Llega agosto y la política se ausenta en parte del día a día, pero lo hace rematando una serie de salidas y renovaciones.
Una ‘suma’ cuestionable
Vayamos por partes. El mes de julio se iniciaba con la presentación del tan anunciado nuevo proyecto de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, bajo el nombre de ‘Sumar’. La elegida por Pablo Iglesias como su sucesora en la más alta responsabilidad del Gobierno, no quería contar con los máximos responsables del partido morado, ni con sus compañeras ministras.
El proyecto que inicia Yolanda Díaz se separa, por lo tanto, de la confluencia de partidos de izquierdas, liderada por Unidas Podemos y que incluye al partido del que ella ha sido coordinadora nacional, Esquerda Unida.
Con esta plataforma creada por Díaz se pone en marcha un nuevo espacio político (o no) que ya no parte del consenso y alianza, sino al que los que hasta ahora eran sus compañeros de viaje podrán unirse, pero siempre ya bajo la tutela de la actual vicepresidenta del Gobierno.
Si vas, te vas
En esa presentación, que buscó el respaldo de miles de asistentes, el cargo de mayor rango del Gobierno que se encontraba entre el público, tras pedir expresamente Díaz al resto que no fueran, era Enrique Santiago, dirigente del PCE y secretario de Estado para la Agenda 2030.
La reacción de la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, no se ha hecho esperar nada más que unos días. El líder del PCE era destituido de su cargo de secretario de Estado, en cuyo lugar se colocaba a un peso pesado de la ejecutiva del partido liderado por Belarra: Lilith Verstrynge.
Decisión unilateral
A pesar de las constantes palabras de Yolanda Díaz refiriéndose a que ella no entra en la polémica de partidos, lo cierto es que ya son muchos los desencuentros con sus compañeros de opción política, incluidos los otros ministros de su mismo color, en decisiones en las que Díaz ha apoyado a Pedro Sánchez en contra de la opinión del resto de los representantes de la confluencia.
Poco a poco ha ido generando su propio espacio, dejando de lado al resto de los compañeros que la han apoyado, y efectivamente no debatiendo sobre estos conflictos porque, por lo que parece, lo tiene claro. Ella es la que sabe el camino a seguir, y para ello y por eso no necesita entrar en polémica con nadie.
Evidenciado en las ‘andaluzas’
Ya en las últimas elecciones, las de Andalucía, quedó evidenciada la ruptura de la izquierda. Pablo Iglesias criticaba el modo de elección de la candidata y vaticinaba que, si eso era el prólogo de la plataforma ‘Sumar’ de Díaz, “se puede dar por muerto el proyecto”.
Muerto o no, lo cierto es que tan solo unos días después de la presentación celebrada ‘a bombo y platillo’, Díaz afirmaba que Sumar no se presentará a las elecciones autonómicas ni municipales. Incluso cuestionó que lleguen a presentarse a las elecciones nacionales. “Es un proyecto ciudadano, no es un proyecto electoral”, aclaró, aunque entonces cuesta bastante entender la finalidad de todo este alboroto.
Si es difícil cambiar las cosas desde su posición como vicepresidenta del Gobierno y con toda la ‘artillería’ de su lado que eso supone para crear o cambiar leyes, etc. ¿cómo pretende hacerlo desde fuera?
La baja de Lastra
El caso es que siendo ésta la principal ‘película política’ en ‘los cines’ del verano, no es la única. Otra de las ausencias desde este mes es la de Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, que se aparta de la dirección del partido alegando una ‘baja laboral prolongada’, según ella “por cambios importantes en mi vida personal, que exigen tranquilidad y reposo”.
Lo cierto es que Lastra ya venía ‘rebotada’ desde que fue apartada de la portavocía parlamentaria, y Sánchez no estaba de acuerdo en la guerra de poder interna que mantenía con el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán.
Macarena dice adiós
Por cerrar el ciclo veraniego, tenemos la salida de la política de Macarena Olona. Se presentó por Vox a las elecciones andaluzas, frente a más de una polémica por su nombramiento para esa comunidad autónoma, pero no obtuvo el resultado esperado de servir de ‘pata’ necesaria para formar gobierno.
Ahora deja el partido y la política “por razones médicas”, que asegura ya tenía en la campaña de las elecciones, algo que no deja de asombrar ya que, ¿qué hubiera pasado entonces si depositan su confianza en ella y luego dice que se tiene que retirar sabiéndolo ya de antemano?
Estudios y otras mandangas
En nada nos pondremos ya con el nuevo curso político que se prevé cargadito e intenso y que traerá, entre otras cosas, elecciones autonómicas y municipales. Y espero que en todo eso se impliquen e interesen los jóvenes, porque de lo contrario el futuro real será más incierto.
Un último estudio publicado decía que los jóvenes españoles creen que tienen que salir fuera para poder trabajar y estar bien remunerados, que no pueden comprar un piso o crear una familia, y que no les interesa la política.
Partamos de mi falta de creencia en los estudios que se hacen, que son más que dudosos y cuestionables. De hecho, cuando son elecciones, y a pesar del enorme despliegue que se hace, que no es ni de lejos el normal para cualquier otro estudio, en cuanto los resultados no son más o menos lógicos que cualquiera podría adivinar, los sondeos fallan estrepitosamente.
Pero aun así me preocupa que puedan tener algo de razón y a los jóvenes no les interese la política, porque es lo que maneja la mayor parte de su vida: que es lo que pueden o no hacer, sus posibilidades de estudios o sanitarias, la actuación con el transporte público… hasta si les meten en casa confinados o no. ¡Felices vacaciones!