Toni Francés / Portavoz del PSPV-PSOE en la Diputación de Alicante
Hace cinco años, el gobierno de Ximo Puig luchaba en varios frentes por salvar las instalaciones de La Ciudad de la Luz de Alicante. Este proyecto faraónico, manoseado por los diferentes gobiernos del PP, costó más de 450 millones. El gobierno del Botànic se encontró con una actividad paralizada por Bruselas, la expropiación anulada por el Tribunal Supremo y una subasta para trocear y malvender el complejo.
¿Qué tuvo que hacer el Consell? Negociar con Bruselas para no perder el complejo y ganar un futuro para el entorno. Ahora, Ciudad de la Luz es sinónimo de innovación, de atracción de empresas punteras en tecnología y en emprendimiento. Y sede, por primera vez en la historia, de una Conselleria (la de Innovación y Universidades) en la provincia de Alicante. El resultado: más de 100 empresas instaladas y la creación de alrededor de 1.000 empleos.
Justicia social
Este es uno de los mejores ejemplos de lo que ha supuesto para la provincia de Alicante la llegada de la izquierda al gobierno de la Generalitat: pasar de la irrelevancia, al protagonismo; de la gestión negligente, a la eficaz, moderna y con visión de futuro.
Una provincia que ha ganado en justicia social: donde su alumnado se beneficia de Xarxa Llibres y de más becas de comedor. Con tasas universitarias un 20% más baratas y con el doble de becas al estudio. Alicante se ha beneficiado del aumento en 12.000 nuevos profesionales sanitarios para la toda la Comunitat y de la incorporación de 12.500 nuevos profesores y profesoras. También de que los beneficiarios de la Ley de dependencia se hayan triplicado.
Donde antes se recortaba, con el Consell de Ximo Puig se amplía. Algunos ejemplos más: en este curso post-pandemia somos la comunidad con mayor refuerzo de profesorado, 5.000 docentes; ha sido el gobierno autonómico que más ayudas para los sectores económicos afectados por la crisis y el que, ante catástrofes, como la DANA que asoló la Vega Baja, no ha escatimado fondos para ayudar a las familias y las empresas e iniciar un proyecto de futuro para la reactivación socioeconómica a través del plan Vega Renhace.
También, los presupuestos de la Generalitat han incluido este año una inversión en la provincia de casi 400 millones, lo que representa, al igual que en 2020, el 37,99% del total en la Comunitat, en consonancia con el peso poblacional de la provincia de Alicante. Con el PP estábamos por detrás en todo salvo en una cuestión, la corrupción; porque sí, lamentablemente fuimos sede de tramas como la Gürtel o Brugal, todavía coleando, todavía haciendo daño.
«Ahora Ciudad de la Luz es sinónimo de innovación, de atracción de empresas punteras en tecnología y en emprendimiento»
De dónde venimos y hacia dónde vamos
El Gobierno de España también ha sido positivo para la provincia en el plano inversor: el presupuesto de 2021 sitúa a Alicante como la octava provincia donde más crecen. En un momento de especial dificultad contamos con 298 millones de euros para inversiones, un crecimiento del 106% en comparación al anterior (el del Gobierno de Rajoy). El gobierno de Pedro Sánchez ha conseguido romper una tendencia de caída en la inversión a la que nos condenaban los gobiernos del Partido Popular.
En conclusión, a la provincia de Alicante siempre le vienen bien los gobiernos socialistas: en la Generalitat, en el Gobierno de España y en los ayuntamientos. Desde el inicio de la etapa democrática, los grandes proyectos en la provincia, especialmente en infraestructuras (carreteras, aeropuerto, puertos, agua…), siempre han venido impulsados por gobiernos socialistas.
Resulta interesante ver de dónde venimos y hacia dónde vamos. Así, los datos provinciales previos a la pandemia eran altamente positivos: los quitos del ranking nacional en términos de PIB y población, y en número de empresas exportadoras. Es cierto que la pandemia nos paralizó, fue un mazazo sanitario y personal para miles de ciudadanos que han perecido. Y también fue un mazazo económico.
«Los presupuestos de la Generalitat han incluido este año una inversión en la provincia de casi 400 millones»
Mirando al futuro con optimismo
Ahora somos una provincia que mira al futuro con optimismo. Hemos comenzado este último trimestre con el objetivo de consolidar y crecer. Esto fue corroborado por el propio Presidente Ximo Puig en el reciente Debate de Política General de la Comunitat. La clave, según el último estudio de BBVA Research, se sitúa en el aumento de la vacunación, la reducción de la incidencia del virus, la relajación de las medidas sociosanitarias, el aumento del consumo (unido al ahorro de las familias) y la llegada de las ayudas económicas del fondo Next Generation EU.
Según este mismo estudio, la provincia, junto con el resto de la Comunitat, volverá en 2022 a los niveles de PIB precrisis. De cara a este final de año se contempla que Alicante experimentará un crecimiento del PIB cercano al 6,7%; una cifra favorecida por el auge del turismo nacional. Los datos nos empiezan a ser favorables: en septiembre pasado la provincia redujo en 1.451 el número de personas desempleadas, especialmente en la industria y la construcción.
«La Diputación sufre un colapso sin precedentes en la gestión de proyectos municipales»
Proyectos sin ejecutar
¿Qué nos está fallando? La política de la Diputación de Alicante. Los gobiernos de César Sánchez y de Carlos Mazón, ambos del PP, han utilizado la Diputación como herramienta para sus intereses políticos y como ariete contra el gobierno de la Generalitat, reduciendo la gestión a una mera concatenación de planes de subvenciones, sin estrategia, sin visión de futuro.
Una Diputación que sufre un colapso sin precedentes en la gestión de proyectos municipales que se traduce en cerca de 1.000 proyectos sin ejecutar, con un remanente -dinero en el banco- de más de 300 millones de euros. Y no está ese dinero ahí por afán ahorrador, sino porque el PP de Mazón no gestiona bien y se invierte poco. Un dinero que debería estar ya en los municipios y en las empresas. En definitiva, en la economía provincial.
Seguir reivindicando
Resumiendo, cinco años donde la provincia ha ganado en inversiones y en justicia social, con un Estado del Bienestar fortalecido gracias al impulso de la Generalitat Valenciana y al Gobierno de España. Una provincia que ahora, tras la pandemia, se impulsa con la implicación y esfuerzo de todo su tejido económico y social, y los propios ayuntamientos. Hará falta esfuerzo y seguir reivindicando más fondos a través de la reforma de la financiación autonómica. Nos falta la pata de la Diputación, esa institución que algunos solo consideran dependiendo del beneficio que puedan sacar de ella, dejando pasar muchas oportunidades para ayudar a un mayor, y sostenible, desarrollo económico y social de la provincia.