Entrevista > Juan Ramón Adsuara / Alcalde de Alfafar (Vilavella, Castellón, 29-julio-1974)
En este nuestro primer número en Alfafar hemos entrevistado al máximo responsable de la ciudad. Un alcalde que lleva tres mayorías absolutas y que basa ese logro en escuchar lo que quieren sus ‘accionistas’, esos 22.000 ciudadanos de la localidad, e intentarlo cumplir.
Llegó al PP buscando que alguien escuchase sus reclamaciones por aquellas cosas que consideraba que no estaban bien, y por aquellos devenires del destino acabó siendo el máximo responsable de la localidad en cuyo cargo este mes cumple once años.
¿Cuál es tu vinculación con Alfafar?
Mi matrimonio y mis hijas. Mi mujer nació y se formó aquí. Mis hijas tienen 22 y 20 años y en esta localidad es donde nacieron, han ido al colegio, y donde tienen su amigos. Mis orígenes están en Castellón pero ya llevo más parte de mi vida aquí, desde hace 23 años.
«Vengo de abajo, de una familia muy humilde de agricultores y con muchas dificultades para llegar a fin de mes»
¿Cómo conociste a tu mujer?
En Vilavella hay una zona de balnearios con aguas termales al igual que en un pueblo cercano llamado Artana, que está en la Sierra de Espadán. Entonces mucha gente de Alfafar, sobre todo agricultores y personas mayores, solían ir allí a, como se denominaba antiguamente, ‘tomar los baños’.
Los pueblos de esta zona están a unos 40-45 kilómetros y algunos alfafarenses se desplazaban hasta ellos para descansar. Mis suegros fueron dos de ellos, y aquí acabé yo.
Parece que te metiste enseguida de lleno en la vida de la localidad…
Yo disfrutaba mucho de Alfafar, pero al mismo tiempo veía cosas del municipio que no me gustaban nada. Así que intentaba pedir cita con los concejales pertinentes para comunicarles desperfectos que había visto: no hay accesibilidad en esta vía y no puedo ir con el carrito de la niña, este contenedor se desborda y no tenemos islas de reciclaje, etc. pero no me hacían caso.
Entonces acabé acercándome al PP; se las daba a la oposición para que las elevaran al pleno. Hasta que en 2007 me ofrecieron unirme al equipo, concretamente para redactar notas de prensa para un periódico local donde la agrupación había comprado un espacio.
Empecé por tanto como un periodista aficionado, saliendo y haciendo fotos de cosas que creía se podían mejorar. Al final acabé afiliándome en 2009 y por una carambola fui candidato en 2011.
Por lo que me dices no tenías una clara connotación política hacia ningún lado, sino que lo que querías es que te hicieran caso.
Sí, fue todo por intentar cambiar los problemas del pueblo donde vivía y los que teníamos en la Asociación de Padres de Alumnos. Además mis hijas estudiaban en un colegio católico y el equipo de gobierno que había entonces no era muy proclive a apoyar a este centro, lo cual suponía todavía un mayor desafío para mí. Aquí todos somos iguales. Ya sea un colegio público o católico todos somos vecinos de Alfafar y tenemos los mismos derechos. Esto a mí me motivaba aún más para reivindicar.
Veías con los boletines publicados por el Ayuntamiento que se utilizaba el dinero público para algunas cosas que no eran de provecho para la población. Porque en tiempos en los que estábamos en plena crisis, hacer un gran concierto al tiempo que tienes parte de una avenida principal sin accesibilidad para las personas que lo necesitan… eran cosas que me parecían fuera del sentido común.
Por supuesto se puede hacer cultura y conciertos pero sin olvidarse de las personas que necesitan pasar la pasarela del tren, ir a comprar con el carrito, caminar por un sitio agarrándose a un bordillo, cruzar una vía con pintura y señales de seguridad… En definitiva, hacer una ciudad más amable.
