Cerca del campo del Levante UD se erige el monasterio de San Miguel de los Reyes, actual sede de la Biblioteca Valenciana. Esta imponente edificación, al otro lado de la Ronda Norte, tiene orígenes religiosos. Los monjes cistercienses alzaron cenobio en 1371 a bula del Papa Gregorio XI. Lo habitaban entonces doce monjes y el abad, que al relajar sus costumbres con los años fueron disueltos.
San Miguel de los Reyes concentra durante unos minutos al año, al final del mes de septiembre, un suceso meteorológico que congrega a cientos de curiosos y despierta la leyenda: un haz de luz se cuela durante unos instantes para señalar unas baldosas. ¿Qué restos se ocultan bajo ese índice lumínico? ¿Los de los Duques de Calabria? ¿Los de la virreina muerta en Liria? Ciencia y mito se confunden.
El georradar
En la iglesia, realizada con preciosos mármoles, se colocaron los sepulcros de los duques de Calabria. Sobre ellos, sus figuras yacentes esculpidas. Bajo el altar hay una cripta, con dos nuevas tumbas esculpidas en mármol macizo. Al ser de piedra maciza, los especialistas indican que ahí no pueden ubicarse los restos de los duques.
Una prueba de georradar detectó, sin embargo, que sí hay restos orgánicos sobre unas baldosas adyacentes. Sobre ellas, todos los 29 de septiembre (Día de San Miguel) a las 9:30 horas, durante media hora, un rayo de luz del sol cae desde el cielo para señalar durante media hora dicho punto concreto.
Los monjes cistercienses llevaron a cabo el cenobio en 1371 a bula del Papa Gregorio XI
Espacio Carmen Calvo
La Biblioteca Valenciana, además, ofrece la posibilidad de disfrutar de visitas de diverso tipo, que permiten conocer tanto el monasterio de San Miguel de los Reyes, como la propia Biblioteca Valenciana. Además, recientemente se ha abierto un nuevo espacio en el coro, el Espacio Carmen Calvo, que también es visitable.
Este próximo 29 de septiembre, Día de San Miguel, es aprovechado por la Biblioteca Valenciana para permitir la entrada -la única vez que lo hace al año- a los pabellones, galerías del antiguo presidio, donde se guarda un millón y cuarto de libros. Este día el público puede recorrer las dependencias construidas tardíamente para ser cárcel.
En ocasiones especiales, se realizan visitas teatralizadas, una forma amena y divertida de conocer la historia del edificio y la biblioteca. A nivel académico, además, se ofrecen guías didácticas para Primaria, Secundaria y Formación de Personas Adultas.
En el Día de San Miguel el recinto permite el acceso a los pabellones, que cuentan con miles de libros
Antiguo presidio
El edificio permaneció en un estado de casi abandono y sin un uso definido, hasta que en 1843 fue vendido a un particular que tenía la intención de demolerlo. Aunque se propusieron varios usos, ninguno de ellos prosperó hasta 1857, en que se habilitó como Asilo de Mendicidad.
En 1874 el Estado decidió acondicionar San Miguel de los Reyes como Presidio Nacional. Se encargó aquel proyecto de adecuación al arquitecto Tomás Aranguren. El proyecto inicial, no llevado a cabo en su totalidad, contemplaba la destrucción de una gran parte del conjunto monumental, respetando únicamente la iglesia.
Durante el régimen de Franco se mantuvo hasta 1966 como cárcel política, los presos comunes iban a la Modelo. La visita hay que hacerla inscribiéndose previamente; el resto del año la gente sólo puede acceder a la sala de lectura y con carné de lector que se hace en la propia biblioteca.
Entre 1971 y 1985 el monasterio albergó el Colegio Público Reina Doña Germana
También fue una escuela
Entre 1971 y 1985 el monasterio albergó en su interior el Colegio Público Reina Doña Germana. Esta ubicación, inapropiada desde un punto de vista educativo, se debió a dos motivos comunes en muchos lugares de España. Por un lado, los ambiciosos objetivos de escolarización que preveía la recién estrenada Ley General de Educación, más conocida como la EGB, y la escasa dotación material que la acompañaba.
Por otro, al urbanismo salvaje de los años sesenta y setenta del pasado siglo, que hizo crecer los barrios de la periferia de muchas grandes ciudades, prestando poca o ninguna atención a las necesidades educativas, sanitarias o de esparcimiento de la numerosa población procedente de zonas rurales o de ciudades más pequeñas, que se desplazó a las grandes ciudades en busca de trabajo.
Más de 2.000 niños pasaron por las aulas del Colegio Público Reina Doña Germana, hasta que en 1985 el centro se trasladó a un nuevo colegio público construido en el barrio.
Guiño a las mujeres
La Biblioteca Valenciana lleva tiempo desarrollando iniciativas que visibilicen el trabajo cultural de las mujeres. En esta línea se han llevado a cabo exposiciones, como la dedicada a las figuras de Guillermina Medrano y María Moliner y su contribución a la democratización de la cultura. También la exposición ‘Mujeres y cultura escrita’, con una guía de recursos sobre las mujeres impresoras en la historia de la imprenta valenciana.
Ahora quiere ampliar su campo temático dentro del género femenino, ofreciendo un listado de escritoras valencianas y otro, más amplio, de autoras valencianas en el campo de las Artes y las Humanidades en el catálogo de la Biblioteca Valenciana.