Pako Gómez Mínguez / Ilustrador infantil y tatuador
Pako Gómez (Almoradí, 12-enero-1987) es un ilustrador y tatuador apasionado del dibujo en todas sus formas posibles. Ha convertido su pasión en su profesión y, a continuación, comparte con nosotros sus proyectos profesionales más destacados hasta la fecha.
¿Cuándo te diste cuenta de que convertirías el dibujo en tu profesión?
Recuerdo haber dibujado siempre, y es algo que nunca he dejado de hacer hasta hoy, aunque nunca creí poder llegar a vivir de ello. De hecho, mis primeros estudios nada tienen que ver con el dibujo, hice Bachiller de ciencias sociales, la carrera de Sociología y un máster en Economía.
Hasta que no me dediqué ya profesionalmente al dibujo, no se me había ocurrido estudiar el ciclo de Ilustración y tomar este rumbo, pensaba que vivir del dibujo era una utopía.
«Tuve la suerte de poder ilustrar a Miguel Hernández en mi primer proyecto profesional»
¿Cómo fueron tus comienzos en el ámbito profesional de la ilustración?
Para mí fueron los comienzos soñados, ya que tuve la suerte de poder ilustrar a Miguel Hernández en mi primer proyecto profesional de ilustración.
Elaboré una biografía ilustrada de Miguel Hernández como proyecto de estudios, un libro del que solo saqué un ejemplar, pero imágenes de ese trabajo llegaron a Jesucristo Riquelme, biógrafo del poeta que estaba buscando ilustradores para publicar los cuentos que el poeta escribió desde la cárcel a su hijo, y nos encargó a varios una prueba.
¿Qué técnicas sueles utilizar?
La que más uso con diferencia es a la vez la más básica, un lápiz 2b y un papel, pero me encanta trabajar con acuarela, los lápices de colores, bolis bic, rotuladores, acrílicos… y también uso mucho la técnica digital, que permite unas posibilidades de creación enormes.
Lo bueno de este trabajo es que las posibilidades de combinación de técnicas son prácticamente infinitas, y es preciosa la capacidad de transmitir según qué cosas escogiendo una u otra, o combinando varias de ellas.
¿Prefieres el dibujo manual o el digital?
Sin duda el dibujo manual, no hay cosa que más me guste que coger una libreta, un lápiz, una goma y dibujar al aire libre.
Las técnicas manuales siempre han sido mis favoritas, ya que tienen ese componente romántico y esa capacidad de combinación y de improvisación sobre el soporte que no tienen las digitales, pero es cierto que las herramientas digitales dan una rapidez y una capacidad de corrección que es imprescindible para los tiempos que vivimos, donde los encargos de ilustración deben llevarse a cabo en tiempo récord.
¿Ha habido algún trabajo que consideres especialmente importante en tu trayectoria hasta ahora?
Sin menospreciar ninguno creo que el primero fue sin duda el que más ilusión me hizo, ilustrar una serie de cuentos que Miguel Hernández escribió en la cárcel para su hijo. Además, dos de ellos veían la luz por primera vez tanto tiempo después de haber sido escritos, y ser el primero que los ilustraba es algo que me hizo sentir especialmente orgulloso.
Siempre he admirado la figura y obra del poeta. Cuando llegaron los cuentos ya impresos y vi que mi nombre como ilustrador figuraba en la misma portada que el de Miguel Hernández, fue un momento tan mágico que jamás podré olvidar.
«Prefiero el dibujo manual, pero las herramientas digitales dan una rapidez y una capacidad de corrección inigualables»
Además de hacer trabajos como ilustrador, eres tatuador. ¿Por qué decidiste comenzar a tatuar?
Tanto la ilustración infantil como el tatuaje son dos cosas que siempre me han llamado la atención.
Suena un poco extraño, pero me encanta hacer dibujos tiernos y coloridos enfocados a niños a la vez que tatuajes completamente ‘macarras’. Es una dualidad un poco extraña, pero tatuaje e ilustración no dejan de ser dos formas de arte que siempre me han gustado.
¿Recuerdas el primer tatuaje que hiciste?
Imposible olvidarlo. Se lo hice en Torrevieja a mi buen amigo Fran, que fue el primer valiente que me dejó practicar en su piel, obviamente después de haber trabajado en pieles sintéticas.
Tatué su año de nacimiento y, a día de hoy, aunque no luce de la mejor manera posible, él está contento y no piensa taparlo, cosa que me alegra.
¿Qué tiene de diferente trabajar sobre papel a hacerlo sobre la piel? ¿Qué prefieres?
Desde luego que la principal y más importante diferencia es que sobre la piel no hay lugar para la improvisación ni para el error. Sobre el papel puedes borrar, y si no te gusta el dibujo que has hecho puedes hasta tirarlo a la basura, cosa que evidentemente no se puede hacer con un cliente que acude a tatuarse contigo. El tatuaje hay que tomarlo con mucha seriedad y profesionalidad.
Ambos mundos me apasionan, el tatuaje y la ilustración, no sabría cuál de ellos elegir. Espero seguir dedicándome a ambos muchos años más.
También haces talleres de ‘lettering’ por la comarca, ¿podemos verte dentro de poco por aquí?
Efectivamente, a los talleres puede inscribirse cualquier persona. Se trata de conocer una técnica tan bonita como es la de dibujar letras, y solemos trabajar con rotuladores tipo pincel, con los que puedes ir modulando el grosor del trazo según la presión que ejerzas.
Podéis seguirme en Instagram (pakogomezminguez) para estar al tanto de los próximos talleres.