«Opté por la formación profesional ya que me daba la opción de estudiar una profesión y al mismo tiempo trabajar y por tanto colaborar en casa»
Regresando un poco al pasado como estudiante te has calificado de inquieto, en cambio a mí me pareces una persona calmada.
A veces pienso que yo inventé la formación profesional dual (risas). Vengo de abajo, de una familia muy humilde de agricultores y con muchas dificultades para llegar a fin de mes. Por eso yo opté por la formación profesional ya que me daba la opción de estudiar una profesión y al mismo tiempo trabajar y por tanto colaborar en casa.
La cosa fue bien pues por la mañana trabajaba, por la tarde estudiaba y el fin de semana colaboraba en el bar de mi tío. Y cuando llegaba la campaña de cítricos pues colaborábamos todos. Teníamos que sacar la casa adelante.
Al final hice tres formaciones profesionales y lo último fue un grado superior de marketing, el cual estudié ya con 32 años, siendo padre. Además hice un máster en la Complutense en Dirección de Marketing y Comercio más otro en el IESE sobre Liderazgo. Luego comencé Ciencias Políticas, pero ahí fue cuando ya me llegó la política. Por tanto esta carrera la he vivido sin estudiarla (risas).
¿Cuáles fueron tus cursos de Formación Profesional y cuáles eran tus inquietudes en ese momento?
Un tío mío tenía un concesionario Renault y mi intención era trabajar en lo mismo. De hecho durante más de diez años estuve trabajando en un concesionario, he llegado a ser jefe de taller y de servicio. Luego entré en una empresa química llamada Dupont que se dedicaba a vender software de gestión, recambios y productos químicos para la reparación de vehículos.
Yo ya tenía el título de tasación de vehículos desde las formaciones y además hice las FPs en carrocería, automoción y marketing. Así que me he criado en un concesionario de automóviles toda la vida.
«Con 16 años llevaba ya dos ‘tresmiles’ y antes de los 50 años quiero hacer otros dos más, entre ellos el Aneto»
Creo que también te gusta caminar y el senderismo. ¿Lo sigues practicando?
Sí, me gusta el Pirineo y la Sierra de Espadán. Desde pequeñito tuve la suerte de que mis padres me mandaban a campamentos de juniors o de boy scouts por los Pirineos, y desde entonces es mi lugar para escaparme y perderme por las montañas. Siempre que puedo me voy de vacaciones o escapada para allá.
Con 16 años llevaba ya dos ‘tresmiles’ y antes de los 50 años quiero hacer otros dos ‘tresmiles’ entre ellos el Aneto. Es una espinita que llevo dentro porque de adolescente estuve a punto de subir a este pico, pero ese año había sequía y muchas grietas por lo que los guías nos desaconsejaron el ascenso.
También te gusta el motociclismo, pero no sé si solo verlo o practicar.
Claro, es que vengo de la automoción y el mundo de la mecánica. Ten en cuenta que estuve trabajando en el circuito de Cheste durante dos años como juez de pista. Así que siempre que puedo y con mi compañero de la oposición visito la Cuna de Campeones, que patrocina la Diputación de Valencia y la Generalitat, y a las futuras estrellas. Me gusta perderme alguna mañana en el circuito y dejar un poco aparte el municipalismo.
¿Te has dado algunas vueltas por el circuito?
No he llegado, y a medida de que me hago mayor voy teniendo más miedo (risas). Pero disfruto siguiendo los tiempos, escuchando los motores, viendo las apuradas de frenada… soy bastante friki en ese aspecto. Tengo muchísima afición. Y para mí es un orgullo que Jorge Martínez ‘Aspar’ tenga su escuela de mecánicos de competición en Alfafar. Es un honor grandísimo.
«Me gusta el motociclismo y estuve trabajando en el circuito de Cheste durante dos años como juez de pista»
Normalmente en política suelen entrar muchas personas relacionadas con la abogacía por su vinculación con la legislación. ¿Qué ventaja tiene, como en tu caso, saber de Marketing?
