El sector pesquero de Altea, al igual que el de gran parte de la Comunitat Valenciana y del resto de España, atraviesa una de sus etapas más críticas en las últimas décadas. Las subvenciones anunciadas por la Generalitat Valenciana, aunque bien recibidas, son consideradas insuficientes y tardías por los propios pescadores, quienes enfrentan un panorama lleno de restricciones, obligaciones y desafíos económicos.
Con un presente marcado por la disminución de capturas y un futuro incierto debido a las normativas europeas y los cambios estructurales en el sector, los pescadores alteanos claman por soluciones más efectivas y urgentes.
Subvenciones: un alivio, pero no la solución
Recientemente, la Generalitat Valenciana anunció una partida de 5,7 millones de euros en subvenciones para el paro biológico, de los cuales aproximadamente tres millones están destinados a la provincia de Alicante. Estas ayudas, cofinanciadas en un setenta por ciento por el Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (FEMPA) y en un treinta por ciento por el Estado, buscan compensar a los armadores y tripulantes afectados por los periodos de parada obligatoria de 2023.
Además, el conseller de Agricultura y Pesca, Miguel Barrachina, se comprometió a destinar otros tres millones de euros en ayudas directas para financiar el cien por cien del cambio de redes impuesto este año por la Unión Europea (UE).
Los pescadores lamentan que es en 2025 cuando van a recibir las ayudas del paro biológico de 2023
Más tiempo parados
Sin embargo, estas medidas no han logrado calmar del todo las aguas en el sector. Antonio Ferrer, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Altea, expresa su preocupación por la insuficiencia de estas ayudas. “Quieren que estemos más tiempo parados, pero seguir pagando lo mismo o menos porque estas ayudas se calculan en base a lo que se factura, y ahora que pescamos menos tiempo, facturamos menos. Es simple”.
Esta situación refleja un problema estructural: las subvenciones no cubren las pérdidas reales que sufren los pescadores debido a las restricciones y a la disminución de su actividad. Además, la demora en la llegada de estas ayudas agrava la situación.
Muy cerca, en La Vila Joiosa, su patrón mayor, Miguel Felipe Solbes, coincide con Ferrer al asegurar que “las ayudas llegan casi dos años y medio después. La parada de mayo de 2023 se va a pagar en 2025, ya ha salido la resolución y ahora pasará otro espacio de tiempo hasta que las cobremos”. Esta lentitud burocrática deja a los pescadores en una situación de incertidumbre financiera, dificultando la planificación y sostenibilidad de sus negocios.
Restricciones europeas y cambio de redes
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el sector pesquero es la implementación de las normativas europeas, que buscan garantizar la sostenibilidad de los recursos marinos. Entre estas normativas destaca la obligación de cambiar las redes de pesca para reducir el impacto ambiental.
Aunque las ayudas anunciadas por la Generalitat cubren el cien por cien del coste de este cambio, los pescadores temen que estas medidas no sean suficientes para garantizar la viabilidad de su actividad a largo plazo.
Algunos profesionales alertan de que las subvenciones no alcanzan a paliar los efectos de las directrices europeas
Menos días y menos capturas
Las restricciones impuestas por la UE, como los periodos de parada biológica, han reducido significativamente el tiempo de pesca efectivo. Esto, sumado a la disminución de las capturas debido a la sobreexplotación de los caladeros, ha generado una caída en los ingresos de los pescadores.
“Cada vez tenemos menos días para salir a faenar, y, cuando lo hacemos, las capturas son menores. Esto afecta directamente a nuestra facturación y, por tanto, a nuestra capacidad para mantener nuestras embarcaciones y tripulaciones”, explica Ferrer.
Futuro incierto
Altea, un municipio con una larga tradición pesquera, ha visto cómo este sector, que antaño era uno de los pilares de su economía, se ha ido debilitando progresivamente. Las cofradías de pescadores, que históricamente han sido el núcleo de la actividad pesquera, enfrentan ahora un futuro incierto.
Muchos pescadores, especialmente los más jóvenes, están abandonando la profesión en busca de otras oportunidades laborales, lo que ha generado un envejecimiento de la fuerza laboral en el sector.
Además, la disminución de la actividad pesquera tiene un impacto directo en la economía local. Los pescadores no sólo son una parte esencial de la cadena de suministro de productos del mar, sino que también contribuyen al tejido social y cultural de Altea. La pérdida de empleos en este sector afecta a toda la comunidad, desde los proveedores hasta los restaurantes y mercados que dependen del pescado fresco.
La reducción de capturas pone en jaque el futuro de un sector histórico para Altea
Adaptación a las nuevas normas
A corto plazo, el sector pesquero de Altea, como el resto de la flota mediterránea, se enfrenta a un doble desafío: adaptarse a las nuevas normativas europeas y encontrar formas de mantener su viabilidad económica.
Para ello, las ayudas anunciadas por la Generalitat son un paso en la dirección correcta, pero los pescadores reclaman medidas más integrales que aborden los problemas estructurales del sector.
Pesca y turismo
Una de las posibles soluciones que se han planteado es la diversificación de la actividad pesquera. Algunos pescadores están explorando opciones, como el turismo pesquero o la venta directa de productos del mar a través de mercados locales y plataformas digitales. Estas iniciativas podrían ayudar a compensar la disminución de ingresos derivada de las restricciones y a mantener viva la tradición pesquera en Altea.
Sin embargo, para que estas medidas tengan éxito, es necesario contar con un apoyo más decidido por parte de las administraciones públicas. Los pescadores reclaman una mayor agilidad en la tramitación de las ayudas, así como un aumento en la cuantía de las mismas. También piden que se les consulte en la elaboración de las políticas pesqueras, ya que son ellos quienes mejor conocen las necesidades y desafíos del sector.