Entrevista > Roberto Reula Gómez / Escultor (Madrid, 13-junio-1970)
El escultor madrileño Roberto Reula lleva años instalado en Orihuela donde tiene su taller y donde, como él dice, suele jugar a Frankenstein entre sus obras a medias, pegando cuerpos a brazos y cabezas. Con él hablamos de su trayectoria y proyectos.
¿Cómo fueron tus inicios en el arte?
Ya desde pequeño modelaba personajes de anuncios y programas de televisión. Una profesora del instituto me sugirió que hiciese artes aplicadas y pocos años y varios oficios después, se me presentó una posibilidad para una exposición. Me gasté el poco dinero que tenía y salió bien.
De todas las disciplinas, ¿por qué crees que la escultura es tu favorita?
Afortunadamente entendí pronto que mi cerebro funciona en 3D, cuando tengo una idea la veo moverse en el espacio y veo todos sus planos y facetas.
Me resulta imposible sacrificar todos los planos que ofrece un objeto para centrarme en uno, como hace la pintura. Tengo un buen dibujo técnico pero una paleta con colores me colapsa y no se mezclar y sacar volúmenes. Pero sí he de decirte que poco a poco voy descubriendo la pintura a través de la escultura.
«Fue emocionante ver mi trabajo en manos de Santiago Segura, Javier Cámara o Eva Soriano»
¿Con qué materiales te gusta trabajar y por qué?
Soy de trabajar añadiendo, esto es, modelando. Me encanta la textura de la plastilina infantil para modelar mis ideas, además me une con el niño que sobrevive en mí. Y como materiales finales tiene todo mi respeto el bronce, con el que he realizado monumentos.
La resina también es un material económico que me permite crear grandes composiciones. Además, gracias a ella estoy descubriendo la pintura al tener que policromarla.
¿Consideras que tu estilo ha cambiado mucho desde tus inicios?
Sigo modelando en un formato pequeño pero, por otra parte, los temas antes eran más livianos y cómicos y, poco a poco, van virando hacia ese mundo interior y de introspección pero tratando de no perder el humor.
«Mi cerebro funciona en 3D, cuando tengo una idea la veo moverse en el espacio»
¿Cómo definirías tu estilo?
Siempre me ha gustado pensar que son como autorretratos futuros: gente sin complejos que con sus defectos contemplan con ironía un mundo ligeramente hostil.
Modelo gente que aparentemente no hace nada, solo mira. Y al mirar, el espectador pasa a ser el objeto analizado.
De todas tus obras, ¿tienes alguna favorita?
Todas en su momento lo son. Pero sí que recuerdo muy a menudo un busto por encargo que hice para una familia, era de un hijo que habían perdido en una circunstancia difícil. Hoy tienen ese busto en el salón y conviven con él.
Es de esos trabajos que nadie conoce y no sale en ningún medio, pero cargado de una gran carga emocional para ellos, y para mí.
Este último año has esculpido los primeros trofeos Berlanga que se han entregado a grandes humoristas españoles. ¿Cómo ha sido este trabajo a nivel personal?
Apenas hace unas semanas se han entregado y fue muy divertido, independientemente de los premiados, que no te puedo negar que ver mi trabajo en manos de Santiago Segura, Javier Cámara o Eva Soriano da un pellizquito en el estómago.
Para mí lo más emocionante ha sido que el propio José Luis Berlanga me dijese que quería que fuese yo quien diese forma al trofeo, de principio a fin.
«Modelo gente que aparentemente no hace nada, sólo observa»
Y en lo profesional, ¿te ha abierto puertas el que tu trabajo esté tan expuesto?
Sin duda, algún día te contaré cómo una foto con una política me sirvió como aval para una hipoteca…
En este caso aún no puedo saberlo, pero este tipo de trabajos siempre florecen en algo más. Estoy seguro que el espíritu de Berlanga, me traerá algo…
Actualmente, ¿en qué trabajas en tu taller?
Estoy preparando obras para varias galerías de Madrid y Girona, y para una colectiva en Bilbao. Trabajo a meses vista así que ando con el taller lleno de obras a medias, jugando a Frankenstein, pegando cuerpos a brazos y cabezas antes de hacer los moldes.
¿Realizas trabajos a particulares?
Sí, muchos, y me encanta trabajar para particulares. Me mete en nuevos jardines y siempre aprendo cosas diferentes.
Ceñirme a un espacio o una idea del cliente o la fobia a algún color, por ejemplo, es un reto que me encanta afrontar. Yo llevo mi línea de trabajo, pero una gran parte deriva en encargos específicos para colecciones privadas.
¿Podemos ver en la comarca alguna obra tuya?
He hecho trabajos como placas o galardones, y los trofeos para la Cámara de Comercio de Orihuela o la Asociación de la alcachofa de la Vega Baja.
Os invito a conocer mi taller cuando queráis en la calle Pintor Agrasot, 48 de Orihuela.