Carlos Mazón Guixot / Presidente de la Diputación de Alicante y presidente del PPCV
La industria periodística ha experimentado en los últimos años una notable reconversión, forzada por los cambios sociales, la transformación digital y las crisis económicas. El oficio de informar ha evolucionado hacia nuevos procesos en los que priman la rapidez, la brevedad, la cercanía y la visualización de contenidos, así como su viralización en redes sociales.
Acudir a fuentes fiables
Vivimos una época en la que el exceso de noticias, muchas de ellas descontextualizadas, alarmistas o falsas, han acaparado nuestras rutinas, lo que nos obliga a diseccionar la realidad, a profundizar en los argumentos expuestos y a acudir a fuente fiables en las que primen el rigor, la seriedad y la profesionalidad. Esto impele a los medios de comunicación a desarrollar el pensamiento crítico y a sustentar sus publicaciones, sean estas en papel, en formato digital o a través de las redes sociales, en los fundamentos del buen periodismo, ahora más necesario que nunca.
Es incuestionable que el ecosistema tecnológico ha absorbido nuestra manera de acceder a los canales de información, situación que hace imprescindible que los periodistas actuales y las generaciones que se gestan en las facultades cuenten con una formación de carácter digital y multidisciplinar, añadida a la académica.
«En tan solo cinco años es uno de los periódicos impresos líder del territorio, lo que dice mucho y bueno de la gran labor que están llevando a cabo»
Una gran labor
En este contexto, el hecho de que un medio de comunicación de reciente creación, nacido con la convicción de servicio informativo a una provincia como la nuestra -plural, genuina, con diferentes maneras de percibir el entorno y con distintos y prolíficos modelos productivos-, se haya convertido en tan solo cinco años en uno de los periódicos impresos líder del territorio, dice mucho y bueno de la gran labor que están llevando a cabo sus responsables y sus trabajadores.
La prensa ejerce de altavoz de nuestras esferas más próximas, de esa red social e interrelacional que se teje desde diversas aristas en un conglomerado de agentes cuyos intereses comunes y afines deben estar bien armados para avanzar como grupo. Esas son las sociedades del futuro, en las que la interacción, la asistencia y la planificación conjunta, con diálogo, consenso y acuerdos, prioricen acciones que permitan vertebrar territorios, proteger sectores productivos, propiciar nichos de negocio y defender comunidades diversas, pero integradoras.
«La prensa ejerce de altavoz de nuestras esferas más próximas»
Optimización de recursos
Lo público y lo privado tienen que ir de la mano para generar sinergias que favorezcan la optimización de recursos. La administración y la empresa en una misma senda colaborativa, aportando e intercambiando conocimientos, infraestructuras, recursos, inversiones… Solo así podremos consolidar sociedades más justas, igualitarias y con las mismas oportunidades de desarrollo.
Durante este lustro son muchos los acontecimientos que se han sucedido en el panorama nacional y provincial y diversos los cambios que ha experimentado nuestra sociedad, nuestra economía y nuestra política. El más trascendental de todos, la pandemia de coronavirus, que interrumpió nuestras rutinas y las modificó para siempre. En esta era post Covid nos enfrentamos a nuevos y desconcertantes retos, aunque a nuestro favor juega la capacidad de adaptación de la sociedad civil a los acontecimientos y el potencial de nuestros colectivos para seguir generando desarrollo y bienestar.
«Hay que acudir a fuentes fiables en las que primen el rigor, la seriedad y la profesionalidad»
El gobierno más cercano a los ayuntamientos
La provincia, con sus 141 municipios, es un territorio con diversidad cultural, paisajística, ambiental y productiva, con una nutrida masa de pequeñas, medianas y grandes empresas que conviven en armonía con miles de emprendedores que ambicionan lanzar negocios y con otros tantos autónomos que intentan sacar los suyos adelante.
En este escenario, la Diputación, como gobierno más cercano a los ayuntamientos, más eficaz en la atención de sus demandas y más rápido en la consecución de planes, ha activado en este complicado año y medio de pandemia diversas medidas de contención de la crisis, mediante un estructurado programa inversor superior a los 100 millones de euros. Se trata de un paquete de ayudas que hemos redoblado financieramente este año, para ofrecer a pymes, autónomos, ayuntamientos, organizaciones sociales y colectivos vulnerables un balón de oxígeno ante la escasez de ingresos y el incremento de gastos que, en muchos casos, han asfixiado su actividad o su economía familiar. A estas aportaciones se suma, como iniciativa pionera en España, la rebaja por segundo año consecutivo del recargo provincial del Impuesto de Actividades Económicas -IAE-, que pasará del 10% actual al 5% en 2022, un hecho histórico que activará la economía de nuestra provincia.
Porque no entiendo el ejercicio político si no es desde el convencimiento de mejorar nuestra sociedad y de propiciar espacios de consenso y diálogo con otras fuerzas políticas y otras administraciones para optimizar el desarrollo de nuestros territorios y crear ecosistemas de emprendimiento, de innovación, de solidaridad, de sostenibilidad, de igualdad… siempre atendiendo los problemas reales de los ciudadanos, escuchando sus demandas y anticipando acciones.
«En esta era post Covid nos enfrentamos a nuevos y desconcertantes retos»
Mirar hacia el futuro
Es momento de mirar hacia el futuro con la urgencia de reflotar nuestra productividad y márgenes de negocio, con el propósito de consolidar la revolución tecnológica que estamos ultimando y con la creencia de que somos una de las provincias más competentes, punteras y productivas de España. Porque los alicantinos y alicantinas sabemos remar en la misma dirección y arrimar el hombro en los peores momentos y ahora, tras este periodo aciago, más unidos, fortalecidos y convencidos de nuestras potencialidades, estamos preparados para lo bueno y mucho que llegará.