El equipo de Bioquímica Aplicada de la Universidad de Alicante (UA), dirigido por la catedrática villenense de Biología, Rosa María Martínez, ha dado un esperanzador paso adelante en el tratamiento natural frente al cáncer. Su proyecto de investigación aplicada ha descubierto unos microorganismos en las salinas de nuestra provincia capaces de producir un pigmento con una capacidad antioxidante 300 veces superior a la del resto de pigmentos caracterizados.
Este hallazgo ha abierto numerosas puertas a la investigación en biomedicina, ya que los resultados obtenidos sobre diferentes tumores de mama han arrojado resultados positivos. Ese pigmento rosado, tan característico en salinas como la de Santa Pola, ha demostrado su capacidad anticancerígena, eliminando o retrasando el crecimiento de diferentes tumores de mama, a partir de ensayos ‘in vitro’.
Unos aliados primitivos
Los responsables de este maremágnum entre la comunidad científica son microorganismos muy primitivos conocidos como haloarqueas, los cuales, junto a microalgas y bacterias, forman parte de las salinas. Comunidades microbianas halladas en las balsas de las salinas y saleros de nuestra provincia que se caracterizan por las altas concentraciones de sal que necesitan para vivir.
Las duras condiciones de vida presentes en estos entornos salinos, donde existe alta radiación solar, episodios importantes de viento, una baja disponibilidad de oxígeno y pocos nutrientes, fueron el origen de la investigación. Se trata, por tanto, de seres vivos con condiciones de vida únicas, cuyo proceso de evolución los ha llevado a desarrollar interesantes mutaciones moleculares.
Las difíciles condiciones de vida de las haloarqueas de las salinas las hacen microorganismos únicos para la ciencia
Adaptaciones moleculares
El objetivo del grupo de investigación era entender cómo vivían las haloarqueas y qué les permitía adaptarse a esa alta concentración de sal. De esta forma han descubierto que estos microorganismos tienen muchas adaptaciones moleculares, cuyas reacciones químicas les permiten desarrollar la vida en tan duras condiciones.
“Lo más interesante de todo esto es que buena parte de esas adaptaciones moleculares tienen un alto interés para el desarrollo de diferentes procesos industriales”, señala la investigadora villenense. Algunos de los compuestos que fabrican estas arqueas halofílicas, resultan de un relevante interés en el ámbito químico para la formulación de nuevos fármacos.
Siguen tres líneas de investigación, como la descontaminación de aguas, la producción de bioplásticos y las aplicaciones biomédicas
Gran potencial científico
Hace tiempo que el equipo de Bioquímica Aplicada de la UA descubrió ese potencial microbiano, por lo que en sus laboratorios controlan el crecimiento de estos microorganismos a través de proyectos aplicados. Sobre ellos emplean determinadas condiciones de vida con el fin de que fabriquen diferentes moléculas, que más tarde son testadas en proyectos de biotecnología o desarrollo industrial.
Estos seres tan versátiles están demostrando, además, grandes resultados en la biorremediación de aguas residuales. Verdaderas factorías celulares utilizadas en pro de la ciencia que, siguiendo ciertas condiciones, son capaces de eliminar contaminantes de aguas residuales salinas como los nitratos, causantes, por ejemplo, del gran problema ecológico sufrido en el Mar Menor.
Los pigmentos que producen tienen una capacidad antioxidante 300 veces superior al resto y funcionan contra el cáncer
Creación de biopolímeros
La difusión científica de estos hallazgos ha descubierto ante la población a unos microorganismos de enorme adaptabilidad capaces de producir bioplásticos, los cuales pueden sustituir a los plásticos de origen fósil procedentes del petróleo. “En determinadas circunstancias, son capaces de fabricar unos polímeros plásticos que son como sus grasas”, ha destacado Martínez.
Desde el laboratorio de la Universidad de Alicante se han optimizado los condicionantes que provocan una mayor cantidad de estos bioplásticos, puesto que abren nuevas vías de consumo sostenible entre la población. Las características de estos materiales les hacen capaces de sustituir a los plásticos derivados del petróleo, los cuales son contaminantes y no reciclables.
Cura contra el cáncer
La noticia más esperanzadora de esta investigación se centra en el gran potencial de los pigmentos producidos por las haloarqueas para usos en biomedicina. El pigmento producido, que proporciona el color rojizo a las salinas, se conoce como Bacteriorruberina y tiene una capacidad antioxidante 300 veces superior a la de cualquier otro pigmento caracterizado. Un aliado médico que ya ha mostrado capacidad antitumoral frente a diferentes cánceres de mama.
El importante hallazgo del equipo dirigido por la catedrática villenense abre un interesante abanico de posibilidades en el diseño de nuevas estrategias para el tratamiento de tumores. Junto a investigadores del Hospital General Universitario de Alicante, ya se trabaja en las siguientes fases de experimentación en lo que es el primer paso para la ciencia española en el uso de compuestos naturales en la lucha frente al cáncer.