Al pasear por Mutxamel hay pistas de que quizá te encuentres en la tierra natal del artista internacional Arcadi o Arcadio Blasco (1928-2013). En la avenida de Carlos Soler, una ‘Fuente torre vigía’ (2001) homenaje a las torres de la huerta; en la calle del Fossal, el mural de la ‘Almassera’ (1999), en la fachada de la almazara de Pepe. Saludó Blasco al mundo desde Mutxamel, donde incluso vivió un buen puñado de años de intensa y creativa vida.
Nació en tierra de huertas y pastoreo, de arcillas. Ya es un dato. Con obra no solo en la provincia, como el ‘Monumento a la Constitución’ (1986), en Alicante; el ‘Homenaje a la Dama de Elche’ (1987), en Elx; o el ‘Monumento al Pescador’ (1989), en El Campello, sino en media España e incluso más allá de las fronteras.
Los primeros pasos
Dicen que es fácil descubrir su cara, achiquillada, por las páginas (de la 48 a la 51) del libro de Antonio Yebes Rodrigo ‘Grupo Escolar El Salvador. Epicentro de la historia escolar de Mutxamel’ (1992), aunque no se ponen de acuerdo dónde. Pero la creatividad plástica llamaba: a los 19 años se planta en Madrid, en la Escuela de Bellas Artes, y en 1953 terminó el título de profesorado en la valenciana Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
Desde la Real Academia de España en Roma descubre, aseguran, la cerámica. Se casó con la hoy también internacional ceramista Carmen Perujo, nacida en 1930 en Sevilla pero residente en Majadahonda (con ella compartirá aficiones y desde 1965 estudio-horno en el majariego Cerro de la Mina). Viajó a Triana, a Agost. Quiere verlo todo, y asumir lo que va a aprendiendo.
Tiene obra incluso allende las fronteras
Obra variada
Previamente, confecciona, por ejemplo, las vidrieras de la catedral de Nuestra Señora de la Asunción (1961), en Tánger (Marruecos). Aún hoy, el clasicista templo del madrileño Luis Martínez-Feduchi Ruiz (1901-1975; el arquitecto, Blasco y Perujo compartieron un primer estudio), el del edificio Carrión o Capitol, en la capitalina plaza del Callao, es visitado, además de por los restos del misionero y arabista franciscano José María Lerchundi (1836-1896), para admirar los vitrales de Arcadi Blasco en el ábside.
La inquietud artística del artista mutxameler no quiere circunscribirse a una sola disciplina creativa. Sus ‘pinturas cerámicas’ no nacerán, pues, por casualidad, sino tras un continuo proceso de absorción de corrientes y técnicas. Retorna a su Mutxamel natal en 1986, monta otro taller y, junto a reencuentros y nuevas amistades, toma contacto con la muy activa Obra Social de la extinta CAM, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (por la época, Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, CAAM, antes del Sureste).
En Roma descubrió el uso artístico de la cerámica
Una Obra para la cultura
Soñada por Francisco Oliver Narbona (1922-2004), impulsada inicialmente por Francisco Bernabéu Penalva (1924-2019), y que contará con Vicente Sala Recio (no quien fuera presidente de la CAM, del que ni siquiera es familia) como coordinador de Actividades Culturales y presidente de Acada, la Asociación de Cine de Alicante, la Obra Social aglutina, realimentándose, según los baúles de la memoria, un importante contingente de imaginativas sensibilidades artísticas.
Blasco no sólo colaborará activamente con la Obra Social, a su vez altavoz en tierra propia, sino que allí hará más amistades, y con ellas llegarán las influencias mutuas. Así la pintura escultórica, o viceversa, de Juana Francés (1924-1990); lo narrativo, con el escritor Enrique Cerdán Tato (1930-2013); o el audiovisual, en su relación un tanto tangencial con Acada.
Retornó a Mutxamel en 1986 y montó otro taller
Recuerdos audiovisuales
‘Arcadio Blasco’ (1984), documental de Domingo Rodes y Javier Blasco sobre las exposiciones en Galería 11 y el Aula de Cultura de la CAAM, será una de las escasas apariciones, aquí su obra, del creador plástico en el cine alicantino. Pero sigue traspasando fronteras. Ya en 1954 participó en la décima edición de la Trienal de Milán, y en 1970 representó a España en la Bienal de Venecia.
Los catálogos y la película permiten acercarse siquiera aproximadamente a quién era Arcadi Blasco y qué añadía al universo artístico. Casi el lema de la Obra Social, devolver culturalmente a la sociedad su aportación. Blasco, políticamente reivindicativo, lo hace suyo.
Entre tragos de ‘pastis’
Soñaba, junto a su amigo Enrique Cerdán Tato, en pasar los últimos años de su vida alejado de presiones mediáticas, de conferencias, agasajos u otras interrupciones del crear. Se ilusionaban ambos con marchar, con sus respectivas familias, a un refugio, ora en la Huerta de Alicante, quizá en los Pirineos, puede que en un perdido pueblo francés, entre tragos de ‘pastis’. No pudo ser.
Los dos amigos enfermaron casi al mismo tiempo, y aseguran que se reencontraron en la UCI del hospital de Sant Joan. Lo cierto es que Cerdán Tato se quedaba aquí, en la provincia, mientras que Arcadi Blasco fallecía, de neumonía, más lejos, el 15 de marzo de 2013 en el hospital madrileño Puerta de Hierro, en Majadahonda, que antaño fue tierra de huertas y pastoreo, de arcillas.