Toda. Creo que es más ventajoso trabajar en un ayuntamiento con conocimiento de marketing que de derecho. Yo he escuchado a alcaldes, y en la familia tengo alguno, que decían que el concejal de Sanidad debe ser un médico y el de Urbanismo un arquitecto. Esto es un error, porque tienen la visión técnica pero no la de la ciudadanía.
El marketing te ayuda a estructurar todos los proyectos y también a trabajar con la demoscopia. Es investigar el mercado, y aquí es preguntar a los ciudadanos para medir las acciones que has hecho y cómo funcionan los servicios. En realidad, un presupuesto de un ayuntamiento es un plan de marketing donde tienes que analizar las debilidades, las fortalezas, las oportunidades, las amenazas… y luego tienes que hacer el análisis CAME para mejorar.
Lo mismo que cuando diriges una empresa, pero sin olvidar que aquí tienes a 22.000 accionistas a los que hay que rendir cuentas. Por eso creo que deberíamos tener bastantes conocimientos de planificación, estructuración, ADE y marketing para dirigir un ayuntamiento.
Te afiliaste al PP y sin haber sido concejal directamente llegaste a alcalde. ¿Cómo fue aquel proceso de ganar a un PSOE que llevaba gobernando desde 1979?
Como te he comentado antes yo en aquel momento estaba estudiando un máster de Marketing y me cayó la responsabilidad de dirigir una campaña electoral. Así que pensé que ya que lo estaba estudiando… pues qué mejor oportunidad para aplicarlo a la práctica.
Es cierto que tuve un gran apoyo. Por un lado María José Catalá, quien había sido alcaldesa de Torrent muy joven y solo cuatro años antes. Pasamos mucho tiempo juntos e intentó transmitirme cómo lo había conseguido. Aprendí mucho de ella.
Por otro lado Juan Cotino aportó mucha experiencia. Y también me apoyaron mucho mis compañeros de comarca. Y además yo tenía un tío que durante 16 años fue alcalde de Nules. Me crié un poco a su sombra e intenté copiar ciertas formas de su saber hacer.
Al final desde cuatro meses antes me puse a hacer puerta a puerta y cafés con asociaciones para presentarme primero como persona, dándoles mi correo electrónico y mi tarjeta.
¿Y qué ofrecías en ese puerta a puerta?
Lo que tratábamos de ofrecer a Alfafar desde nuestro equipo eran los valores de la honradez, el sentido común y la austeridad. De nuestro análisis previo dedujimos que lo que necesitaban los vecinos no eran grandes obras, ni grandes monolitos, ni grandes fiestas sino cubrir necesidades básicas. Sin embargo yo veía que el ayuntamiento era una fortaleza de puertas cerradas, así que nosotros ofrecimos lo contrario que además era lo que pedían los ciudadanos.
A base de presentarnos, hacer calle, llamar puertas y sentarme con familias en el comedor de su casa a contarles que ofrecíamos… pues tuvimos la sorpresa. Porque sabíamos que podíamos mejorar, pero no tanto como luego mostraron los resultados electorales. Creo que fue fruto de un buen trabajo.
«Para mí es un orgullo que Jorge Martínez ‘Aspar’ tenga su escuela de mecánicos de competición en Alfafar»
Tú llevabas la dirección de la campaña y también el primer puesto de la lista.
Es que fue una campaña de andar por casa. Efectivamente yo tenía la dirección y la candidatura, ambas cosas. Me di de baja voluntaria en la empresa donde estaba y aposté por dedicarme cuatro meses a conocer toda la sociedad de Alfafar, todos los barrios, personas y asociaciones. Me dediqué exclusivamente mañana y tarde a hacer campaña electoral.
Desde aquel entonces ya han pasado tres mayorías absolutas, que se dice pronto. Este mes cumples once años en la alcaldía. ¿Cuál es la clave del éxito de la longevidad? Porque hoy en día, y más con tanto partido, es muy difícil obtener mayorías absolutas.
