Entrevista > Francesc Ortiz / Autor de ‘Mutxamel i L’Horta d’Alacant descrites pels viatgers i cronistes’ (Mutxamel, 22-enero-1957)
Sin duda se trata de uno de los libros más completos jamás editados sobre la historia de la Huerta de Alicante. Los auténticos protagonistas de este trabajo son aquellos cronistas y visitantes (nacionales y extranjeros) que publicaron descripciones sobre cómo percibían los cultivos, las infraestructuras hidráulicas, las incidencias del clima, etc. Más de 300 páginas en color y a tamaño folio dedicadas a Mutxamel, Sant Joan, El Campello y demás municipios de la zona.
Toda esta enorme labor de recopilación documental y fotográfica se llama ‘Mutxamel i L’Horta d’Alacant descrites pels viatgers i cronistes’ y se la debemos a Francesc Ortiz Alemany. De profesión farmacéutico, es de sobra conocida la devoción que tiene Paco por investigar la historia de su pueblo y alrededores.
¿De dónde surge tu interés histórico por la Huerta?
Yo estudié Químicas y Farmacia, soy un hombre de ciencias, pero siempre me ha interesado conocer la historia y las tradiciones de la zona. Fue sobre todo la cronista Suni Brotons quien me metió en este mundo, aunque también otros autores locales grandes defensores de la Huerta como Federico Sala o Isidro Buades.
Además, durante años he sido miembro, junto a varios amigos y mi propia esposa, de la Asociación Cultural L’Assut de Mutxamel, donde siempre hemos tenido la voluntad de impulsar temas de folclore y cultura. Y como añadido durante años trabajé de supervisor en Aguas de Alicante, lo cual me generó mucho interés por el agua. En definitiva, soy bastante inquieto y nunca me ha gustado conformarme simplemente con estar en la botica.
«Incluso mi hijo de 27 años se da cuenta de todo lo que ha desaparecido»
En el libro hablas sobre toda la Huerta, pero en el título solo nombras a Mutxamel. ¿Por qué?
En principio yo pensaba dedicarlo exclusivamente a Mutxamel, pero me di cuenta de que se quedaba muy corto. Así tiene más sentido porque todos compartimos una misma huerta.
Respecto al título, no es porque yo sea mutxameler. De hecho tengo una abuela santjoanera y dos abuelos alicantinos, así que soy un poco de toda la comarca. La razón real es que el topónimo ‘Mutxamel’ o ‘Muchamiel’ es el que realmente más me ha ayudado a tirar del hilo para encontrar cosas sobre la Huerta. Por ejemplo, cuando pones las palabras ‘San Juan’ o ‘Sant Joan’ en los buscadores, te salen mil municipios más que se llaman así.
Respecto a cómo era la Huerta hace cien años, antes de las urbanizaciones y los campos de golf, a la actualidad… ¿qué nos queda?
Prácticamente nada. No hace falta irse tan lejos, se calcula que solo permanecería sobre un 30% respecto a hace cuarenta años. Mi hijo tiene 27 años y él mismo me dice “papá, esto no es lo que yo conocí de pequeño”. Creo que con eso te lo digo todo. Así que imagínate lo que quedará tomando 1922 como referencia.
«A principios de siglo los franceses y belgas vinieron hasta aquí para copiar nuestro sistema de riego»
En la presentación del libro dijiste la frase “me duele que Alicante haya cerrado los ojos a la Huerta”. ¿A qué te refieres?
En general ni los políticos ni la sociedad han sabido valorar la Huerta. En el libro hay una referencia de una guía turística de los años 60 que dice “a partir de la Carrasqueta, ya es todo seco”.
Curiosamente, varios años antes llegaron a venir los franceses y los belgas hasta aquí para estudiar el sistema de riego que funcionaba desde el pantano de Tibi hasta el Monte Orgegia y la Albufereta, con el fin de aplicarlo en sus colonias africanas. Y sin embargo, llegado un momento, prácticamente todos los vecinos optaron por vender sus tierras para ponerse a trabajar en otros sectores como la construcción.
Lo cierto es que la gran mayoría de turistas que vienen a Alicante se van sin conocer la Huerta, cuando todavía quedan cosas muy interesantes. Las torres, los azudes, el Monnegre…
Así es. Yo siempre lo he dicho, la Huerta tiene un potencial turístico muy grande. Por ejemplo, el Pantano de Tibi es de los más antiguos que existen y fue el más alto del mundo hasta principios del siglo XX.
Y no solo lo que has dicho, todavía quedan en pie algunas de aquellas grandes casas de recreo que eran auténticos palacios con bonitos jardines rodeados de viñedos. Lo que en Francia llaman ‘chateaux’. Nos falta potenciar mucho todas estas cosas.
«Deberíamos potenciar turísticamente nuestras torres, las antiguas casas de recreo y el patrimonio que aún existe»
¿Crees que hemos aprendido? ¿Seguiremos cargándonos la Huerta en los próximos años?
Es que para mí ha desaparecido ya. En su día podía haberse hecho un desarrollo sostenido, pero ahora es tarde. Y de lo que queda pues algunas torres se están cayendo ya y otras están en medio de bloques.
Incluso en la torre de Ansaldo se podía haber hecho un gran museo etnográfico, y resulta que han puesto unas fotos de agricultores con la vestimenta andaluza en vez de la nuestra. En fin, así estamos.
¿Dónde se puede comprar el libro?
En la Librería Llibres Chus de Sant Joan. Cuesta 22 euros.