabe, toca dar gracias, y de nuevo en el litoral levantino, y aún sus tierras de interior, las hay sobradas.
Fecha fundacional
Es cierto que en toda la Comunitat Valenciana toca hacer un alto el 9 de octubre, el Nou d’Octubre, el Día de la Comunitat, institucionalización de una fecha a retener: ese mismo día, pero en 1338, se celebraba el primer centenario de la conquista de València por Jaume I (1208-1276), en 1238, a pesar de que varios historiadores nos dicen hoy que entraba un día antes en el ‘cap i casal’.
En realidad, el 9 se celebraba allí la primera misa cristiana, a San Dionisio (también Saint Denis o Sant Donís, quien vivió y murió en el siglo tercero), como en 1338. La procesión en honor al santo se institucionalizó, oficialmente desde 1365; tanto que desde la democracia, especialmente tras aprobarse el Estatuto de Autonomía, en 1982, se remarcaba ese aspa en los calendarios.
Con el nou d’Octubre se institucionaliza la conquista de València por Jaume I
La Virgen del Rosario
Pero íbamos a adentrarnos en las manifestaciones populares, a lo grande, como las que tienen lugar durante el primer fin de semana de octubre (el ‘octōbĕr’, octavo, de los romanos) en muchas localidades. Señalemos, por ejemplo, en el ámbito de la Vega Baja del Segura, las patronales (desde septiembre) de Pilar de la Horadada (en honor a la Virgen del Pilar, como en Torrevieja), tan nutritivas gastronómicamente que este año inauguran las primeras jornadas Gastropilar.
O las de Rafal (a la Virgen del Rosario), con Moros y Cristianos. Y las de Crevillent, a mayor gloria de San Francisco de Asís, también surcadas por mediáticos Moros y Cristianos. Nuestra Señora del Rosario además es motivo de festejos en Guardamar del Segura, con profusión de actos religiosos y la décimo primera edición del Trofeo de Petanca Virgen del Rosario.
La Virgen del Rosario conmemora la derrota de los turcos en Lepanto
Rosarios de la Aurora
También se festeja en Albatera, y como siempre sus actos son siempre en torno al día 7 (el Papa Pío V, 1504-1572, instituyó la fecha como aniversario de la derrota de los turcos en la batalla de Lepanto), con romería a la serranía, donde se ubica la ermita en su honor. Hay granadas, de las de comer, para quien se acerque. Y de todo (carrozas, deportes, gastronomía) en Los Montesinos, abarcando hasta mitad de mes.
La Vega Baja es que no da tregua: no nos olvidemos que en este mes, también dedicado a los ángeles de la guarda, constituye, en la comarca, el de los Rosarios de la Aurora. Composiciones musicales religiosas (cantadas por los auroros) introducidas aquí por la Orden de Predicadores (los dominicos, fundados en 1215 por el burgalés Domingo de Guzmán, 1170-1221).
Las ‘Auroras’ fueron impulsadas por el viajero dominico San Vicente Ferrer
Fermento medieval
Su principal impulsor fue un dominico muy viajero, San Vicente Ferrer (1350-1419), y prácticamente resuenan en los amaneceres de los tempos de casi todos los municipios vegabajenses: Albatera, Almoradí, Benferri, Bigastro, Callosa de Segura, Catral, Granja de Rocamora, Orihuela… Pero no son estas tierras las únicas en festejar durante este mes. En el valle contiguo, el del Vinalopó, nos encontramos con celebraciones, por ejemplo, en Petrer.
Efectuadas en honor a la Virgen del Remedio, advocación introducida en España allá por el siglo XV, y de día conmemorativo algo saltarín, hay música, pasacalles y las Carasses, una típica fiesta de ‘tapados’ (disfrazados), que por estos pagos surgieron allá por la Edad Media (siglos V al XV), aunque las primeras pretrerines registradas lo fueron en 1830. Y en Villena, el asunto se convierte en feria, del 20 al 22 de este mes.
Veterana feria
La verdad es que la actividad, la Feria de Muestras & Artefiesta, se encuentra bien asentada, en su vigésimo sexta edición (XXVI), con artesanía, gastronomía, maquinaria y música. En el fondo, todo con un sustrato agrario. Pero vayámonos más al norte, a la Marina Baixa. Porque también hay fiestas en Benidorm, a lo bruto, tratándose de un municipio-babel, que absorbe todo.
Quedémonos con alguna, como las de Moros y Cristianos, hasta el 6; o la Fira Productes de la Terra, del 11 al 13; o el Rocío Chico, del 18 al 20. ¿Algo más? Es un mes agotador, como casi todos, si se tienen ganas. Por ejemplo, como es año par, a últimos de mes tocará en Elche (Vinalopó Bajo) representación extraordinaria del Misteri d’Elx. Se filtrará el fresco en este mes, pero también la alegría.