Entrevista > Yosh Luna / Escritor (Ponferrada -León-, 27-Junio-1992)
Ciencia ficción, amor, poesía negra, reflexiones sobre la naturaleza humana… Todo eso cabe en ‘El teorema del olvido’, el nuevo libro de Yosh Luna. Un joven escritor originario del noroeste de España, pero afincado desde hace ya varios años en Alicante, cuyo nombre real es Yosua Javier Prada Luna.
“Siempre me he considerado un escritor polifacético. Mi primer libro era de ciencia ficción y mi segundo de poesías” nos cuenta Yosh. Ahora, con su tercer trabajo, pretende dar un paso más en su madurez literaria, mezclando varios géneros en uno.
¿Cómo comenzó tu gusto por escribir?
Tendría unos 13-14 años. Entonces estudiaba en un internado en Zamora y no era una educación precisamente con mucha libertad, así que me dio por leer mucho e incluso ponerme a escribir pequeños relatos. Un buen día se me ocurrió escribir uno en el que ridiculizaba a los profesores y los curas. Fue un exitazo entre mis compañeros, aunque también me cayeron algunas represalias (risas).
A partir de ahí me di cuenta que tenía facilidad para escribir y relatar lo que quiero transmitir. Mi primera novela ‘Proyector de sueños’ la publiqué viviendo ya en Alicante. Luego me lancé a mis inicios poéticos con ‘El Bucle de la Diosa, la paradoja del te quiero’. Soy un poco el típico escritor que por un lado está orgulloso de todo lo que escribe, pero por otro lado a los pocos meses lo aborrezco porque ya estoy en otra fase vital.
«Se trata de un libro capicúa, tiene la misma estructura se empiece por el principio o por el final»
¿En qué consiste tu nuevo libro ‘El teorema de el olvido’?
Está escrito para que sea una especie de palíndromo, es decir para que tenga la misma estructura se empiece por el principio o por el final. Me gusta llamarlo “un libro capicúa”. Son dos partes y cada una de ellas tiene a su vez dos relatos cortos que se llaman ‘Cartas desde el olvido’ y ‘El teorema del olvido’, terminando con poesías sueltas.
‘Cartas desde el olvido’ son varias historias simultáneas a lo largo del tiempo, que se van entrelazando a través de cartas dedicadas por personas que han vivido varias vidas. ‘El teorema del olvido’ se trata de un científico que ha perdido al amor de su vida y se debate entre intentar traerla de vuelta o unirse a ella definitivamente.
Los poemas son independientes, no tienen que ver con los relatos principales, aunque los he seleccionado específicamente para este libro porque acompañan muy bien el ambiente que quiero transmitir. Y las ilustraciones son del vasco Ibai Silicato, un auténtico crack que comprendió con cada dibujo los pensamientos que quería transmitir.
«El relato principal trata sobre un científico que es incapaz de olvidar al amor de su vida»
¿El tema central del libro es el olvido?
Sí, quizás estoy más obsesionado con el olvido que incluso con otros conceptos que también me perturban como puedan ser el amor o la muerte. Al final yo creo que casi todos los artistas nos metemos en esto para trascender, para que no se nos olvide incluso después de muertos.
Al protagonista de ‘El teorema del olvido’ le ocurre algo parecido, es un científico que trata de darle validez a una teoría suya para que transcienda. Por otra parte yo siempre he sido un gran amante de la ciencia, y del trabajo de grandes científicos como Carl Sagan o Stephen Hawking, por no decir que me encanta la ciencia ficción de Isaac Asimov y muchos otros. Así que quería un libro que mezclara todas estas pasiones, una especie de nexo de unión.
La mayoría de los escritores se pasan toda su vida escribiendo solo prosa o solo poesía. ¿Cuál es tu secreto para mezclar ambas?
Un escritor que ama la literatura tiene que atreverse a diversificar y arriesgarse con distintos géneros. Quedarme siempre en mi círculo de confort sería lo fácil, pero no me motiva.
Son dos procesos muy distintos. A mí me gustan los libros y películas que transmiten dramatismo. Por eso le pongo muchas horas en el proceso creativo para pulir cada personaje y escena. De hecho mi gran sueño sería escribir también cine, espero tener algún día la oportunidad.
En la poesía es al contrario, simplemente escribo lo que me fluye en ese momento. Ya sea amor, dolor, soledad, nostalgia… No deja de ser algo terapéutico, como una forma de escapar de ese momento. Aunque tengo facilidad de palabra lo cierto es que la mayoría de veces no me suele gustar el resultado, pero de vez en cuando sale un poema que me convence.
«Hoy en día los jóvenes consumen más poesía que nunca gracias a otros canales como la música o incluso las redes sociales»
¿Puede que hoy en día el lector medio esté un poco desconectado con la poesía?
Eso ha sido así siempre. No nos engañemos, nunca ha habido una época en la que la poesía fuera tan leída como las novelas. Aunque lo cierto es que actualmente quizás viva uno de sus mejores momentos. Ahora han surgido otras formas de transmitir mensajes poéticos que también son muy válidas como el rap, el hip-hop, el trap o incluso a través de Instagram.
Dentro de que desgraciadamente cada vez se lee menos, me atrevería a decir que la juventud hoy en día está consumiendo ya casi tanta poesía como prosa. Ahora proliferan más los lectores de contenidos más ligeros que los que se leen la típica novela tocha.
¿Tú cómo te autodefinirías como poeta?
Sobre todo inconstante. Me dejo llevar mucho por pensamientos crepusculares y estados vitales. Hay días que igual tengo ganas de llorar y siento que puedo crear algo bueno de lo que sentirme orgulloso. Me obligo a mi mismo a escribir, porque sé que solo así puedo dar lo mejor que tengo.
Siempre trabajo por la noche, soy un escritor completamente vespertino. Porque sé que nadie me va a molestar, y puedo apagar el teléfono. La verdad es que disfruto muchísimo con mis procesos creativos, experimento diversas emociones mientras escribo. Y cuando me hace sentir, es cuando sé que he parido algo bueno.
¿Dónde podemos comprar tu libro?
En Amazon, La Casa del Libro y la web de la editoral PublishWay. Cuesta 11 euros.