ENTREVISTA> José Alberto Aznar Asencio / Director musical (Crevillent, 1975)
Empezó en la música con tan sólo ocho años, cuando sus padres le apuntaron a clases de piano como actividad extraescolar y pese a que en su familia no había un interés especial por dicho mundo, salvo el de una de sus abuelas que cantaba de pequeña y recibió clases de piano, y la música se convirtió en su pasión.
Desde entonces, José Alberto ha dedicado su vida al piano y a la dirección. Posee la licenciatura en Dirección de Orquesta por la Associated Board of the Royal Schools of Music de Londres y debutó como director de orquesta en 2001 con ‘La tabernera del puerto’.
¿Es importante empezar desde tan pequeño?
Creo que sí porque la música es como un idioma y cuanto antes se despierte ese interés, mucho mejor. Hay niños que con tan solo tres años empiezan a adentrarse en la música con el jardín musical. Esta enseñanza temprana puede llegar a ser muy útil de cara a desarrollar otras habilidades muy importantes a nivel personal y educativo.
«Es importante empezar en la música desde pequeño»
Tu formación musical te llevó a viajar a otros países, ¿cómo recuerdas los inicios?
Empecé formándome en los conservatorios de Murcia, Elche y Valencia hasta que tuve la oportunidad de poder formarme en otros países. Recuerdo especialmente mi paso por la academia Chigiana, de la ciudad italiana de Siena, de 2002 a 2004. Allí realicé cursos de dirección musical con los maestros Yuri Ahronovitch y Gianluigi Gelmetti.
¿Qué motivó tu marcha a la academia italiana?
Durante mi etapa como estudiante iba a los conciertos que se organizaban en el Palau de la Música. En uno de aquellos conciertos actuó la orquesta de la Scala de Milán, dirigida por Riccardo Muti, uno de mis directores favoritos. Cuando finalizó la actuación estuve persiguiéndole para intentar hablar con él.
¿Lo conseguiste?
Sí, le perseguí hasta el vestíbulo del hotel y allí lo abordé antes de subir al ascensor. Me presenté y le dije que me apasionaba la dirección de orquesta. Entonces, muy amablemente, me recomendó ir a formarme a la Chigiana de Siena, en la que estudié tres veranos.
«Me gustaría poder dirigir más música orquestal»
Si empezaste con el piano, ¿cuál fue el motivo para dar el salto a la dirección musical?
Cuando tenía dieciséis años me empezaron a surgir nuevas inquietudes con las que poder expresar mis sentimientos a través de la música. Descubrí la dirección musical como la forma de expresión que más me emocionaba para poder dar vida a las partituras.
En 1996 te nombraron subdirector del Coro Rabinos de Crevillent, siendo su director diez años después y hasta el día de hoy.
Este coro es uno de los más importantes de la historia municipal. Como todos los coros de Crevillent, está formado por personas a las que les une el amor por la música y el canto. Actualmente somos unas cuarenta personas y, a pesar de ser un grupo amateur, tiene una gran calidad, e interpretamos música de todos los géneros y épocas.
También has ejercido como director en orquestas como la Sinfónica de Villena o la Sinfónica Ciudad de Elche, entre otras. ¿Cómo ha evolucionado el sector desde que te iniciaste?
Diría que en estos últimos años la evolución ha sido muy positiva, aunque con algunos matices. Cada vez hay más orquestas en la provincia, y eso está genial, pero la mayoría son amateurs. Si se dispusiese de más medios se podría incrementar el nivel de cada una de ellas.
Creo que es necesario que haya más orquestas en las que los músicos jóvenes puedan desarrollar sus capacidades.
«Desde este año formo parte del Orfeón Crevillentino como pianista»
Tras todos estos años de experiencia, ¿en qué momento de tu carrera te encuentras?
No me puedo quejar, tengo muchos compromisos con los cinco coros que dirijo y también como pianista en diversos conciertos líricos. Sí que es verdad que me gustaría poder dirigir más música orquestal pero la vida me ha llevado por la dirección de coros y estoy contento con lo que hago.
¿Hay nuevos proyectos en camino?
Desde este año formo parte del Orfeón Crevillentino como pianista. Para mí es un honor y estoy muy contento porque la directora Isabel Puig Martínez fue mi primera profesora de piano. Después de tantos años, la vida nos ha vuelto a unir en el mismo proyecto.
Asimismo, voy a participar, junto a algún solista y al Coro Rabinos, en uno de los conciertos de la próxima inauguración del nuevo Teatro Chapí. Y ya, en agosto de 2023, ofreceré un concierto de órgano en Fontenay-le-Comte, con motivo del 55 aniversario del hermanamiento de esta ciudad con Crevillent.
Cinco coros
José Alberto dirige desde el 2002 el Coro Voces Graves de Crevillent, desde 2006 el Coro Rabinos de Crevillent, desde 2018 la Coral Villa de Santa Pola, en febrero de este año empezó en la Coral Monfortina y en mayo en la Asociación Coral y Cultural de Elche.