Dar un volantazo y dar un giro de prácticamente 180 grados en el paradigma de la movilidad, tras más de un siglo en el que la evolución parecía pasar necesariamente por facilitar que las personas pudiéramos hacer uso del coche hasta para ir a la vuelta de la esquina, no está resultando una tarea sencilla.
Para empezar, no lo es porque hay muchísimos (y poderosos) intereses creados alrededor de una industria multimillonaria que se resiste, como es lógico, a que su cuenta de dividendos se vea mermada. No lo es, tampoco, porque la propia sociedad ha interiorizado de tal manera el uso del coche que plantear cualquier otra opción resulta, como mínimo, incómodo.
Todo ello, sin olvidar, que para que otras opciones sean competitivas en ese sentido, es imperativo que servicios básicos como el transporte público sean, sobre todo, eficientes en términos de inversión de tiempo para el usuario.
Cambios con grandes efectos
En grandes ciudades, donde las infraestructuras ya existen, esa hercúlea tarea puede acabar resultando, por contradictorio que parezca, más sencillo que en pequeños municipios en los que, si bien es cierto que los desplazamientos interiores son cortos y asumibles, la ausencia de conexiones con pueblos vecinos acaba convirtiendo cada viaje en una odisea.
A este respecto, un traspié, por pequeño que sea, puede acabar suponiendo un revés muy importante. Eso es, precisamente, lo que ha sucedido con la conexión en autobús entre Altea y l’Alfàs del Pi, que, tras haber visto cómo el número de usuarios subía lenta, pero imparablemente a lo largo de los últimos años, ha perdido de golpe buena parte de su atractivo por un, en apariencia, cambio menor en la circulación.
Desde la empresa se señala como responsable de la situación al Ayuntamiento de Altea
Podría empeorar en verano
Después de que la carretera que une la Villa Blanca, desde el Club Náutico, con l’Albir pasara a ser de un solo sentido, los viajes en autobús entre esos dos núcleos urbanos han duplicado su duración. Así, al menos, lo ha comunicado la empresa adjudicataria del servicio tras las quejas recibidas por parte de los viajeros, y la solicitud de información por parte del consistorio alfasino.
Y todo porque, actualmente, para viajar desde l’Albir hacia Altea los autobuses deben de circular por la carretera N-332, lo que, al mismo tiempo, ha afectado a los tiempos de paso. Una realidad que, alertan desde la empresa, podría empeorar todavía más en verano debido a la alta afluencia de tráfico que siempre sufre la nacional en los meses de mayor ocupación.
La concesionaria alerta de que la situación podría empeorar durante los meses de mayor ocupación veraniega
Aviso en tiempo y forma
Desde la empresa se señala como responsable de la situación al Ayuntamiento de Altea que, tras eliminar el semáforo temporal en el Club Náutico de la Villa Blanca, decidió convertir el vial en una zona de una sola dirección para poder dar mayor espacio y seguridad a los muchos peatones que pasean cada día por la zona.
Por ello, el alcalde alteano, Diego Zaragozí, ha explicado que, al contrario de lo que asegura la concesionaria, esta decisión no fue precipitada y que, en todo caso, se avisó a la empresa de autobuses “con antelación suficiente para que reubicara las paradas”.
En l’Alfàs del Pi se muestran preocupados por las muchas quejas recibidas por parte de los afectados
Desencuentro con la empresa
Es más, el primer edil de Altea ha afirmado que la decisión de la concesionaria de reubicar algunas de las paradas de la ruta no se comunicó oficialmente al consistorio de la Villa Blanca, sino que “hemos tenido conocimiento de manera extraoficial” de esa medida, “así como de la supresión de las paradas sitas en la avenida del puerto y carretera de l’Albir”.
Ante esta situación de desencuentro, “desde el equipo de gobierno se quiere dejar claro que la supresión de todas las paradas existentes hasta ahora en esa dirección, en la avenida del Puerto y carretera de l’Albir, junto con el cambio de ruta de los autobuses que han pasado a realizar ambos trayectos por la carretera N-332, ha sido una decisión única y exclusivamente de Avanza, y de la que el ayuntamiento ha tenido conocimiento de forma extraoficial”.
Empeoramiento del servicio
Por su parte, los responsables municipales de l’Alfàs del Pi no han querido abundar en los detalles sobre las comunicaciones entre la empresa concesionaria y los responsables locales de Altea, pero sí mostrar su preocupación por “el empeoramiento” que la actual realidad ha provocado en el servicio.
Todo ello, a través de un comunicado emitido después de que miembros del equipo de gobierno alfasino se reunieran con los responsables de la concesionaria, para abordar una problemática que, afirman, está provocando ya quejas de muchos residentes del núcleo urbano de l’Albir, y muy especialmente de miembros de la comunidad británica de la zona, que es una de las que más uso ha hecho históricamente del servicio de transporte público que une l’Alfàs del Pi con Altea.