Entrevista > Lorena Franco / Escritora y Actriz (Barcelona, 1983)
Después de una amplia carrera como actriz, participando en producciones tan conocidas como El secreto de Puente Viejo o Gavilanes, Lorena Franco dio el salto en 2015 a la literatura.
Desde entonces ha publicado más de veinte obras en apenas siete años, convirtiéndose en una de las autoras más prolíficas de la actualidad. Este año ya va por su tercera novela, ‘El lugar donde fuimos felices’, pero avisa, todavía no ha terminado el año y ya tiene previsto un cuarto lanzamiento en noviembre.
A tu corta edad te has convertido en una de las autoras más prolíficas, con un éxito ya reconocible por cualquiera. ¿Imaginabas hace apenas siete años alcanzar estas metas en el mundo literario?
No me lo esperaba. Empecé porque te gusta y lo disfrutas, al menos en mi caso con cero pretensiones. Creo que al final dejar que todo fluya, está bien tener metas pero no obsesionarse con ellas, y disfrutar del camino ha sido clave en todo esto.
Disfrutar creando y publicando historias, tratando de entretener al mayor número de lectores posibles. Cuando ya estás en el proceso literario tienes la necesidad de seguir contando historias.
«Escribo de una manera muy visual»
Tras una larga carrera en cine y televisión decidiste dar el salto a las letras hace apenas siete años. ¿Qué te impulso a este cambio?
Lo tengo muy aparcado, la verdad es que llevo años sin hacer nada y dedicándome casi exclusivamente a la escritura. Son dos trabajos que me gustan, aunque si ahora tuviera que elegir me quedo con la escritura porque también me permite una mejor conciliación familiar, que con cuatro niños eso también se agradece, estar más con ellos y disfrutar de su infancia.
La manera de contar las historias, tener el control absoluto sobre los personajes… yo creo que a los actores nos atrae la idea de crear nuestras propias historias. Mandar sobre ellas.
Has cosechado más de 20 obras. Este año ya son tres, eres el sueño de cualquier editorial. ¿Qué hay detrás de tus obras? ¿De dónde surgen las ideas?
No es lo común. Hay mucho trabajo detrás, horas delante del ordenador y fuera de él pero trabajando en el proyecto en el que estás. También ten en cuenta que este año han sido cuatro, el año que viene quizá sea una o ninguna.
Por ejemplo ‘El lugar donde fuimos felices’ lleva dos años escrito. Yo tengo la necesidad de estar trabajando siempre en una historia, pero si además tengo una o dos, que todavía no han salido y están por salir, a mí eso me tranquiliza muchísimo.
Suspense, secretos inconfesables… ¿qué va a encontrarse el lector en ‘El lugar donde fuimos felices’?
Es una historia emotiva, reflexiva. Un thriller, pero que también tiene una parte romántica, de hecho es la historia de amor más pasional que he escrito nunca. Tiene muchos temas de actualidad a los que he querido darle visibilidad, como es el acoso escolar o la trata de mujeres.
La importancia y la magia reside en los personajes y en el propio Llafranch, un pueblo de la Costa Brava donde trascurre todo. Es eso, los secretos, pero no los que todos tenemos, sino los que pesan y te acaban convirtiendo en una bomba de relojería que al final termina por estallar.
«Cuando ya estás en el proceso literario tienes la necesidad de seguir contando historias»
Más allá de la historia principal, ¿el auténtico libro son los casi micro relatos que esconde cada uno de los personajes?
Es que dentro de la trama principal hay muchas subtramas. Yo creo que ahí reside el interés, cuando ya conoces a todos los personajes lo que quiero es que el lector tenga ese interés por ellos, a ver cómo se desarrolla, cómo evoluciona, lo que les queda por vivir.
El pasado también va a tener mucha notoriedad a través de la presencia de Blanca, que es la profesora de literatura asesinada en la primera página, es la raíz de la trama. Ella está presente y ahí he querido ahondar, en porque ha acabado tan mal.
En la obra afrontas muchos problemas reales, que desgraciadamente encontramos en la vida cotidiana como son los abusos o el bulling entre otros. ¿Crees que afrontar temas tan espinosos en la ficción sirve de ayuda para que sean interiorizados por los lectores de modo que haga mella en la sociedad?
Siempre, esa es su pretensión, dar visibilidad. La información está muy dosificada, hay giros continuos, no sólo el giro final que te deja con la boca abierta, y dentro de estos giros yo sabía lo que quería contar y quería que esos temas se tratasen en la novela, como también los conflictos de un adolescente que ha tenido mucho que callar, como es el caso de Arnau.
«Creo que a los actores nos atrae la idea de crear nuestras propias historias»
Se llega casi a esa sensación de mimetismo con el entorno que se muestra en sus páginas. ¿Hasta qué punto esa absorción y lograr introducirse en los diferentes contextos es importante para entender en profundidad la obra?
Muy importante. Hay que separar las ambientaciones y darle una vida a cada escenario, hacer honor a su título, ‘El lugar donde fuimos felices’. Llafranch y cada uno de los escenarios de la novela cobran vida propia, son un personaje más. Es muy importante que el lector visualice a los personajes y los lugares, porque así es como yo escribo, de una manera muy visual.