Ser el hermano pequeño fue una enorme ventaja para el polifacético cantante Carles Chiner, pues pudo seguir los pasos artísticos de sus dos hermanas mayores, Marta (actriz) y Paloma (soprano). “Eran mis referentes”, señala sin dudar. En este sentido, aunque el dibujo o la pintura le fascinaban, fue la música la que le proporcionó ese grado de abstracción que “permitía que se vinculasen de una forma natural las emociones”.
Alma mater del grupo ‘Gener’, con el que realizó cuatro discos, desde su separación -a inicios de la pandemia- canta en solitario, presentando trabajos tan personales como ‘Amateur’, ‘Cos mortal’, ‘Salvatge’, componiendo o produciendo discos de nuevos artistas o bandas.
“Voy alternando mis funciones, porque me gusta estar sin parar de hacer cosas”, expone. De hecho, sobresale principalmente como guionista de la serie ‘L’Alqueria Blanca’ o por haber diseñado la sintonía de À Punt.
¿Cuándo te empezó a interesar la música?
Los aspectos creativos que me han agradado u obsesionado -música, escritura o teatro- proceden de mis dos hermanas. Recuerdo que Marta era muy teatrera, le encantaba, y mis primeras lecturas, por ejemplo, eran las suyas, especialmente las de Paloma, que estudió filología hispánica. Me refiero a Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y tantos otros.
¿Cómo evolucionaste?
Realmente comencé muy joven, primero apuntado a un coro, que me ayudó a escuchar ese tipo de voces: fue como un ‘training’ armónico. Después fui a música, pero no encajaba del todo en el sistema de enseñanza, que me aburría, y lo dejé.
Tiempo más tarde, Alejandro Díaz, amigo íntimo, me enseñó a tocar los primeros acordes de guitarra y con catorce años comencé a componer, descubriendo un mundo que me cautivó por completo porque era una vía de expresión directa desde el subconsciente.
«A los 14 años comencé a componer y descubrí un mundo que me cautivó por completo»
¿Cuál es tu estilo?
No tengo uno definido. Con ‘Gener’ hacíamos una mezcla de pop con otros estilos, como soul o música negra, pero soy muy ecléctico: bebí mucho del punk, como muchos chicos de los 90 o inicios de los 2000.
En la actualidad me gusta cualquier tipo de música: por supuesto, la clásica o la brasileña, e intento dar cabida a estas influencias dentro de mis canciones, aunque desde hace tres años no canto en un escenario.
¿Por qué?
Me sentí saturado y no he encontrado la ilusión que supone subirse a uno. Estos años me he dedicado más a hacer discos en solitario, componer mucha música para espacios escénicos y colaborar con otros artistas, como es el caso de Alex Blat.
Con él había tocado en muchas ocasiones y cuando compuso su disco -producido por mi amigo Guillermo Sanz- se unió todo para que colaborara en una canción. La grabamos en un día, de una forma muy informal y quedó realmente bien.
«Me encanta todo tipo de música e intento dar cabida a estas influencias en mis canciones»
¿Es difícil ser músico en este país?
Absolutamente, es difícil vivir de cualquier disciplina artística. Al menos en la Comunitat Valenciana, por la carencia de industria: si no hay un mainstream, no hay escenas underground. Pienso que nos debería hacer reflexionar, pero no aprendemos.
La cultura en España está muy centralizada y todo lo que llega procede de Madrid o Barcelona, que son los dos grandes núcleos. Se apreció incluso cuando se celebró en València la gala de los Goya, donde los actores locales pasaron desapercibidos.
Es, por lo tanto, muy complicado competir a nivel de producción, y también estamos demasiado pendientes qué deben hacer las instituciones por nosotros, sin conseguir tejer una red de interés privado, gente dispuesta a invertir.
¿Por eso también interpretas?
No. Mi acceso al teatro ha sido muy orgánico, al ser previamente guionista externo de la antigua Canal 9. Me junté entonces, también gracias a mi hermana, con gente del teatro y a la hora de hacer alguna obra o un corto he preferido contar con ellos.
De igual modo, en el momento que han precisado de música para diferentes trabajos, me han buscado. He hecho varias obras musicales, teatro independiente, consiguiendo entre otros logros ser finalista de los Premios Max por el espectáculo ‘Rebelió’ (2022).
«Estos años me he dedicado más a hacer discos en solitario, componer mucha música para espacios escénicos y colaborar con otros artistas»
También has dirigido una película.
Sí, una menor, ‘Cos mortal’ (2008) -igual que mi disco-, haciendo junto a Toni Sendra un homenaje en ficción a la poesía de Vicent Andrés Estellés, del que este año se cumplen cien años de su nacimiento.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Estoy ya trabajando en un nuevo show familiar de Marea Danza, una adaptación flamenca del clásico de Lewis Carroll ‘Alicia en el país de las maravillas’. Estamos muy ilusionados, la música está quedando perfecta, las bailarinas son buenísimas… Se estrenará en septiembre.