José Mercé / Cantaor de flamenco
Todo un gigante del flamenco está de regreso por nuestra tierra antes de Navidad. El mítico cantaor José Mercé (Jerez de la Frontera, Cádiz, 19-abril-1955) acaba de editar su nuevo disco ‘El Oripandó’ y estará el sábado 17 de diciembre en el Teatro Circo de Orihuela. Un lugar muy especial para él, dado que uno de los temas más emblemáticos de sus últimos años ha sido su adaptación musical de la ‘Elegía a Ramón Sijé’ escrita por Miguel Hernández.
Antes de que su arte vuelva a impregnar el epicentro cultural de la ciudad oriolana, el jerezano nos concede esta entrevista. Con su simpatía natural nos responde a todas las preguntas sin evasiones, e incluso soltando algún palo (y no de flamenco).
Comencemos por tus inicios. Vienes de una gran dinastía familiar flamenca… estaba claro que no te podías dedicar a otra cosa.
Sí, yo más que meterme en el flamenco… ya nací metido (risas). Vengo de una saga muy importante dentro de este mundo donde mi bisabuelo Paco la Luz fue el creador de las siguiriyas, y también está mi tío Manuel Soto ‘el Sordera’.
Al final toda mi familia canta y baila. Así que yo con trece años me salí del colegio y lo primero que hice fue irme a un tablao flamenco. Ahí empecé profesionalmente. Desde chiquitito he mamado todo esto.
«Chiquito de la Calzada ya se pasaba el día contando chistes antes de hacerse famoso en televisión»
Además siendo muy joven conociste a grandísimos del género. Caso de Paco de Lucía, Tomatito, Manolo Sanlúcar… ¿Quién dirías que te influyó más?
Tuve esa gran suerte de conocer a todos los grandes del flamenco. Siendo adolescente me vine a Madrid en los años 70 y en los tablaos flamencos de la capital estaban la crème de la crème, tanto en el baile como en la guitarra. Fui muy afortunado de vivir aquella época.
Influirme sobre todo me ha influido mi familia, pero luego he escuchado a mucha gente como el maestro Manolo Caracol, Antonio Mairena, Camarón de la Isla… Incluso también de épocas anteriores como Manuel Torre, Antonio Chacón o la Niña de los Peines. Tenemos una base y unas raíces impresionantes en el mundo del flamenco.
Mucha gente no sabe que incluso trabajaste con Chiquito de la Calzada en su época de cantante, antes de que se hiciera famoso contando chistes.
En efecto, en 1974 y 1975 estuve seis meses en un tablao de Tokio con Chiquito de la Calzada cuando yo no tenía ni veinte años. La verdad es que bueno… nos reíamos mucho y nos lo pasábamos muy bien.
Es que él era así al natural. Eso que luego vimos en televisión cuando se hizo famoso, en realidad ya lo hacía siempre normalmente. Se pasaba el día contando chistes. A veces le teníamos que decir: “Maestro, quiere irse a dormir ya y dejarnos tranquilos” (risas).
«En el flamenco ya está todo inventado, pero sí se pueden refrescar las canciones al siglo XXI»
Volvamos a tu música. Yo si tuviera que quedarme con un disco tuyo, recuerdo con mucho cariño ‘Mi única llave’.
Fue un trabajo que hice con el productor Javier Limón. Es un disco muy flamenco pero en el que hay de todo. Cuando hago conciertos íntimos, como el de Orihuela en este diciembre, me suelen pedir mucho cantar estas canciones. Y por supuesto yo lo haré, porque el público es el que manda.
Supongo que cantarás también tu célebre versión flamenca de la ‘Elegía a Ramón Sijé’, escrita por Miguel Hernández.
Por supuesto. Todo el mundo sabe que Miguel Hernández es mi poeta favorito, porque es el que alcanza mayor profundidad de todos los que he leído. Me encanta esa forma de escribir con tanta verdad, ya que al fin de cuentas lo que relata es su vida. No se inventa nada ni se pone a divagar sobre pajaritos o flores (risas).
De hecho te contaré que en la época de cuando en España aún no se podía leer a Miguel Hernández, ya me compré una edición de sus obras completas en Argentina.
¿Cómo es tu relación con la provincia de Alicante?