El servir a los demás y saber qué es lo que necesitan. Creo que nosotros nunca nos hemos olvidado de las personas. Tenemos clara la radiografía de la población y sabemos qué necesita cada barrio, es decir las necesidades reales de la población.
Prueba de ello es que ni en 2015 ni en 2019 tuvimos programa electoral. Nos presentamos simplemente nosotros, diciendo que primero eran las personas de Alfafar y luego la política.
Luego hay que cumplir, de lo contrario no vuelves a tener mayoría absoluta.
Ese es nuestro mayor examen. Es cuando la ciudadanía nos dicen si lo hemos hecho o no. Así que cuando llegó 2015 y fuimos el único ayuntamiento con más de 20.000 habitantes que gobierna el PP en la provincia, pues está claro que al apostar por la política social hemos apostado justo por lo que necesita la gente.
Acertamos en las decisiones que hemos tomado porque supimos interpretar lo que nos había dicho la ciudadanía. Hay diferentes herramientas para medir dentro de la demoscopia como recibiendo sugerencias, siguiendo las redes sociales, viendo los números de registros, haciendo encuestas, organizando los focus groups… pero una de las más importantes es estar tú en primera persona en la calle viendo lo que necesitan.
Tu misión es gestionar a las 200 personas que trabajan en el Ayuntamiento para dar lo que te piden 22.000 personas. Eso es aprobar el examen.
«La aplicación del marketing en política es preguntar a los ciudadanos para medir las acciones que has hecho y cómo funcionan los servicios»
Efectivamente en 2015 pasaste a ser el alcalde del PP más importante de la provincia. No es fácil conseguir ese resultado cuando unas siglas están en un momento envenenado.
Lo que asusta es que en 2019 volvimos a ser el único. Por eso creo que el presidente provincial ha tomado una buena decisión, que es comenzar pronto con los equipos locales y que salgan a la calle.
Has tenido el cargo de portavoz en la Diputación. ¿Qué pasó para que lo dejaras?
Simplemente lo decidí así. Influyeron varios factores como la salud o la edad, que vas cogiendo perspectiva. También es cierto que desde Madrid no ponían las cosas fáciles, y a los hechos me remito. Pero lo que más pesó es que durante dos legislaturas aumentas votos y concejales y cuando tienes proyectos encima de la mesa de más de 60 millones como dos residencias, un auditorio o un ecobarrio… pues tienes que tomar una decisión.
No puede ser que Alfafar pase en la siguiente legislatura de 22.000 a 30.000 habitantes, que sea un referente en la comarca… y al mismo tiempo yo estar de portavoz en la Diputación. O lideras una cosa o la otra.
Esta legislatura ha traído además algo inesperado como una pandemia…
Creo es la mayor prueba que hemos tenido de municipalismo. Porque tú puedes tener crisis y problemas que solucionar, pero la pandemia fue estar en la puerta del ayuntamiento sin que pasara nadie por la calle y transformar el salón de plenos en un almacén paletizado de alimentos.
Recuerdo estar con el comisario y el teniente mirándonos a la cara los tres y diciéndonos… ¿y ahora qué hacemos? A partir de ahí nos pusimos localizar a las personas que no tenían mascarillas o las que no tenían alimentos porque trabajaban en B. Queda mal decirlo, pero la pandemia me enchufó mucho más la vena municipalista. Entendí que me habían votado para ese momento.
Además, al no haber una lógica organizada, a los ayuntamientos les tocó encargarse de cosas que no eran su competencia, además de adelantar mucha parte económica.
Efectivamente. Y cuando acabó la pandemia lo primero fue enviar una carta a los vecinos para decirles que teníamos dos proyectos como son el auditorio y la pasarela al parque natural de La Albufera que habían dejado de ser prioritarios en esta legislatura, porque el coste de la covid-19 ha sido de 1,5 millones de euros. Por lo tanto, si en 2023 los ciudadanos deciden confiar en nosotros los abordaremos, pero lo primero ha sido el plan de ayudas.
