Noviembre en Saint Andrews, ciudad escocesa, cuna del golf, con 17.234 habitantes registrados en 2021, casas de pocas alturas (máximo planta baja, tres pisos y buhardilla, visto a pie de calle), pedazo de universidad y gente contestándote que sí como si le doliera algo (en vez de ‘yes’, un ‘aye’ que suena ‘ay’). Decir que hace frío supone ser amables con el clima. Se acerca el St Andrew’s Day (Día de San Andrés), el treinta. Fiesta nacional.
Hondean las banderas escocesas. Aspa blanca sobre fondo azul. Te suena mucho. Viste algo parecido antes. ¡En una lámina que acompañaba a un texto donde se narraba cómo Jaime I el Conquistador o de Aragón (1208-1276) conquistó Almoradí! Y ocurre que en la localidad alicantina de la Vega Baja del Segura, con 21.404 residentes censados en 2021, San Andrés también es patrón y hasta escolta el Medio Año festero.
Pescadores de almas
El santo a celebrar en ambos lugares no es otro que Andrés el Apóstol, quien vivió desde comienzos a mediados del siglo primero, y los escritos nos lo señalan como el primer apóstol (la palabra significa ‘enviado’) de Jesús. Se dedicaba a la captura de peces, como buena parte de sus futuros compañeros: eran elegidos para ‘pescar hombres’, entendiendo ese “hombres” como genérico en la época.
Fue hermano de otro pescador, también captado por Jesús como discípulo, Simón Pedro (finales del siglo primero antes de Cristo-67 después de Cristo), o sea, Cefas o, más popular, San Pedro. Vivió intensamente desde su nacimiento y crianza en la desaparecida Betsaida, Bethsaida o Betseda, a orillas del mar de Galilea (el actual lago israelí de Tiberíades, Genesaret o Kineret), hasta su muerte tras torturarlo.
El santo fue crucificado en una cruz en aspa
El santo viajero
Fue entonces, tras el tormento al que se le sometió en Patras, ciudad griega (en la que fue obispo) hoy capital de la unidad periférica (antigua prefectura) de Acaya, cuando se forjó ese aspa asociada a Saint Andrews y Almoradí, entre otras muchísimas localidades del mundo. Murió crucificado, pero, al menos según prácticamente todas las reproducciones icónicas basadas en crónicas y tradiciones, en una cruz en forma de aspa.
La cruz de San Andrés, como se la denominó, se convirtió en su símbolo. Allá donde se supone que estuvo, generalmente más en esencia que en presencia, si bien se recorrió parte de Europa, Rusia y el Cáucaso (abarca Armenia, Azerbaiyán, Georgia y las repúblicas caucásicas rusas), se implantó la divisa. En Escocia, se supone que San Régulo (siglos III al IV) llevó sus restos hasta Saint Andrews, aunque no cuadren las fechas.
Jaime I vio el símbolo antes de tomar la población
De templo a templo
La catedral de la ciudad, que fue la más grande escocesa (y de la que hoy se conservan partes de la fachada, el ábside y de un muro lateral, que incluye uno de los brazos de su planta de cruz latina), y que inició su desterronamiento tras la Reforma protestante del siglo dieciséis, se inició en el 1160 (las reliquias llegaban en el 742). Vale, ¿y Almoradí?
Dejando atrás que la mayor parte de dichos restos acabaron en la italiana Amalfi y en Patras, por Almoradí también tenemos un templo que se nos cayó y una aparición del santo, en este caso a lo espiritual. Tomemos primero esta última. Al montpellerino Jaime el Conquistador no se lo estaban poniendo muy fácil, precisamente, desde la alquería musulmana de al-Muwalladín (‘nuevos conversos’). Pero pronto cambiaron las tornas.
En la provincia, aún se le festeja en Benimeli
Aspas en el cielo
La noche anterior al 30 de noviembre de 1265, fecha de la toma del lugar por las huestes ‘aragonesas’, Jaime vio, según la leyenda, unas aspas doradas en el cielo. La cruz de San Andrés, interpretada por el monarca conquistador como signo de buen presagio, iba ya a impregnar el vivir almoradidense. Así, las aspas áureas las podemos ver en el escudo de la villa (bien que no se oficializará hasta 1977).
Jaime, persona tan religiosa que hasta falleció vestido con hábitos cistercienses, le debía tener fervor a San Andrés, porque la devoción se extendió por la ahora Comunitat Valenciana, aunque luego fuera diluyéndose. Aún hoy se le festeja en las valencianas Ayora y Miramar, donde también es patrón (aunque sus heráldicas no lo señalen), o en la alicantina Benimeli (dos aspas al escudo).
Movimientos telúricos
En cuanto al templo, se trata de la iglesia parroquial a San Andrés, de estilo colonial y erigida entre 1829 y 1861, aunque otras referencias llevan su primera culminación a 1894. Preside hoy, con su estilo colonial, la plaza de la Constitución, de fuerte sabor indiano. Hubo destrucción previa, pero aquí no por ninguna reforma religiosa.
El terremoto con epicentro torrevejense del 21 de marzo de 1829 a las seis y cuarto de la tarde, cuyas catastróficas secuelas se extendieron por la provincia, con especial saña en la Vega Baja, echaron abajo el templo de 1732. El nuevo, cercano al derruido, iba a asumir devociones, un órgano de 1780 y la fe en San Andrés, el que viese Jaime I con su cruz en aspa.