Entrevista > Ainhoa Leal / Mediadora de la Asociación de Sordos de Elche (APESOELX) (Elche, 5-septiembre-1996)
Muchos de nosotros hemos conocido o visto alguna vez a una persona sorda, pero poco sabemos sobre su lengua de signos, sobre sus problemas o sobre su vida. Una vida en silencio que hoy cobra voz con una de sus protagonistas, Ainhoa Leal, una mujer inteligente, defensora de los derechos de los que como ella están sordos, y la primera persona sorda en licenciarse en la Universidad Miguel Hernández.
A ella le viene de herencia por su familia pero fue la única que prácticamente nació con sordera, y a día de hoy ha perdido el 95% de audición.
Es profesora en el Instituto Victoria Kent y mediadora social en APESOELX, una asociación que nació en el año 1969, año desde el cual no han dejado de defender sus derechos y de saltar las barreras que les ponen por delante para conseguir que la ciudad sea más accesible e inclusiva.
En España hay en la actualidad unos 70.000 sordos de los que más de 1.000 viven en Elche.
¿Cómo fue para ti la etapa escolar? ¿Qué método utilizaban contigo?
Pues es una buena pregunta. Este año por el Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, una de las reivindicaciones es la lucha por la inclusión de las personas sordas en la educación y en especial de la infancia.
En mi caso la etapa escolar fue completamente normal, yo me di cuenta de que estaba sorda más o menos a los 7 u 8 años, por lo que hasta ese momento no hubo nada destacable.
Una vez que ya tenía claro que era sorda empecé a sentarme en primera fila, leer los labios, pedir que me repitiesen las cosas. En mi caso, al no saber lengua de signos ni tener otros referentes de personas como yo, fui aprendiendo sobre la marcha, y no fue hasta los 18 años cuando tuve la oportunidad de aprender lengua de signos.
«Luchamos por la inclusión de las personas sordas en la educación y en especial de la infancia»
¿Sufriste algún tipo de aislamiento o desprecio por tu condición?
Obviamente cada persona sorda, en mayor o menor grado dependiendo del contexto, hemos sufrido de aislamiento al no poder participar en igualdad de condiciones, o hemos recibido tratos injustos por el hecho de ser sordas.
¿Recibiste el apoyo necesario por parte de tus profesores?
Personalmente, aunque he tenido y tengo experiencias no tan buenas, en general mi etapa educativa ha sido muy buena, pero no ha sido fácil y he tenido que esforzarme muchísimo.
He encontrado profesores maravillosos que me han apoyado y han estado ahí en todo momento, y gracias a ellos he conseguido estudiar e incluso trabajar en lo que me gusta y tener las oportunidades que tengo. Por ejemplo, Rosa Giménez fue mi profesora de Lengua de Signos y sin ella yo no estaría aquí ahora.
Eres la primera alumna sorda que consigue graduarse en la UMH ¿Cómo fue el proceso para lograrlo?
Sí, he sido la primera persona sorda con interprete de lengua de signos que se gradúa en la UMH. Para mí ha sido una experiencia increíble que se ha hecho posible gracias a dos factores: el increíble equipo de la actual Unidad de Discapacidad de la UMH que desde el día uno ha estado ahí para apoyarme y guiarme en este viaje.
Y por otro lado referentes de mi entorno como Rosa Giménez, que fue la primera alumna sorda de la Universidad de Alicante y diplomada en magisterio de educación especial. Tener cerca otros casos pioneros de personas sordas que han conseguido estudiar en la universidad, es algo fundamental.
«La lengua de signos puede ayudar en caso de un ictus o de un accidente que deje secuelas en el habla»
¿Sería mejor que la lengua de signos fuera universal?
La lengua de signos no es universal y al igual que no lo son las lenguas orales, es importante que no lo sean.
Las lenguas de signos reflejan un estilo de vida, una cultura, los rasgos típicos de sus signantes. Si fuese universal se perdería esta diversidad, al igual que sería una pena la desaparición de cualquier lengua minoritaria, signada u oral.
¿Te gustaría dejar claro de una vez que sois sordos, pero no mudos?
Un punto que hay que dejar claro sin duda y estrechamente ligado a la educación. Las personas sordas no son mudas, pueden hablar.
Al contrario que las personas oyentes, la lengua oral no es la lengua natural de las personas sordas, y para aprenderla es necesaria una educación y un trabajo logopédico, además de mucho esfuerzo. Como dice el lema de este año ‘Libres para elegir, libres para signar’.
¿Existe algún tratamiento médico por el que pudieras oír mejor?
Existen recursos técnicos que apoyan la audición, como los audífonos o el implante coclear, pero cada persona es diferente y lo que para una es eficaz para otra no.
«En mayor o menor grado todos hemos recibido tratos injustos por el hecho de ser sordos»
¿Qué importancia tiene en la actualidad la lengua de signos para otro tipo de problemas que nada tiene que ver con la sordera?
La lengua de signos al ser un sistema lingüístico viso-gestual, y no auditivo-oral, puede ayudar en caso de existir algún trastorno del lenguaje que afecte a la expresión oral y que impida hablar, como por ejemplo las consecuencias de un ictus o de un accidente que deje secuelas en el habla.
En estos casos es importante el trabajo de profesionales y la presencia de una mediadora comunicativa, que es una profesional que cuenta con las herramientas y conocimientos de los sistemas de comunicación necesarios.
¿Conoces el sonido de la música? ¿Bailas?
Pues depende, en mi caso he escuchado música y a veces aún la escucho. En cuanto a bailar, yo no, que parece que tengo dos pies izquierdos, pero hay personas sordas que bailan muy bien, incluso bailarines profesionales.
¿Qué es una prioridad para ti en este momento?
Me gustaría que aquellas personas que estén leyendo esto, en especial profesionales que trabajen con personas sordas, y sobre todo la infancia, decirles que todo suma y que es muy importante que cuenten con las personas sordas y no dejen de lado una parte fundamental que es la lengua de signos y el contacto con otras personas sordas.