Estabas, por lo que fuera, por Alicante ciudad y, entonces, recordabas que tenías que ir hacia Agost, lo antes posible. Metías la marcha, le dabas caña al coche, sin pasarte, que había policía de tráfico donde menos te lo esperabas, y tirabas, por San Vicente, por la “carretera de Agost” de toda la vida, la CV-820, enfilable entonces con la concatenación avenida de Novelda-calle Alicante-avenida Ancha de Castelar.
Pero tu gozo en un pozo: esta última se encontraba entonces cortada, por lo que tocase. Tenías entonces que pillar la carretera a Madrid (hoy la autovía de Alicante o A-31) y, a la altura de Novelda, virar a mano derecha, precisamente por el otro extremo de la CV-820. Vaya, eso estuvo… ¿Siempre han sido así las relaciones entre ambos municipios? En realidad, salvo este problema, nunca ha sido así. Ni amores ni rivalidades. ¿Y puntos en común?
La carretera de siempre
Si tuviéramos que hacernos una lista mental de los elementos que unen o relacionan ambas localidades, San Vicente y Agost, no nos faltarían desde luego razones: la autovía del Mediterráneo (A-7), que conecta Algeciras con Barcelona, abre un brazo para enlazar Alicante capital, con la que San Vicente se encuentra ya prácticamente conurbada, con Silla (l’Horta Sud o l’Horta-Albufera). Obviamente, también nos deja cerquita de Agost (desde Novelda, por ejemplo).
Aunque para ir más directos tenemos siempre a mano la “carretera de Agost” de toda la vida, pero sabiendo que ahora Ancha de Castelar posee parte peatonalizada. Entre ambos núcleos urbanos contamos con unos once a trece kilómetros de distancia, unas dos horas y media a pie senderista tranquilo, y unos doce minutos en coche. Que se suben a unos treinta si pillas el autobús, la línea 40, cuya primera parada sanvicentera es la Universidad.
Tenemos entre once a trece kilómetros de distancia entre ambos núcleos urbanos
Pedanías compartidas
Bueno, vale, la Universidad, en el campus de San Vicente del Raspeig, tiene alumnado agostense. Apuntémoslo como un tema relacional extra. Pero este es muy general, así que, ¿qué tal campos compartidos? Las pedanías sanvicenteras y agostenses antes lo fueron alicantinas. San Vicente se segregaba de la capital en 1848, mientras que Agost ya lo había hecho en 1705. Aunque partidas que cualquiera de ellos podría haber hecho suyas siguieron en manos alicantinas.
Es el caso de Verdegás, que fue sanvicentera pero se encuentra como más cerca de Agost. Este emborronamiento paisajístico da lugar al hecho de que se hable, por ejemplo, del rodaje de ‘El regreso de los siete magníficos’ (‘Return of the Seven’, 1966) en Agost, sin reparar en que también hay planos tomados en las sanvicenteras Boqueres y el Valle del Sabinar.
Las pedanías sanvicenteras y agostenses antes lo fueron alicantinas
Almendras y bicicletas
Pero que se desdibujen los límites también tiene su cosa. Ambos municipios se precian de un importante cultivo secano de almendros. Básicamente, viven un mismo paisaje arcilloso, que en Agost dio pie a que se abrieran alfarerías. Ambos, por otra parte, abastecieron de almendras, aún lo hacen, la golosa industria del turrón de Xixona. Desde agosto hasta septiembre, se puede ver cómo se recoge la cascaruja.
Y quien comparte terrenos también comparte el recorrérselos. Andando, en plan senderista, o pedaleando, practicando el cicloturismo. Por ejemplo, la que enlaza ambas localidades pasando por la vía verde del Maigmó, o la que lleva desde San Vicente hasta la partida-urbanización sanvicentera de Villamontes. Pero la relación entre ambos municipios se estrecha aún más si tenemos en cuenta otro detalle geográfico.
Ambos forman parte de la comarca conocida como l’Alacantí
En la misma comarca
También ambos forman parte de la comarca conocida como Campo de Alicante o l’Alacantí, conformada, además de por municipios montaraces como la ya citada Xixona, Busot, Aigües y Torremanzanas (La Torre de les Maçanes), por una enorme conurbación compuesta por Alicante, San Vicente, El Campello y Mutxamel. Y este conglomerado se acerca cada vez más, desde aquí, desde tierras sanvicenteras, hasta Agost.
Quizá cada vez esté más cerca de la realidad aquel chiste de “yo soy de la ciudad de Alicante”. “¡Ay, que bien vivir al lado del mar!”. “Bueno, no sé, yo soy del barrio de Xixona”. Y quien dice Xixona también puede decir San Vicente del Raspeig, o Agost. Pero, ya que nos encontramos todos, digamos, en el mismo ‘paquete’, ¿hay colaboración entre ambos consistorios?
Arqueologías fabriles
Aunque parezca extraño, tratándose de dos localidades además tan relativamente cerca, no hay referencias inmediatas a ello. Como se señalaba al principio, ni amores ni rivalidades. Vecinos que se llevan bien y punto, pese a entrelazar secarrales y sabinares. La carretera principal que las une, la citada CV-820, está festoneada por naves industriales, alguna que otra bodega, ventas de cerámica, esparto, chalets, arqueologías fabriles…
Lo más llamativo, entre más de una vivienda unifamiliar con terrenos, es esto último, esqueletos más o menos aprovechables de fábricas cerámicas suspirando por su conversión en ‘lofts’ o el derribo. San Vicente está aquí y Agost se encuentra allá. Sanvicenteros hubo que emigraron a la población alfarera por cuestiones laborales, como agostenses inmigraron aquí por los mismos motivos, pero, al final, cada cual en su casa, y la comarca alicantina por ambas poblaciones.