Jorge Espí Llopis y María Teresa Durán Azurduy. Abogados
La conmoción social viene porque Santi, de quince años, ha asesinado a su madre Encarnación, a su padre Jaime y a su hermano pequeño Gonzalo, en la partida La Algoda, situada al sur de Matola en Elche.
Santi, en la narración de los hechos que ha trascendido a la sociedad, cuenta que a su madre, “la disparé dos veces por la espalda y luego la rematé” y a su hermano pequeño, “intentó escapar, pero salí detrás de él y lo cacé antes”. Con los cadáveres allí, el de su madre y su hermano, esperó cinco horas hasta la llegada de su padre; en cuanto entró, le disparó tres veces.
Llevó los cadáveres a un cobertizo de la finca y se quedó en casa durante tres días, jugando al Fortnite; incluso envió una foto de los cadáveres a su tía. En el instituto dijo que tenía covid-19 para no ir. Se hizo pasar por su madre y contestó los WhatsApp de su teléfono.
La adicción a los videojuegos fue lo que provocó los asesinatos
El motivo
La adicción a los videojuegos, en concreto al Fortnite; sumado a un castigo sin wifi, lo que le supuso no tener acceso a sus redes sociales; y la retirada de la consola, fueron los motivos que le llevaron a cometer el parricidio.
Y se lo habían quitado cómo resultado de sus malas notas en cuarto de la ESO. Lo que nadie plantea es cómo un menor de quince años tenía acceso a las armas, a los cartuchos y el manejo a la perfección de estos. La respuesta esta en el videojuego: Fortnite es un juego online de disparos; para ello hay que utilizar armas, entre ellas la escopeta, y los cartuchos los van recogiendo.
Se trata de matar a todos, sólo puede ganar uno. Realmente llevó el juego, al que ha jugado miles de veces, al mundo real. Los mató a todos y se quedó en casa, matando más, virtualmente, durante tres días.
Pena como menor
El parricida de Elche pasará cinco años en un centro de menores en régimen cerrado y otros tres en libertad vigilada. Los hechos que serán probados, son constitutivos de tres delitos de asesinato, concurriendo la circunstancia de alevosía y con la agravante de parentesco, dado que la acción del menor reúne todos los caracteres para integrar dichas infracciones penales, de las que ha de responder en concepto de autor por la participación material, voluntaria y consciente que tuvo.
Si hubiese sido mayor de edad se le habría aplicado previsiblemente la Prisión Permanente Revisable.
Llevó el juego Fortnite, al que ha jugado miles de veces, al mundo real
La edad como eximente
Esta materia ha ido avanzando progresivamente. A finales del siglo XIX y principios del XX, los delitos cometidos por adultos no eran iguales que los cometidos por los niños, que no eran imputables por razón de la edad. La Ley Penal del Menor abrió el debate sobre la naturaleza jurídica de las disposiciones legislativas para menores infractores y, por consiguiente, de su imputabilidad penal.
El artículo 19 del Código Penal recoge entre las causas que eximen la responsabilidad criminal la minoría de edad penal, estableciendo también, de este modo, la mayoría de edad penal, indicando literalmente que “los menores de dieciocho años no serán responsables criminalmente con arreglo a este Código. Cuando un menor de dicha edad cometa un hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo a lo dispuesto en la ley que regule la responsabilidad penal del menor”.
A partir de aquí, la jurisdicción de menores es fundamentalmente educativa, aunque sometida a los principios del procedimiento penal. Reeducar es uno de los ejes básicos de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor. El artículo 10 de la Ley Orgánica reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores (LORRPM) establece claramente una diferenciación en la aplicación de las medidas sancionadoras en dos tramos: catorce a quince años y dieciséis a diecisiete años. En este caso nos encontramos con un menor en el primer tramo. El objetivo es priorizar el interés del menor primando el carácter educativo sobre el punitivo.
¿Hay que endurecer la ley del menor?
¿Se puede reeducar a alguien que asesina a su padre, a su madre y a su hermano? ¿Hay que reformar la ley del menor? ¿Se debe dar voz al asesino?
Ni siquiera los que suscribimos el presente artículo nos ponemos de acuerdo en cual es la mejor solución, dado que la visión es distinta y uno aboga por endurecer la ley del menor. En lo que ambos coincidimos es en dar mayores garantías a la sociedad para que el menor, que será mayor de edad cuando salga, no vuelva a reincidir y matar de nuevo.
Al ser menor pasará cinco años en un centro de menores; como adulto previsiblemente se sentenciaría con Prisión Permanente Revisable
Diferencias entre países
Hace veinte años en Noruega, para transformar a sus menores criminales en buenos vecinos, se decidió que para qué enviar a los menores a la prisión o a la rehabilitación. Se distanció del enfoque ‘punitivo’ y redujo drásticamente las tasas de reincidencia. Los Servicios de Integración Social son como mentores y modelos a seguir por los menores.
En Estados Unidos, los hermanos Menéndez, cuyo brutal asesinato de sus padres estremeció a ese país, tuvo el resultado siguiente: Lyle y Erik fueron declarados culpables de asesinato en primer grado y condenados a cadena perpetua. Incluso se rechazó su deseo de ser encarcelados juntos y se les prohibió mantener relaciones sexuales en las visitas de sus respectivas parejas.
En España, José Rabadán, más conocido como ‘El asesino de la catana’, hace diecisiete años conmocionó al país; era un adolescente que asesinó con su catana a sus padres y a su hermana de nueve años. Ahora es un hombre de 34 años, casado, con una hija de tres años y que trabaja en la Bolsa cómo ejecutivo. Está completamente rehabilitado socialmente y recientemente ha estrenado un Documental en DMAX: ‘Yo fui un asesino”, que está siendo un éxito de audiencia.