Entrevista> Adrián Rodríguez / Trabajador social Cruz Roja Elche (Elche, 21-enero-1979)
En las filas de Cruz Roja Elche hay unos colaboradores indispensables, siempre dispuestos a prestar su apoyo emocional a las personas más vulnerables. Hablamos tanto de niños como adultos con problemas de autismo o de cualquier otro trastorno, y hablamos de los perros de terapia.
La terapia asistida con animales es una intervención cada vez más habitual dentro del ámbito de la psicología, que ayuda a mejorar las funciones físicas, sociales, emocionales y cognitivas. Siempre debe estar dirigida por profesionales, responsables de establecer los objetivos, y de realizar un seguimiento de su cumplimiento.
Perros terapéuticos en Elche
En Cruz Roja se valora cada vez más a los perros como una herramienta educativa y terapéutica en programas destinados a niños y adultos con diversidad funcional, entre otros colectivos vulnerables. Desde hace tres años cuentan con esta unidad especial canina, pionera para esta ONG en España.
Patricia Guilabert es voluntaria de Cruz Roja y la propietaria de ‘Cucciola’, que pertenece a esta unidad canina de perros terapéuticos en Elche. Se trata de una weimaraner de tres años, que ya de entrada es una perra muy cariñosa, y que por cierto tiene su propio Instagram.
‘Cucciola’
Nos contaba que durante tres meses las dos estuvieron realizando un curso para perros de terapia, ya que ambas debían conocer la pedagogía en la que se desarrollan los encuentros.
“Aprenden entre otras cosas a adaptarse y no tener miedo ante situaciones incómodas para ellos, como niños que chillan, movimientos bruscos, sillas de ruedas que se mueven… y más teniendo en cuenta que para ellos son personas desconocidas. Debo estar siempre con ella en las intervenciones, para que responda a mis indicaciones y esté concentrada, independientemente de lo que ocurra a su alrededor”.
Los perros realizan ejercicios con los pacientes para motivarlos, y para los niños el día que llegan los perros es una fiesta. Pero para los perros no deja de ser un duro trabajo, que les supone un gran esfuerzo y concentración para cumplir con su cometido. Deben soportan situaciones que habitualmente un perro no tolera, y acaban agotados. Por eso hay que dosificar sus visitas.
Adrián Rodríguez es técnico en Cruz Roja Elche, y el responsable de este programa de terapia asistida con animales.
La recompensa no solo es para los pacientes, sino también para los protagonistas y sus dueños, tal y cómo nos contaba Patricia.
Se crea un vínculo muy especial entre el perro y el niño o adulto, y emociona ver a los padres llorando de alegría al ver a sus hijos respondiendo a estímulos, como abrazar al perro sonriendo y riendo cuando hacía mucho que no les veían hacerlo.
Me resulta difícil explicar lo importante y gratificante que es también para mí, al pensar que tenemos mucho que ver en esos momentos de felicidad.
«Esta experiencia está resultando muy gratificante» A. Rodríguez
¿Cómo nace este servicio?
Empezamos hace tres años. Nos pusimos en contacto con centros de personas con diversidad funcional, sobre todo niños con autismo, y empezamos a trabajar. La experiencia está resultando muy gratificante y los responsables de los centros están muy satisfechos con los resultados, ya que los usuarios reaccionan ante los estímulos que les producen estos perros tan especiales.
¿El contacto físico y visual con el perro les provoca siempre estímulos beneficiosos?
Claro. Ten en cuenta que interactúan a base de juegos. También los cepillan, los acarician, los pasean, y aunque algunos al principio les cuesta, poco a poco van demostrando su empatía con el animal y disfrutan mucho.
«Ver a un niño autista sonreír y jugar es la mejor recompensa» A. Rodríguez
¿Hacen falta más perros para poder ampliar estas terapias?
Siempre hacen falta. No importa la raza del perro, solo es necesario que tanto él como su dueño hagan el curso de formación y estén dispuestos a vivir esta gran experiencia.
Toda la información podemos facilitársela en Cruz Roja; sería importante ampliar el equipo y poder llegar a más centros.
¿El trabajo del perro varía dependiendo del tipo de paciente?
Sí. Nosotros tratamos síndrome de Down, personas con depresión, problemas de psicomotricidad, parálisis cerebral, Alzheimer, diversidad funcional, autismo… Adaptamos la terapia a su estado y movilidad.
«Para el perro es un trabajo, y como tal le dedica todo su esfuerzo y concentración» P. Guilabert
¿Que está significando para ti personalmente?
En Cruz Roja vivimos siempre experiencias muy emotivas en nuestro trabajo porque trabajamos con personas que necesitan ayuda.
Además estos casos son especiales, sobre todo cuando se tata de niños y les ves la cara de felicidad, tanto a ellos como a sus padres. Me reconforta cuando los terapeutas del centro nos hablan de lo bien que están reaccionando, y que algunos han sonreído por primera vez, y eso nos hace sentirnos muy satisfechos.
¿Algún caso te ha emocionado especialmente?
Pues sí, precisamente sobre lo que te comentaba antes. Se dio el caso de un paciente adulto que prácticamente no respondía a estímulos, no hablaba y además mostraba cierta agresividad y no controlaba bien su fuerza.
Nadie esperaba que desde el primer momento reaccionara tan bien. No se separó de la perrita en ningún momento, y no dejó de acariciarla y jugar con ella todo el tiempo. Pero lo más sorprendente es que el personal del centro nos dijo que era la primera vez que le veían sonreír y demostrar empatía. Aquello me impresionó muchísimo y me demostró que la idea de llevar a cabo este proyecto fue un gran acierto.