Entrevista > Ana Albiol / Escritora e Influencer (Valencia, 1987)
La vida nos ofrece de vez en cuando alguna de esas historias que nos inspiran e invitan a mejorar. Esa vida bien podría ser la de la escritora valenciana Ana Albiol, en lo que ella identifica como V.I.D.A. en mayúsculas.
Una dinámica de superación vital que reflejó en su primera obra y a la que da continuidad en su segunda publicación, ‘A muerte con la V.I.D.A.’, en la que, como ella misma confiesa, resuelve el lío en el que se metió en el primero.
En primer lugar, ¿qué significan para ti esas cuatro letras de V.I.D.A.?
Son las patas de mi mesa, que me dan equilibrio. Creo que cada uno tiene que definir la base de su vida, en mi caso son cuatro patitas. La V de Valores, es el motor, aquello que realmente me importa, ¿para qué haces algo? Para lograr sentir algo. Los Valores hay que tenerlos claros y actuar a favor de ellos. I es de ilusión, es la fuerza motor que si la trabajas es mayor que el miedo, y el miedo va a estar ahí siempre, pero ahí está la ilusión que tira de ti para moverte.
D es dar; dar y recibir. Me parece fundamental, por mucho individualismo que se promueva en la sociedad yo creo que, como seres gregarios, cuando damos y recibimos nos relacionamos con los otros y nos sentimos más llenos. Y la A es la consecuencia de vivir todo lo anterior, que es la Alegría. Esa es mi V.I.D.A.
«Abandonar tu zona de confort puede hacerte sentir insegura e inestable, pero ampliarla puede ser maravilloso»
Eres una valenciana que ha recorrido el mundo. ¿Crees que todas las personas deberían vivir la experiencia de vivir lejos de casa?
Si me preguntas hace tres o cinco años te habría dicho que sí, que todo el mundo. Ahora mismo pienso, si la gente es feliz en su ‘hormiguero’ no les diría tienes que, ni mucho menos. Creo que enriquece, desde mi punto de vista a mí me ha abierto todo. Yo lo recomendaría, pero ya me he dejado de pelear con quién no lo hace, porque antes sí tenía ese punto de vista de que todo el mundo debe viajar. Ahora que hagan lo que quieran, ya tengo bastante conmigo misma, con gestionarme.
¿Esa inquietud es innata o es algo que se aprende?
Yo siempre he sido una niña curiosa y quizá esa inquietud la tenía innata, pero la verdad que también creo que se va trabajando. Entrenar la curiosidad en tu entorno es complicado, porque se repiten patrones y roles.
Estando en Indonesia tenía gente allí que me decía “no ves el atardecer”, y ojo con los atardeceres de allí, hay personas que se cruzan el mundo para verlos. La curiosidad va muy ligada a cambiar todo.
¿Podemos decir que la curiosidad va de romper la zona de confort?
No abandonarla del todo, para mí es ampliarla. Porque abandonar tu zona de confort puede hacerte sentir demasiado insegura e inestable y yo creo que hay que ampliarla porque puede ser maravilloso. Es maravilloso.
«El miedo es una emoción que no se va a ir nunca, irá cambiando de lugar y cuando soluciones una situación aparecerá en otro sitio»
Hablas del concepto de estabilidad y que quizá la búsqueda permanente de esta sea un error.
A mí me gusta la estabilidad, pero siempre que esté bien en ella. Lo que digo es que vamos a romper la estabilidad en la que estamos mal. Estamos estables pero amargados, es una pescadilla que se muerde la cola. Estable pero en el bienestar.
A mí la incertidumbre no me gusta, si es el precio que tengo que pagar por estar donde quiero la pago, claro, pero no me gusta.
Otra idea en la que incides es el miedo, ¿es un paso previo el entender tus miedos para ser libre?
No lo veo ni como paso previo. El miedo es natural y no es un paso previo ni posterior, es un acompañante eterno. El miedo es una emoción que no se va a ir nunca, irá cambiando de lugar y cuando soluciones una situación aparecerá en otro sitio.
Es un acompañante eterno para toda la vida. Para mí el miedo que me ralentice ok, pero que me paralice no, es lo único que busco con el miedo, que no me pare.
¿Estamos creando una sociedad que invita más a parecer que vivimos que a realmente vivir?
Totalmente. Yo intento gestionarme muy bien con el móvil porque es fácil que se me lleve por delante y sí que hay veces que estoy pensando y digo: para. Muchas veces pasa con los viajes, que tengo amigos que viajan para poner la foto. Tenemos un atardecer para hacerle una foto y sí, clarísimamente el móvil nos está sacando de esa presencia.
Hay fines de semana que me lo quito y en ese momento me hace un cambio de chip brutal. El tema de los móviles y las redes, ya veremos los estudios dentro de diez años, miedo tengo.
‘A muerte con la V.I.D.A.’ cierra el ciclo iniciado con su primer libro, y Albiol piensa una obra de ficción para su próxima publicación
Has inspirado a muchas mujeres, ¿es triste que en pleno siglo XXI haga falta todavía inspirar en ciertos aspectos feministas?
Es una desgracia. A mí cuando me dicen: la revolución del Satisfyer, para mí es una desgracia que un estimulador de clítoris sea noticia y estemos todas enloquecidas en pleno siglo XXI.
Está poniendo en la mesa que nos tenemos que liberar gritando que hay un estimulador de clítoris porque la masturbación femenina nunca ha estado sobre la mesa. Es una desgracia, claro que sí.
¿Qué te empujó a esta segunda cita con las letras?
No quiero dejar de escribir, estoy pensando en el tercero ya. Me ha costado mucho llegar a escribir como para dejar de hacerlo. El primero lo corto cuando suelto el maquillaje, pero toda la historia realmente, la transición profesional y el cambio de identidad necesitaba volcarlo y decirle a la gente: ¡ey lo resolví así! Me metí en el lío en el primero y resolví en el segundo.
¿Podemos entonces esperar el tercero?
Sí, pero el tercero será de ficción, no creo que siga por esta línea porque no tengo mucho más que contar, lo importante está en estos dos.