El joven Martín Bellver Sevila encarnará este año la figura más relevante de nuestras fiestas de Moros y Cristianos, la del Sant Jordiet. Con ocho años, estudia tercero de primaria en el colegio Jesús María de Valencia y pertenece a la filà Domingo Miques.
Se define como un niño alegre, al que le gusta hacer bromas, aceptando también que se las hagan. Su padre, José Enrique, apunta que es muy movido, “pero sin maldad alguna, es un buenazo”. Una de sus ilusiones, sin ir más lejos, es desfilar junto a su hermano menor Mauro.
Entre las aficiones de Martín, “el fútbol”, se atreve a decir, sobre todo los partidos del FC Barcelona, siendo Lamine Yamal su jugador preferido. Asimismo, como la mayoría de los niños, le apasionan la televisión y los videojuegos.
Apuntados desde 2012
La tradición de los Bellver Sevila como festeros es reciente, se remonta a poco más de una década (2012), “aunque mi mujer, Jara Sevila Lloret, sí lo es desde la cuna”. De hecho, matiza, “el cargo de Sant Jordiet lo hemos hecho por ella, por la ilusión que le hace”.
“Yo soy de València”, prosigue José Enrique, y cuando la conoció empezó a seguir las fiestas a nivel de calle, “sin participar”. Poco a poco fue involucrándose, descubriendo cómo son. “Pensé entonces en ser festero y decidimos dar el paso”, resume.
Los grandes festeros son su suegro (Juan Ángel Sevila) y el tío de Jara (Enrique Sevila Maestre), que precisamente fue uno de los fundadores de la filà Benimedines.
Desde la familia Bellver Sevila, de Aldaia, han hecho una labor didáctica para conocer mejor la figura del Sant Jordiet
De Aldaia a Alcoy
Aunque Martín estudia en Valencia capital, los Bellver Sevila residen en Aldaia, una de las zonas más afectadas por la DANA. Para la parte valenciana de la familia “todo es nuevo” y reconocen que han tenido que desarrollar una labor didáctica -extensible a numerosos miembros- “para entender la importancia del cargo”.
A partir de ahí, insiste José Enrique, han seguido todos los actos, como la presentación de cargos, “sorprendiéndonos de la relevancia que tiene el Sant Jordiet y su traje”, que después irá a parar al Museu Alcoià de la Festa (MAF).
Su padre se quedó en shock tras la afortunada elección, mientras su madre no paraba de recibir felicitaciones
El momento de la elección
La familia recuerda con mucho cariño el día del sorteo, cuando pensaban que no tenían ninguna opción, “porque no somos de los tradicionales de Alcoy, sin peso en las fiestas”. Olvidaba que el sorteo es puro, que el azar manda.
José Enrique confiesa que cuando dijeron el nombre de Martín se quedó en shock. “Todos los que estaban alrededor empezaron a gritar, y yo pensaba ¡no puede ser!” Curiosamente, su mujer, que estaba fuera de la sala -viendo el sorteo por streaming- se enteró antes, al no parar de recibir mensajes de felicitación.
Los amigos de Martín saben ya de su responsabilidad en las fiestas de Alcoy, después de que varios representantes de la Asociación Sant Jordi acudieran a su colegio a brindar explicaciones sobre la figura del Sant Jordiet. “En Valencia no lo entienden”, dice José Enrique con una sonrisa.
Las miradas recaerán en Martín principalmente el Día de Sant Jordi, con protagonismo en las dos procesiones
Gasto e ilusión
Sus padres asumen el gasto enorme que supone el cargo de Sant Jordiet. Se han visto obligados incluso a alquilar un piso en la calle Sant Nicolau de nuestra ciudad, “mucho más rentable que ir continuamente a un hotel, especialmente marzo y abril, que pasamos en Alcoy todos los fines de semana”.
Sin embargo, la ilusión de toda la familia es máxima, “acordándonos de todos los que nos han dejado y les hubiera encantado compartir tantas emociones con nosotros”. Entre los últimos anhelos, que todos puedan disfrutar y hacer partícipes también a los amigos de Martín.
Qué representa
Sant Jordiet no desfilará como tal en la Entrada (este año el 3 de mayo), sino que su responsabilidad recaerá el día siguiente, Sant Jordi, siendo la figura principal en las dos procesiones.
Por su parte, en el Día del Alardo, última jornada festiva, realizará montado en un caballo una ‘aparición’ y lanzará flechas para derrotar a los moros desde lo alto del castillo. “Estaré muy nervioso ese día”, expresa tímidamente Martín, con todas las miradas puestas en su traje.
El bando cristiano es quien tiene la fortaleza, pero es conquistada por los moros durante la arcabucería matinal, para ser recuperada por las huestes cristianas tras el ‘Alardo’ de la tarde. Sant Jordiet una vez más será fundamental en todo el conflicto.
La tradición histórica marca el 23 de abril de 1276 como el inicio del patronazgo de San Jorge para los alcoyanos, por su milagrosa intervención en defensa de la ciudad frente al feroz ataque musulmán de Al-Azraq.