Pep Sellés es uno de los mejores actores de nuestro municipio, apareciendo en un sinfín de obras de teatro -donde se identifica más- y en conocidas series de televisión como ‘L’Alqueria Blanca’ o ‘Desenterrats’, siempre en un papel sombrío, “haciendo de malo”.
Sin embargo, lamenta la situación en la que viven muchos actores de nuestra tierra, con serias dificultades para trabajar en valenciano. “No nos preocupamos por el ‘star system’, por los actores de aquí”, remarca.
En 2022 recibió el premio Berlanga al mejor protagonista por parte de la Academia Valenciana del Audiovisual, “reconocimiento que alimenta el ego, pero no me dio más trabajo”, señala con una media sonrisa.
¿El Pep de pequeño era ya un amante de la actuación?
Aunque suene a tópico, cuando estudiaba en los Salesianos todas las Navidades hacíamos la representación teatral del Belén. Sabíamos que por esas fechas teníamos un mes de jaleo y diversión, y eso me encantaba, porque cuando ibas creciendo te daban papeles más relevantes de la obra.
Me picó el gusanillo de la interpretación, como ya le había pasado anteriormente a otros grandes actores como Joan Gadea o Pep Cortés.
«El teatro nos engancha tanto porque durante la función eres Dios, el que lleva las riendas»
¿Seguidamente dónde te formas?
No soy actor de formación, mis estudios son artísticos. Estudié en la Escuela de Arte de Alcoy, con la idea siempre de ser actor.
Fui entonces a Barcelona, donde no me admitieron en las pruebas. Pero casualmente se cruzó en nuestras vidas Pep Cortés, en la mía y en la de otros jóvenes actores de mi generación, como Xavi Castillo o Rosana Espinós.
Intentamos trabajar en esto desde aquí, formándonos en cursos y siendo dirigidos por Pep. Fundamos una compañía a partir de la cual comenzamos a crecer.
¿Te identificas más como actor de teatro o de cine y televisión?
Soy más de teatro. Lamentablemente ser actor de audiovisual ya no es una realidad en nuestra tierra, pues es muy esporádico, aunque he aparecido en las últimas temporadas de ‘L’Alqueria Blanca’, por ejemplo.
No hay un propósito de hacer audiovisual en valenciano y los actores locales lo tenemos difícil. El teatro es diferente, especialmente trabajas a partir de tu propia compañía y otras, como el Instituto Valenciano de Cultura.
¿Por qué os engancha tanto el teatro?
Durante una hora y media o dos eres Dios: no hay nadie que te diga “¡corten!”. Eres tú el que lleva las riendas de la función y haces transitar a los espectadores por donde tú quieres.
Les haces pasar por emociones, les cuentas historias y eres un poco el rey del mundo en ese instante. Es también un salto al vacío, porque sabes que una vez arrancas no puedes parar hasta el final. Debes igualmente estar mucho más concentrado y es muy adrenalínico.
«Ser actor de audiovisual ya no es una realidad en nuestra tierra: es muy esporádico»
También por la conexión con el público.
Por supuesto, se produce una conexión que no existe en el audiovisual, donde tienes que conectar con la cámara, algo sumamente más impersonal.
Eres un actor muy camaleónico.
Cambio mucho según lleve barba o bigote. En audiovisual, como tengo una cara un poco más dura, me suelen hacer de malo, mientras que en teatro me gusta hacer comedia. Me agrada tener estas dos vertientes.
Cuanto más cambias y más te alejas de ti, mejor.
¿Es una ventaja poder trabajar en dos idiomas?
Puede ser, pero en valenciano no hay excesivo trabajo. En teatro hay algo más. No obstante los valencianos nos automaltratamos, en todos los sentidos, como pueblo, como público…
¿Guardas un especial cariño a alguna de tus obras?
Disfruté mucho hace un par de años haciendo, en el Teatro Principal de València, una función llamada ‘Poder i Santedat’, del Instituto Valenciano de Cultura.
A nivel de televisión, ‘Desenterrats’, que fue todo un reto: era uno de los protagonistas, aparecía en los diez capítulos de la serie y el personaje evolucionaba. Además, tengo una relación muy cercana con sus creadores, Xavi y Arnau Cortés y Carola Miralles.
«Acabamos de estrenar con éxito, en València y Alcoy, la obra de teatro ‘Consciència’»
¿Qué representó recibir el premio Berlanga 2022?
Un reconocimiento, pero no se tradujo inmediatamente en trabajo, como sucede en otros ámbitos. En Madrid supongo que te dan un Goya y representa algo. En València lamentablemente no, debido a que no hay ningún tipo de infraestructura cultural y nadie se preocupa por los actores de aquí.
¿En qué estás trabajando ahora?
Hemos estrenado recientemente en València y Alcoy una obra que se llama ‘Consciència’, un texto de Gemma Miralles y que interpreto junto a mi compañía de teatro alcoyana.
Después haré ‘La dona més lletja del món’ y me centraré en el ‘Tirisiti’ de mi localidad.