La temporada ciclista 2022 será, al menos en término nacionales, la confirmación del punto y final de un ciclo mágico que arrancó en el año 2002 de la mano de un todavía imberbe murciano al que en las categorías inferiores llamaban ‘El Imbatido’ y que culminará, ya en octubre, con la retirada de ese mismo corredor, ya un ‘abuelo’ de 42 años (los cumplirá el 25 de abril) al que todos conocen como ‘El Bala’.
Alejandro Valverde ha regalado a la afición dos décadas de ciclismo en las que el pedal español ha visto como el murciano acumuló un palmarés que a día de hoy suma 130 victorias, y en las que también brillaron hombres como Joaquim ‘Purito’ Rodríguez, ‘Samu’ Sánchez, Carlos Sastre, Roberto Heras y, por supuesto, Alberto Contador.
Nuevo arranque
Ahora toca, en cualquier caso, volver a empezar. Por delante, casi diez meses en los que los amantes del ciclismo tendrán la oportunidad de rendir el homenaje que se merece a Valverde en su último año, en el que, si se cumple su calendario previsto, renunciará al Tour, correrá Giro y Vuelta y disputará un importante número de carreras ‘en casa’.
Una temporada que se iniciará el próximo día 23 de enero con la disputa de la segunda edición de la Clàssica Comunitat Valenciana 1969, la carrera que tomó el relevo del desaparecido Trofeo Luis Puig que celebró su última edición en 2005 y en la que Valverde, único corredor que se mantiene en activo y que corrió aquella prueba, fue tercero en 2003 y segundo en 2004.
Con salida en La Nucía y meta en Valencia, la nueva carrera es heredera del ya desaparecido Trofeo Luis Puig
Un inicio accidentado
La carrera, que partirá desde la Ciutat Esportiva Camilo Cano, llega a su segunda edición con la confianza de poder completar íntegramente un recorrido que debe llevar a los ciclistas hasta la ciudad de Valencia, pero que, en 2021, debido a la situación sanitaria de aquel momento, se tuvo que ver recortado a sólo 96 kilómetros improvisando la meta en Tavernes de la Valldigna.
Fue, por lo tanto, un inicio accidentado en el que el francés Lorrenzo Manzin (Total-Direct Energie) se llevó el triunfo por delante del español Mikel Aristi (Euskaltel-Euskadi) y el belga Amaury Capiot (Arkéa-Samsic).
Aunque no podrán estar los equipos World Tour, la participación se espera que sea extraordinaria
Participación de lujo
La carrera, como ya sucediera en el año de su debut, se encuadra en la categoría .2, lo que implica que no podrán estar en ella los equipos del World Tour, es decir, la primera división del ciclismo mundial, que tiene a Movistar como único representante español.
Esto, en cualquier caso, no restará interés ni calidad a una carrera cuyos organizadores todavía no ha confirmado la nómina de escuadras y ciclistas que estarán presentes en la misma, pero para la que, como ocurrió hace doce meses, confían en contar con la presencia de algunos de los principales nombres del pelotón.
Así, se puede dar por casi segura la llegada a La Nucía de equipos habituales en la Vuelta a España como Caja Rural-RGA, Burgos-BH, Euskaltel-Euskadi así como del Kern-Pharm, uno de los conjuntos jóvenes más ilusionantes de nuestro país.
El viento puede ser un factor clave de la carrera una vez que se circule junto a la orilla del Mediterráneo
Una carrera para velocistas
Aunque el trazado de la prueba poco tiene que ver con el que se hizo habitual en las 36 ediciones disputadas del Trofeo Luis Puig, no cabe duda de que será una clásica (nombre que reciben las carreras de un día en el argot ciclista) ideal para los hombres más rápidos del pelotón internacional.
Lo más probable es que la mayor dureza orográfica de la carrera se concentre en los primeros kilómetros de la misma antes de, ya en la provincia de Valencia, afrontar una zona más llana y apta para que los equipos con interés en una llegada masiva puedan controlar el pelotón, y la más que probable fuga inicial, para llevar a sus sprinters con las mayores garantías a la línea de meta de Valencia.
Cuidado con el viento
En ese sentido, uno de los mayores peligros que presenta la prueba, además del inicio montañoso por el interior de Alicante, podría llegar de la mano del viento. Si Eolo decide hacer acto de presencia una vez que se regrese a la cota de cero metros sobre el nivel del mar y se circule con el Mediterráneo a la derecha, los temidos abanicos podrían darle un vuelco enorme al guion previsto para la carrera.