No solo de Moros y Cristianos vive Alcoy. Las Fallas también gozan de cierto protagonismo en una ciudad donde los festejos se viven de una forma particular. El Partidor es el único barrio de todo Alcoy donde se sigue realizando la cremà con ocasión del día de San José.
La tradición en esta barriada nació durante la década de los 70 del siglo pasado, recuperando así un festejo que se instauró en nuestra ciudad en el año 1933 (en tiempos de la II República) y que se perdió apenas tres años más tarde.
Las Fallas se celebraron en Alcoy de manera oficial entre 1933 y 1935
Manteniendo viva la llama
Para mantener vivo el espíritu fallero, el Partidor volvió a celebrar sus fiestas populares el pasado 19 de marzo, cumpliendo así el 22º aniversario de la constitución de su asociación vecinal. A pesar de esta buena noticia, y debido a las restricciones que aún arrastrábamos hace unos meses, la cremà del ninot se ha trasladado a este mes de junio con ocasión de las fiestas del solsticio de verano.
Será concretamente el 23 de junio cuando se queme el ‘ninot’, coincidiendo con la noche de San Juan. La ausencia de Fallas el pasado marzo no fue óbice para que se organizara una completa programación de actos, que incluyó una comida popular, talleres para los más pequeños, un homenaje a la gente mayor del barrio, así como un pequeño concierto.
Próxima vuelta a la normalidad
El presidente de la asociación vecinal de El Partidor, Pep Hernández, espera poder recuperar las Fallas de cara al año que viene, “cuando las condiciones sean más propicias”. Por otra parte, Pep también es el autor del cartel de fiestas de este año, que fue pensado inicialmente para ser exhibido en 2020 y que la pandemia obligó a guardar en un cajón.
En el diseño se aprecia la fachada de un edificio con evidentes desperfectos estructurales. Se trata de una velada crítica al estado en el que se encuentra el barrio.
Los vecinos del Partidor han trasladado la cremá a este mes de junio, con ocasión del día de San Juan
El origen de una tradición
Las Fallas llegaron a la ciudad de los puentes gracias a Juan Arques Blanes, un dibujante y pintor local que había trabajado unos años en la capital del Turia para diferentes artistas falleros. Al poco tiempo se constituyeron comisiones falleras en diferentes barrios de la ciudad.
Cabe recordar que con la instauración de la II República, el gobierno quiso reducir la presencia de la religión católica en la vida civil. En lo que respecta a las fiestas populares, se optó por dotar de un carácter laico a las celebraciones, lo cual implicó la eliminación de componentes religiosos.
Estas restricciones afectaron a los Moros y Cristianos, cuyo componente católico no era bien visto por los dirigentes republicanos. Así pues, se impulsó una celebración que sustituyera a la fiesta más característica de los alcoyanos.
Unas fiestas laicas
El artículo ‘Una fiesta que surgió en la II República’, publicado en 2007 en el periódico Ciudad de Alcoy, se hacían eco de un escrito de 1968 del catedrático en historia del arte Adrián Espí, en el que explicaba que las fallas eran “unas fiestas puramente laicas, indiferentes, pensadas en exclusiva para solaz esparcimiento de la población, el gran contingente trabajador de una ciudad eminentemente fabril”.
Tal y como recoge el artículo, el primer año fueron seis los monumentos que se plantaron en nuestra ciudad, por sus seis comisiones falleras: Plaza de la República, Calle Pi i Margall (Sant Miquel), Les Eres, Av. de Canalejas, Plaza María Guerrero y barrio del Tossal.
En aquel primer año (1933) se promovieron algunas publicaciones falleras, como ‘El fallero’ o ‘El fallero alcoyá’. Por si ello fuera poco, Alcoy tuvo hasta su propia Fallera Mayor, Paquita Llorens Camallonga. En aquellos primeros y vistosos monumentos trabajaron artistas como Juan Arqués Blanes, Antonio Pérez Jordá, Arjona, Juan Amorós, Alfonso Gisbert, Juan Masiá o José Vos.
El pintor Juan Arques fue el responsable de importar la tradición fallera a Alcoy
Auge, caída y renacimiento
Para su segundo año las fiestas adquirieron un mayor empuje, tanto es así que se consolidaron gracias a sus catorce fallas plantadas en calles y plazas de la ciudad. Esa tendencia se frenó en 1935, último año en que se celebraron las fallas de manera ‘oficial’. Quince monumentos se plantaron aquel año.
Todo estaba preparado para que al año siguiente se repitiera la tradición. Sin embargo, el 18 de julio estalló la Guerra Civil, un hecho que marcó el fin de la tradición fallera en Alcoy, así como el retorno de los Moros y Cristianos.
La voluntad popular ha querido que las fallas perduraran en el tiempo. Como mencionábamos al inicio del artículo, los vecinos del Partidor adoptaron la costumbre a partir de los 70 de plantar ninots satíricos. Con el paso del tiempo, otros barrios alcoyanos como la Zona Nord también han ayudado a mantener la tradición fallera.