De todos es bien sabido que la Vega Baja es la zona más ‘murciana’ de Alicante. Tanto por su ubicación geográfica al sur de la provincia como por su idiosincrasia, su predominio lingüístico del castellano e incluso por el acento de sus habitantes.
Lo cierto es que nuestra comarca estuvo cerca de pertenecer oficialmente a la provincia de Murcia, ya que así se estableció en el mapa que dividió España por provincias en 1822. Ahora que se cumplen 200 años de este hecho, hemos querido recuperarlo del olvido para relatar qué fue exactamente lo que sucedió.
Orihuela fue capital de su propia gobernación dentro del antiguo Reino de Valencia
Con Valencia
Hacia el siglo XVIII surgió cada vez con más fuerza una voluntad política por organizar España mediante entes regionales más pequeños, para así acercar la Administración a todo el territorio y sobre todo facilitar la recaudación de impuestos.
La primera división territorial a escala nacional se elaboró en 1785 por iniciativa de José Moñino -más conocido como el Conde de Floridablanca- quien ostentó el cargo de Secretario de Estado durante el reinado de Carlos III. El conde se basó sobre todo en la época anterior a la existencia de España como estado, cuando la Península Ibérica estaba dividida en varios reinos medievales.
La Vega Baja perteneció en un primer momento a la Corona de Castilla, pues fue conquistada por el infante castellano Alfonso (futuro rey Alfonso X ‘el sabio’) en 1243 a los musulmanes. Sin embargo en 1296 el rey aragonés Jaime II logró arrebatar esta zona a los castellanos, por lo que pasó a formar parte del Reino de Valencia (entidad dependiente de la Corona de Aragón).
Jaime II decidió crear una nueva gobernación con los nuevos territorios conquistados. Dicha división administrativa abarcaba un territorio que iba desde Dehesa de Campoamor hasta Elda, y su capital quedó fijada en Orihuela.
Unos cuantos siglos más tarde el Conde de Floridablanca se basó en el antiguo reino valenciano para crear la nueva Región de Valencia, y por tanto incluyó la Vega Baja.
La división provincial de 1822 fijó la frontera entre Murcia y Alicante en la desembocadura del Segura
Con Alicante
El concepto ‘provincia’ surge en 1799 cuando una nueva reorganización de territorio español divide algunas de las regiones de Floridablanca. Así nace la actual provincia de Alicante (o algo parecido) en la cual se encuadra la Vega Baja.
Cuando el ejército francés comandado por Napoleón Bonaparte invade España en 1808, su hermano José Bonaparte -quien se autoproclamó rey José I- crea todavía más provincias a similitud de los departamentos que dividen Francia.
Nuestra comarca quedó encuadrada en el departamento del ‘Cabo de la Nao’, una división bastante más grande que nuestra provincia actual pues llegaba hasta Almansa y Játiva. Sin embargo este proyecto apenas se pudo poner en marcha pues Napoleón nunca logró controlar todo el territorio español y acabó perdiendo la guerra.
Con Murcia
Un nuevo cambio se produjo durante el Trienio Liberal. Aquí fue donde por primera vez la Vega Baja quedaba separada de la ciudad de Alicante, y pasaba a pertenecer a Murcia.
Fue un proyecto elaborado por los geógrafos Felipe Bauzá y José Agustín de Larramendi, quienes consideraron que la desembocadura del río Segura por Guardamar debía hacer de frontera provincial. Se aprobó oficialmente en el Congreso a fecha de 27 de enero de 1822.
Sin embargo esta división apenas perduró debido a los acontecimientos políticos sucedidos en España. El Trienio Liberal cayó tras la Guerra Realista, regresando el absolutismo en manos del rey Fernando VII quien suprimió prácticamente todo lo que había hecho el gobierno anterior.
En la Transición se valoró un proyecto para constituir una autonomía con las provincias de Murcia, Alicante y Albacete
Otra vez con Alicante
En 1833 se acometió la que ya sería la reforma prácticamente definitiva, pues con mínimas modificaciones es la que se ha mantenido vigente desde entonces. Fue realizada por el ministro Francisco Javier de Burgos, quedando la Vega Baja encuadrada en Alicante. Quizás esta decisión se motivara en engrandecer la provincia alicantina, ya que sin nuestra comarca se quedaba como una de las más pequeñas de España.
No obstante esta pérdida de territorio no gustó demasiado a algunos murcianos, que se quejaron amargamente. Todavía en 1931, un siglo después, el alcalde de Murcia demandó al recién proclamado Gobierno de la República una revisión de la organización territorial española para (entre otras pretensiones expansionistas) recuperar la comarca de la Vega Baja.
“Nuestra región natural es la cuenca del Segura y los ríos que unen la montaña con el litoral. Gran parte de Alicante, Albacete y bastantes pueblos de las actuales provincias de Almería, Jaén y Granada constituyen nuestra región” se publicó en un manifiesto firmado por el citado alcalde Luis López Ambit.
Otra vez con Valencia
El Gobierno republicano hizo caso omiso de estas peticiones y nuestra comarca se quedó ya para siempre bajo la provincia alicantina. Tras la Dictadura Franquista se habló de la posibilidad de que Alicante, Murcia y Albacete constituyeran su propia región. Aquella idea no prosperó y finalmente pasamos a formar parte de la nueva Comunidad Valenciana.
Así fue como los vegabajeros pudimos ser murcianos, pero nos acabamos haciendo alicantinos y por ende valencianos.