La superficie de la piel está colonizada por una flora bacteriana y dispone del llamado “manto ácido”, resultado de la combinación de la secreción de sudor y otras sustancias que ejercen de barrera antimicrobiana.
Es cierto que la falta o deficiencia de higiene ocasiona problemas de salud y sociales. Pero también que cada vez que nos duchamos y frotamos con jabón esas protecciones desaparecen parcial e incluso completamente (en función de la agresividad del jabón y del frotamiento) y eso nos deja un poco “huérfanos” de defensas. Si además resecamos demasiado la piel, producimos molestias e incluso daños en este órgano.