«Me acerqué al PP porque el equipo de gobierno de entonces no me hacía caso sobre los desperfectos que encontraba»
Esto nos lleva a la defensa del municipalismo y lo más cercano, algo que has dicho muchas veces. ¿Crees que las macro instituciones entienden y apoyan suficientemente esa necesidad a cubrir?
Parece que la política esté partida en dos. Por un lado las Cortes Valencianas, Congreso y Senado; y por el otro lado el municipalismo. Creo que para llegar a ser diputado autonómico, nacional o senador se debería pasar antes por la empresa privada o el municipalismo.
Porque ahora hemos muerto de éxito. Tenemos los ayuntamientos colapsados con la nueva ley de contratos. Debido a la subida de materias primas, muchos tienen las obras paralizadas y hay empresas que se van porque no quieren seguir los trabajos.
Esto lleva a colegios y centros de salud sin acabar o sin ampliar. Y todo esto es porque la ley es muy poco flexible. Le da tanto la razón a la empresa y tan poco al ayuntamiento que estamos atados de pies y manos.
¿Se podrá solucionar en un periodo breve?
Lo que está claro es que no pueden estar 17 millones de euros, los cuales necesitamos para una residencia y un centro de día de salud mental que hace muchísima falta, deambulando entre Europa, la Conselleria, el Congreso… Tiene que ser todo mucho más vertical.
Para eso se les ha dado un poder tan grande a los interventores y a los secretarios, para que fiscalicen lo que tienen que fiscalizar.
¿En qué consiste este plan estratégico Alfafar 2030?
Pues más o menos está desgranado en doce puntos. Entre ellos el anteproyecto elaborado y las expropiaciones ejecutadas para la residencia. Para ello ya tenemos los Next Generation ingresados y nos falta adjudicar la obra. Ya ha salido a concurso público.
También está la infraestructura social: centro de día y residencia de salud mental, un punto de encuentro familiar, aulas de formación y oficinas en colaboración con Cruz Roja para el tercer sector, un edificio polivalente que tenga un auditorio y un almacén municipales, una escuela taller y espacio multifuncional para asociaciones, una escuela de idiomas, una escuela de adultos…
Entre otros también entra la ampliación de todo el equipamiento deportivo con el campo de fútbol, skatepark, parkour, etc. e Igualmente una zona verde dentro de un ecobarrio que tendremos que urbanizar y supondrá 1.300 viviendas más para Alfafar. Esto es una iniciativa privada, pero también entra lo público en un parte por las zonas verdes que son 50.000-60.000 m2.
«Al apostar por la política social hemos apostado justo por lo que necesita la gente»
¿Esto entra dentro en las posibilidades económicas? ¿No son solamente deseos?
Sí, es todo viable. No se trata de un programa electoral que nunca se cumple. De hecho el estudio está hecho por parte de la intervención del Ayuntamiento. Y además hay una herramienta de medición. Consiste en una web que mide el nivel de ejecución de todas las acciones a las que nos vamos comprometiendo en este plan estratégico y que se tiene que actualizar cada seis meses.
Para la oposición es un arma, pues pueden fiscalizar y criticar si ven que no avanza el plan. Yo mismo les animo a hacerlo, me parece muy bien que nos metan caña si no cumplimos. Para esto está esta herramienta, para ellos y para la población. También me sirve a mí para comprobar si mis concejales están adelantando el trabajo en sus respectivas áreas o no.
Creo que está bastante claro que vas a ser el candidato a las próximas municipales.
El otro día tanto Carlos Mazón como Vicente Mompó comentaron que existe una regla no escrita de que los alcaldes que son ahora pueden empezar a hacer campaña porque van a repetir. No especificaron, pero yo entendí que esto iba por mí. Así que cuando pase el verano la activaremos.
Aunque yo creo que en campaña se está siempre, porque es trabajar por los demás, hacer cosas que ilusionen y mejoren la calidad de vida. Volvemos al tema del marketing, es la lluvia fina. No puedes acordarte de salir a la calle los quince días antes de las elecciones, tienes que estar siempre.