Los alcoyanos bien saben que la figura del Sant Jordiet es la más importante de las Fiestas de Moros y Cristianos, que tendrán lugar el mes de abril y paralizarán, como todos los años, a la localidad.
El Sant Jordiet 2023 es Nicolás Sánchez Linares, del colegio La Salle y miembro de la filà Andaluces. El infante, de siete años, pertenece a la conocida saga de los Linares, una familia con una longeva trayectoria en la mencionada filà, donde sus tíos -Rafa y Txiki- desempeñan con maestría el arte del cabo.
Cómo es Nicolás
El pequeño Nicolás, siempre sonriente, es un niño inquieto, algo revoltoso, pero “con un corazón que no le cabe en el pecho, porque destaca por su nobleza”, como relata su padre, Luis Sánchez. Se trata, agrega, de un chaval vivo, que no para en ningún momento, con buenos sentimientos e infinitos amigos.
Apasionado del hockey sobre patines -afición importada de los hermanos de su madre, grandes jugadores-, asume con valentía su responsabilidad y sueña ya cómo será el Día de Sant Jordi, cuando tome todo el protagonismo.
“Espero poder disfrutarlo con mi familia y amigos”, indica con timidez. Nos desvela seguidamente algún detalle del traje, que presentará algún guiño a los contrabandistas, pero consciente que es uno de los mayores secretos de la fiesta.
Su orgulloso padre le define como un niño noble, vivo y con un corazón que no le cabe en el pecho
Una ilusión familiar
Luis, natural de Pamplona, conoce la fiesta alcoyana de la mano de su mujer, Ángela, y se enamora de inmediato de esas jornadas mágicas gracias, sobre todo, a sus cuñados, que le van llevando a todos los ensayos. “Me caso en 2014 y ese mismo año ya pago mi primera hoja -cuota- como miembro de los Contrabandistas, apodo de la filà Andaluces”, recuerda.
Durante esos primeros años no piensa en presentar a su hijo para ser Sant Jordiet, pero va viendo cómo se desarrolla la fiesta y descubre la importancia de esa figura. “De hecho, mi mujer siempre tuvo la ilusión por presentar a Nicolás, y paulatinamente veo la ilusión en la familia para que algún miembro represente un cargo importante”.
También el padre de un compañero de Nicolás, que fue Sant Jordiet muchos años atrás, es decisivo en el cambio de pensamiento de Luis, ya que “me transmite la preciosa experiencia que vivió, con unos recuerdos fabulosos”.
El infante sueña con disfrutar de esa inolvidable jornada junto a su familia, amigos y todos los miembros de su filà
Apoyo de la filà
Igualmente, determinante en todo este largo proceso ha sido la filà Andaluces. “Este año -apunta Luis- se produjo un cambio en el primer ‘Tro’ y llegó Nando Moncho Vañó, un chico joven, con ideas frescas que nos ha apoyado en todo momento”.
“Nos sentimos muy arropados por él y su junta directiva. Hay mucho protocolo, con numerosos actos, y necesitamos el apoyo de toda la filà”, sostiene. Lo están cumpliendo desde el primer día y ha sido fundamental. Remarquemos que hacía más de dos décadas que la filà Andaluces no tenía el honor de tener entre sus miembros al Sant Jordiet.
El papel del Sant Jordiet es clave para derrotar al bando moro el Día del Alardo
Sus funciones
Sant Jordiet no desfila como tal en la Entrada (22 de abril), sino que su responsabilidad recae el día de Sant Jordi, donde toma el máximo protagonismo al ser la figura principal en las dos procesiones.
También el Día del Alardo, última jornada festiva, cuando montado en un caballo realiza una ‘aparición’ y lanza flechas para derrotar a los moros desde lo alto del castillo.
La fortaleza pertenece al bando cristiano, pero es conquistada por los moros durante la arcabucería matinal, siendo recuperada por las huestes cristianas tras el ‘Alardo’ de la tarde. Sant Jordiet será fundamental para la recuperación del sitio de Alcoy, momento final de los festejos.
Históricamente, la tradición marca el 23 de abril de 1276 como el inicio del patronazgo de San Jorge para los alcoyanos, por su milagrosa intervención en defensa de la ciudad frente al feroz ataque musulmán de Al-Azraq.
Nervios
Nicolás reconoce que ese día estará nervioso, aunque su padre le indica que debe estar tranquilo, disfrutar y actuar con naturalidad, “porque estará acompañado en todo momento por su familia, amigos y toda la filà”.
Sin duda, la vida del joven -curiosamente nacido en Pamplona- cambió el pasado 16 de junio, cuando el anterior Sant Jordiet, Fernando Rius Mestre, extrajo la bola con su nombre en el sorteo. “Estaba convencido que nos tocaba entre los catorce candidatos”, asegura un todavía emocionado Luis.
Prefirieron no informarle previamente a Nicolás que optaba a ser Sant Jordiet para que no se hiciera falsas ilusiones. De este modo la alegría fue mayor, explican sus progenitores.