La verdad es que maravillosa. Es una zona que me encanta y donde he cantado muchas veces. Recuerdo una noche precisamente en Orihuela que fue mágica, de esas que aparecen los duendes. Incluso yo creí ver al propio Miguel Hernández en el teatro. Fue algo muy especial.
«Miguel Hernández es mi poeta favorito por esa forma tan profunda de escribir que tenía»
Con este nuevo trabajo ‘El Oripandó’ ya llevas quince discos grabados en más de cuatro décadas dedicadas al flamenco. Sin contar los recopilatorios. ¿Cómo dirías que ha evolucionado tu música a lo largo de todos estos años?
Yo creo que he tratado de llevar una línea y no quedarme nunca estancado. Siempre he querido hacer un flamenco abierto y cada día que pasa hacerlo más fresco. No invento nada porque en este género está ya todo inventado, pero sí intento refrescar los temas y las letras. Para que en el siglo XXI la gente joven entienda lo que cantamos.
En otras entrevistas te he escuchado insistir sobre la importancia de llegar al público joven.
Ya en los años 90 hice algunos discos como ‘Del amanecer’, con el maestro Vicente Amigo, o ‘Aire’, con el maestro Isidro Sanlúcar y la guitarra de Moraito Chico, en este sentido. La verdad es que eso fue un antes y un después en mi carrera. A partir de ahí empezamos a hacer un flamenco más abierto y para gente más joven.
De hecho ‘Aire’ sigue siendo el disco del género que más se ha vendido en la historia. Fue doble de platino, algo que no había ocurrido nunca. Así que puedo sentirme orgulloso de que he metido mucha gente joven en el canasto del flamenco. Esto es muy importante ya que los jóvenes son quienes deben seguir nuestros pasos.
¿En qué momento ves al flamenco actual?
El flamenco es eterno, no es fruto de una moda. Unas veces estaremos más arriba y otras más abajo… pero esto no es una nube de verano. Yo creo que es una de las músicas más importantes a nivel mundial.
Hoy en día el nivel es bueno, pero como siempre el flamenco está muy mal llevado por gente que no le da la importancia que tiene. Curiosamente fuera de nuestro país se nos respeta mucho más. Es triste, pero es así. Aquí le damos más bola al pop, aunque no sea español, en vez de a nuestra propia música. El flamenco es nuestra marca España, pero no está en el sitio que merece.
¿Y por qué crees que ocurre esto?
No lo sé. Mi sensación es que a veces la gente que está metida dentro de esta industria equivocan a todo el mundo hablando de ‘flamenquito’, una palabra que no voy a entender nunca. ¿Qué significa eso?
Yo creo que el flamenco es una música grande y viva a la que hay que llamar por su nombre. A ver si la gente de la industria se entera de una vez.
«En España le damos más importancia al pop que al flamenco aunque no sea nuestra música»
Se comenta que se está preparando un nuevo homenaje a Moraíto Chico.
Yo supongo que se hará. Ya en su día le hicimos uno en Jerez, y creo que es merecedor de tener ahora otro homenaje muy grande. Él ha sido mi guitarrista, y seguirá siéndolo siempre. Creo que nunca volverá a nacer uno que sepa acompañar el cante como él.
Imagino que su pérdida fue el momento más duro de tu carrera como artista.
Fue muy duro, porque como siempre digo me quedé sin guitarrista. Por supuesto siento un gran respeto por todos los guitarristas, pero Moraito Chico era algo muy especial. Esa guitarra jerezana, ese torniquete, esa forma de degustar el cante…
En realidad a él le gustaba más el cante que la propia guitarra, y eso es muy importante. El guitarrista que toca para cantar tiene que saber más de cante que el propio cantaor. Con eso te lo digo todo (risas).
Después de tantos discos y años metido en este mundillo… ¿qué te queda ya por hacer?
Pues afortunadamente muchísimo. Ahora estamos con esta gira de ‘El Oripandó’ que es algo muy vanguardista. Con eso hemos tenido grandes conciertos durante todo el verano, y seguiremos.
¿Algún chaval que esté empezando en esto del flamenco y que te guste especialmente?
Hay muchos chavales muy buenos que están cantando muy bien. Se me ocurre por ejemplo Jesús Méndez, Rancapino Chico, Pedro el Granaíno… No me gusta mucho decir nombres porque luego me reclaman si se me olvida mencionar a alguien. El caso es que hay una baraja muy buena de jóvenes ahora mismo.